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Una inmersión en los encierros de San Fermín 2024: así son las visitas guiadas a la plaza de toros de Pamplona

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San Fermín 2024: los toros de La Palmosilla entran en la plaza de toros en el primer encierro de 2023
Los toros de La Palmosilla entran en la plaza de toros en el primer encierro de 2023. EFE/Villar López

En el último tramo de los encierros de San Fermín, desde Estafeta hasta la Plaza de Toros de Pamplona, hay "muchísimos más corredores, el toro ya galopa más pausadamente" y es también la etapa más televisiva, apunta el periodista pamplonés Koldo Larrea. La vestimenta blanca y roja que la mayoría de los corredores llevan al inicio del recorrido, deja paso a camisetas de colores vivos, con franjas u otras peculiares con las que resulta "más fácil destacar" entre la multitud.

Apenas queda un mes para el chupinazo y los encierros, la colocación del vallado de seguridad en las calles de Pamplona ha empezado y ya “huele a fiesta”. En estos días cientos de visitantes llegan también al coso taurino, muchos de ellos peregrinos que hacen una parada en su camino para conocer la capital mundial de los encierros antes de seguir hacia Santiago, asegura la responsable de las visitas guiadas a la Plaza de Toros, Isaura Fernández.

Con un aforo de 19.721 personas, la plaza de toros de Pamplona, inaugurada el 7 de julio de 1922, es la segunda con mayor capacidad en España, por detrás de Las Ventas de Madrid, y la tercera a nivel mundial - la primera es la Monumental de México, donde por decisión judicial las corridas de toros permanecen suspendidas desde 2022-. 

En 1922, con el nuevo emplazamiento de la plaza de toros de Pamplona, la curva de Estafeta, dejó de tomarse a la derecha y más cerrada, a la izquierda. Ya el primer día de encierros, el 7 de julio de ese año, hubo un montón en la entrada al ruedo, el primero de la historia de la plaza, recuerda Larrea, autor de un libro con motivo del centenario. Por entonces se habló de que había demasiada pendiente en el callejón, un tramo de 25 metros, que en la actualidad es descendente.

El callejón es uno de los lugares de la plaza de toros de Pamplona donde se puede comprobar cómo los encierros han modificado la fisionomía del coso: unas gateras, unos huecos abiertos en la pared desde el suelo permiten a los corredores dejarse caer, rodar y ponerse a salvo de la embestida de los animales hasta que la manada pasa y se puede salir.

La inmersión: los toros llegan a la plaza

La visita guiada a la plaza concentra en un recorrido de alrededor de una hora los 102 años de historia en una visita "muy amena", que diseñó el arquitecto pamplonés Fernando Redón, fallecido en 2016, autor de algunos de los edificios más emblemáticos de Pamplona que era miembro de la junta de la Casa de Misericordia, propietaria de la plaza que gestiona todo lo que tiene que ver con las tradiciones taurinas en la ciudad, como los encierros, las corridas, y el rejoneo.

En el callejón es donde comienza el recorrido por la plaza, con un vídeo “impactante, que gusta muchísimo, es muy envolvente” y se proyecta en tres paredes. A los visitantes les suele gustar “muchísimo” y en él se puede ver la preparación del encierro, la limpieza de las calles y balcones de Pamplona y también la impactante llegada de los toros a la plaza.

Así, con la impresión de la proyección audiovisual en las paredes del callejón, que puede dar una idea de lo que se siente al encontrarse con los toros, comienza el recorrido por el coso pamplonés.

La visita a la Plaza de Toros de Pamplona comienza con un video envolvente

La visita a la Plaza de Toros de Pamplona comienza con un video envolvente.

Se levanta la pantalla y el visitante accede entonces al coso por la parte derecha, se encuentra con los burladeros de la plaza, y llega a los corrales, donde puede conocer lo qué ocurre cuando llegan los seis toros que han corrido en el encierro: a las 12 se celebrará el sorteo para saber qué toro va a tocar a cada torero y a la una se procede a apartar a cada animal a través de una especie de "laberinto" que le conduce a su chiquero.

