Los expertos instan a cuidar el suelo para garantizar el futuro
- Se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente y las Naciones Unidas han puesto el foco en la desertificación
- La sequía, la agricultura comercial, el abandono de tierras o la concentración de actividad en las zonas costeras son las causas principales
“Todo lo que comemos y vestimos proviene del suelo y en España desgraciadamente ha sido maltratado”. Es Artemi Cerdà, catedrático de geografía física de la Universitat de València. El 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente y en 2024 las Naciones Unidas han puesto el foco en la desertificación.
“Si tenemos un bosque, lo talamos, lo eliminamos y degradamos el suelo, perdemos biodiversidad“
En la Comunitat Valenciana el 15% del territorio está en riesgo de erosión alto. Según el último resumen de precipitaciones de la AEMET, en la región apenas ha llovido en los últimos meses; de hecho, en mayo la precipitación acumulada fue un 70% inferior a la media registrada durante las tres últimas décadas. La sequía es una de las razones de la desertificación, pero, según Cerdà, el problema “tiene muchos enfoques”.
La agricultura comercial, el abandono de tierras, la concentración de la actividad económica en las zonas costeras o la deforestación son algunas de las situaciones que, a su juicio, no ayudan. “Si tenemos un bosque, lo talamos, lo eliminamos y degradamos el suelo, perdemos biodiversidad y transformamos un territorio en desierto”, asevera.
Consecuencias económicas, sociales y para la salud
Por lo que respecta a las consecuencias, el catedrático las analiza también desde diferentes prismas. Desde el punto de vista de la salud, Cerdà señala que la desertificación puede provocar el aumento del polvo atmosférico en suspensión: “Hay ejemplos en el planeta de que cuando eso ocurre empieza a haber más enfermedades”.
“Cuando aumenta (el polvo atmosférico en suspensión) empieza a haber más enfermedades“
En el ámbito social, el experto se refiere al aumento de las migraciones y, desde la perspectiva económica, apunta que la desertificación da lugar al incremento de los costes en el campo. “Al haber menos agua, baja la productividad de los pastos y la producción de carnes y todo eso se traduce en un mayor precio de los alimentos”, asegura.
El investigador del CSIC en el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE), Ramón López Urrea, también pone el foco en la agricultura: “El estrés hídrico cada vez es mayor y está habiendo problemas importantes, incluso de supervivencia de algunas especies vegetales”.
“Al haber menos agua, baja la productividad de los pastos (…) y sube el precio de los alimentos“
Según López Urrea, los cítricos, los almendros o las viñas son algunos de los cultivos más afectados y, como solución, insta a hacer un uso “más eficiente” del agua, tanto a nivel de cuenca como de parcela.
López Urrea lamenta que “falta planificación” y pide hacer un esfuerzo para construir embalses y reservas: “En épocas mejores tendremos que guardar para estar preparados ante momentos prolongados de sequía”. Cerdà también cree que la administración debe poner de su parte: “Es muy importante que se escuche a agricultores y pastores, pero también al mundo de la ciencia que aporta continuamente nuevas ideas y nuevas soluciones”.
“En épocas mejores tendremos que guardar para estar preparados ante (…) la sequía“
Cerdà pide diferenciar entre “desertización”, el proceso de erosión natural, y “desertificación”, el que se debe a la actividad humana. Por eso, concluye: “Si hemos sido capaces de crear el problema, somos capaces de crear la solución”.