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La guerra civil en Sudán deja a 18 millones de personas en hambruna y casi 10 millones de desplazados

  • Más de la mitad de los desplazados son mujeres y una cuarta parte son menores de cinco años
  • Alrededor de dos millones de refugiados han huido del país hacia los países vecinos

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Un miembro del ejército de Sudán en el estado de Gedaref.
Un miembro del ejército de Sudán en el estado de Gedaref. AFP AFP

Los enfrentamientos entre las fuerzas armadas del gobierno de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) han llevado al país a la peor crisis de migración interna del mundo y a una situación crítica de hambruna, según denuncian varias organizaciones humanitarias. La Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (OIM) ha advertido que las migraciones internas han desplazado a casi 10 millones de personas.

De estas, más de la mitad son mujeres, y más de una cuarta parte son niños menores de cinco años, según los datos de la organización, y el 70% lo hacen para escapar del hambre causada por el conflicto armado entre el Ejército, dirigido por el general Abdel Fattah al-Burhan, y las FAR, comandadas por Mohamed Hamdan Dagalo. Unos dos millones de personas han traspasado las fronteras para huir a Chad, Egipto y Sudán del Sur. Adicionalmente, la organización ha lamentado que el total de los fondos previstos para atender la crisis humanitaria en el país apenas alcance el 19%, lo que ha provocado una necesidad "masiva, grave e inmediata" de ayuda humanitaria, según la directora general de la OIM, Amy Pope.

"Imaginen una ciudad del tamaño de Londres desplazada, pero además con la amenaza constante del fuego cruzado, las hambrunas, las enfermedades y una violencia étnica y de género brutal", ha reflexionado Pope, quien ha añadido que "se necesitan esfuerzos internacionales unificados para evitar una hambruna inminente".

El estado de Darfur del Norte, donde se concentran los choques militares, se encuentra en una coyuntura especialmente compleja, con bloqueos en las principales carreteras de la capital, Al Fasher, que han atrapado a más de 800.000 civiles. Esto ha limitado el acceso de ayuda humanitaria, que se ha vuelto "irregular o inexistente", según la OIM.

El Sindicato de Médicos de Sudán ha comunicado que la guerra ha provocado la muerte de alrededor de 30.000 personas desde que empezó en abril del año 2023, con el enfrentamiento de Burhan y Dagalo. Tanto el Ejército como las FAR han sido acusadas de cometer crímenes de guerra y de lesa humanidad, entre ellos casos de violencia sexual y limpieza étnica, según varias organizaciones internacionales, lo que les ha acarreado sanciones a ambas partes por parte de varios países, así como a empresas dedicadas a la fabricación y suministro de armas.

Las ONG intentan superar los bloqueos para enviar ayuda

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas ha anunciado este jueves que ampliará su plan de emergencia para responder a la crisis alimenticia en Sudán con el objetivo de asistir a cinco millones de personas más para finales de 2024. Desde el PMA han difundido sus intenciones de abrir nuevas vías de acceso y corredores humanitarios para poder llevar alimentos y suministros a través del este de Sudán hasta Dabbah, desde Kosti hasta los estados de Kordofan y en las fronteras de Chad, Egipto y Sudán del Sur.

La organización ha explicado que esta iniciativa impulsará "la economía de negocios locales y productores de alimentos". El director regional del PMA para África Oriental, Michael Dunford, ha declarado que "Sudán está sumido en una situación de hambruna y desnutrición generalizadas que ya es catastrófica y tiene el potencial de empeorar aún más, a menos que el apoyo llegue a todos los afectados por el conflicto".

Dunford ha denunciado en el comunicado emitido por el PMA que los líderes mundiales ignoran la gravedad de la situación de guerra en Sudán y "se concentran en otra parte", a pesar de que se trata de "la mayor crisis de desplazamiento del mundo y tiene el potencial de convertirse en la mayor crisis de hambruna del mundo".

El coordinador de Emergencias de Médicos sin Fronteras en Sudán, Víctor García Leonor, también ha asegurado que la guerra "ha cortado por completo el acceso de la población a la atención sanitaria en todo el país". "Los precios de los medicamentos y los alimentos se han disparado, lo que los deja fuera del alcance de la población, especialmente para las personas desplazadas, y la mayoría de los centros de salud ya no funcionan correctamente", ha explicado.

Las últimas víctimas

El último ataque de las FAR en la aldea de Wad al Nura, en el estado central de Gezira, dejó 104 personas y más de 90 heridos y provocó el desplazamiento de centenares de personas que vivían ahí, según una nota de la organización ciudadana encargada de realizar recuentos de víctimas y de desplazados en el estado de Gezira.

Los miembros de la FAR bombardearon Wad al Nura con armas pesadas "durante horas" para después entrar en vehículos de combate y motocicletas desde los cuales "dispararon indiscriminadamente contra los ciudadanos". También saquearon las propiedades y vehículos de los civiles antes de retirarse para "saquear otras aldeas adyacentes".

El comité de resistencia de Gezira, voluntarios organizados informalmente, ha denunciado numerosas "masacres" desde que los paramilitares tomaron el control del estado en diciembre, también en su capital, Wad Madani. Hasta ese momento, Wad Madani era un punto de refugio para cientos de miles de desplazados sudaneses.

Además, acusan de "negligencia" al Ejército de Sudán por enviar apenas algunas incursiones aéreas al lugar cuando pidieron ayuda ante el avance de las FAR. "Ninguna fuerza terrestre intervino para salvar las vidas de los civiles, a pesar de la presencia de una base militar en una zona no muy alejada", denunciaron.

La plataforma independiente sudanesa 'Juntos contra la violación y la violencia sexual' también ha denunciado la violación de al menos 28 niñas por parte de miembros de ambos grupos armados en conflicto a lo largo de mayo, una fracción de un total de 46 violaciones documentadas. "El aumento de los casos de violación significa un aumento en la intensidad del conflicto y del uso de la violencia sexual contra el pueblo sudanés en zonas de conflicto armado", reza el informe, en el que se responsabiliza directamente de estos actos a "todo aquel que porte armas y no proteja a los ciudadanos en zonas bajo su control".