El cronista pamplonés Koldo Larrea cree que el paso por los corrales es uno de los lugares imprescindibles en la plaza, junto a la pequeña capilla, un lugar de recogimiento personal e intimidad que contrasta con todo el bullicio de la plaza, y la tienda en la que se pueden adquirir recuerdos.

A lo largo de todo el recorrido, los turistas se encuentran paneles explicativos para saber lo que es el encierrillo (el traslado de los toros desde los corrales del gas hasta los de Santo Domingo), carteles antiguos y modernos de la Feria del Toro y una maqueta de la plaza de toros. También pueden ver un video de un encierro de 2016 y conocer cada etapa de la carrera.

"Una plaza llena de cánticos, de ruidos"

Unos 50.000 visitantes pasan cada año por la plaza de toros de Pamplona y la gran mayoría, alrededor de un 70% son extranjeros de multitud de países, muchos de ellos, procedentes de la cercana Francia.

Koldo Larrea recuerda que tenía 14 años cuando fue por primera vez a la plaza de toros de Pamplona, con una cuadrilla de unos ocho amigos, y cómo les encantó el ambiente, las canciones, beber sangría. "Era una plaza llena de cánticos, de ruido, en la zona de sol de la plaza ahí es donde me aficioné", cuenta el periodista pamplonés, al que una faena de Julio Robles dejó pensativo e hizo que se empapara de tauromaquia.

Entrar en el coso taurino, es descubrir un entorno "muy especial" donde “muchísimas personas" hacen posible que funcionen la plaza de toros y también la fiesta, asegura Isaura Fernández. Un escenario muy distinto al habitual de las calles de Pamplona, donde el protagonismo lo tienen en exclusiva la manada de toros y cabestros, los corredores y los pastores del encierro.

Muchos de los actores en este teatro de la plaza de toros son desconocidos para la gran mayoría del público, salvo para los más aficionados a la tauromaquia, y, como en cualquier otro coso taurino, cada uno tiene su función e indumentaria propia.

Algunos como los dobladores, encargados de conducir a los toros a los corrales con un capote - cuando se quedan rezagados - son fácilmente reconocibles nada más entrar los astados en el coso. Otros, no tan fáciles de ver, son el torilero, guardián de las puertas que conducen a los toros a los corrales y los areneros que mantienen la arena en buen estado.

Los más conocidos, por su labor en las tardes de corridas de toros, son los mulilleros que conducen a las mulas en el arrastre del toro, el mozo de banderillas, los alguacilillos, los doctores de la enfermería, los monosabios que cuidan el caballo del picador, los ‘boinas verdes’, encargados de los accesos a la plaza. 

Antes o después, pero nunca en San Fermín

La plaza de toros de Pamplona, no solo acoge las corridas de toros y los encierros, al igual que otras de primera categoría como las Ventas, también es el escenario de conciertos y otros espectáculos, una intensa actividad que impide que las visitas guiadas a la Plaza de Toros se puedan hacer de forma ininterrumpida todo el año.

De hecho, tres semanas antes de que comiencen las fiestas de San Fermín, el 16 de junio, las visitas turísticas al coso pamplonés se suspenden para los preparativos de la Feria del Toro, y no se retoman hasta el 20 de julio -después siguen todo el verano-.

Sería "imposible" mantener las visitas durante los Sanfermines, por toda la actividad que se concentra el recinto de la plaza durante las fiestas, ya que los visitantes acceden a los corrales y las cuadras, explica Isaura Fernández.

Visitas guiadas a la plaza de toros de Pamplona: el plano con el recorrido de las visitas guiadas

El plano con el recorrido de las visitas guiadas a la plaza de toros de Pamplona.

La entrada general a la plaza, con la audioguía incluida, cuesta siete euros, cinco para los jubilados, los estudiantes y los grupos, tres para los niños de seis a 12 años y es gratuita para los menores de seis. Se puede acceder en dos turnos por la mañana, a las 11:00, a las 12:30 y en otros dos turnos por la tarde, a las 16:30 y las 18:00, en grupos de hasta 35 personas.