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La Unión Europea mide su seguridad y defensa de cara a las elecciones tras dos años de guerra en Ucrania

  • Los países de la UE son conscientes de que no pueden enfrentar las amenazas a su defensa de forma aislada
  • La inversión, la producción, la logística y la disuasión nuclear ocupan el centro del debate en materia de seguridad

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Seguridad y Unión Europea: La Defensa de la(s) democracia(s) a prueba
Seguridad y Unión Europea: La Defensa de la(s) democracia(s) a prueba ADRIÁN ROMERO

La Unión Europea se enfrenta a unas elecciones al Parlamento únicas en cuanto a importancia y riesgo. Con la mirada puesta en el este, la defensa ha vuelto a los círculos de Bruselas por la guerra en Ucrania.

En el Eurobarómetro elaborado tras la invasión de Ucrania, el 93% de los ciudadanos de la UE se mostraban de acuerdo en que los Estados miembros deben actuar juntos para defender el territorio europeo, y el 85% indicaron que la cooperación en defensa debe regularse desde la organización.

Los dirigentes de la UE son conscientes de que ningún país de la Unión puede enfrentar las actuales amenazas a la seguridad de forma aislada. Durante su última reunión de seguridad, el alto representante de asuntos exteriores y seguridad, Josep Borrell, habló de la posibilidad de eliminar las restricciones occidentales para usar armas donadas a Ucrania en territorio ruso.

Días después, Ucrania admitió haber realizado su primer ataque contra territorio ruso con armamento facilitado por Occidente. Esta acción, considerada una línea roja para Rusia, obliga a la UE a desarrollar su autonomía militar ante su dependencia a mercados extranjeros.

Entre las principales cuestiones en materia de defensa europea, la inversión, la producción, la logística y la disuasión nuclear ocupan el centro del debate.

Inversión, el mayor esfuerzo

La Comisión Europea ha ampliado su protagonismo respecto a la seguridad hasta plantear su primera estrategia industrial de defensa. Sin embargo, el futuro de la seguridad europea no depende exclusivamente de la Comisión, sino de la voluntad de los países miembros. "Para la Comisión Europea, la inversión en defensa no es solo para proporcionar capacidades militares, también para sostener una base industrial competitiva, por lo que dedica mucha parte del dinero a I+D", comenta el investigador principal de Seguridad y Defesa del Real Instituto Elcano, Félix Arteaga. "Los Estados comparten esta visión, pero prefieren conservar su propia base, no transformarla", recalca.

El 13 de julio de 2023, el Parlamento Europeo aprobó la Ley de Apoyo a la Producción de Municiones por valor de 500 millones de euros para apoyar el desarrollo común de armamento, y al que posteriormente se sumó la Ley de Adquisición Común.

Según Arteaga, con datos de 2022 a precios constantes, de los 48.000 millones de euros que la UE ha invertido, solo 19.000 millones se han empleado para compras conjuntas.

La dependencia de la UE en los mercados internacionales

Francia ha reivindicado la necesidad de invertir en la producción de la industria militar europea, algo que sin embargo contrasta con las necesidades de Ucrania, que precisa armamento para "ayer u hoy, pero ciertamente no mañana", según el miembro principal para la paz, la seguridad y la defensa del think tank Amigos de Europa Jamie Shea.

Si los Estados miembros insisten en fabricar el equipo solo en la UE, "podría llevar diez años o más" ajustar la producción. Un período muy largo "teniendo en cuenta estimaciones de oficiales de la OTAN", como las del teniente general alemán, Carsten Breuer, que advierte que Rusia podría atacar suelo de la Alianza en el próximo lustro.

Esto obliga a la UE a depender, por el momento, de los mercados de defensa extranjeros, hasta un 55% de EE.UU. entre 2019 y 2023 según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo.

Además, la Estrategia industrial de defensa de la organización se ve limitada en cuanto a aspiraciones. De primeras, no fija un objetivo de gasto como el 2% del PIB que los países de la OTAN prometieron en la cumbre de Vilna, ni tampoco aplica mecanismos para evitar la fuga de inversiones a proveedores externos.

Producción, el reto no conseguido

"Lo que la invasión rusa ha evidenciado es que la industria militar de la UE necesita material que sea más capaz que el de sus adversarios y, al mismo tiempo, que pueda producir más que ellos", subraya el experto en defensa del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, Rafael Loss.

En el informe de situación de marzo sobre la aplicación de la Brújula Estratégica para la Seguridad y la Defensa, la UE reivindicó la Ley de Apoyo a la Producción de Municiones. Entre sus puntos, la ley estima que la capacidad industrial en Europa alcanzará alrededor de 1,4 millones de cartuchos de 152/155 mm por año para finales de 2024.

Un número que, comparado con las dinámicas de uso de munición diaria en la guerra de Ucrania, devuelve unas cifras insuficientes para alimentar a los ejércitos europeos.

Teniendo en cuenta las ventas al extranjero, en un año de conflicto, con una media de 10.000 disparos diarios (3,5 millones anuales) como el de Ucrania, los países de la Unión podrían sostener, solo con producción propia, apenas 84 días de combates.

A estas deficiencias se une la necesidad de planear las adquisiciones a largo plazo: "Cuando miras los cronogramas, las decisiones que tomas hoy deben concretarse a años vistas", anota Loss, "por lo que no es suficiente comprar algo que sea adecuado para el propósito actual, sino que debe serlo para dentro de 10 o 20 años".

Logística, la asignatura pendiente

En toda campaña militar que se precie, una logística efectiva sostiene frentes e, indirectamente, gana guerras. La implementación del Plan de Acción de Movilidad Militar 2.0 en noviembre de 2022 ha intensificado los esfuerzos para adaptar la infraestructura de transporte de uso civil-militar y así facilitar movimientos de ejércitos europeos en colaboración con la OTAN.

"La lógica aquí es clara: debemos ser capaces de desplazar equipos pesados por toda Europa", señala la jefa de política de la Conferencia de Seguridad de Múnich, Nicole Koenig. "Por el momento se trata de moverlos hacia el este, pero técnicamente también podríamos pensar en trasladarlos hacia el sur ante una situación diferente", recalca.

El ex comandante general del Ejército de los Estados Unidos en Europa, Ben Hodges, es considerado el padre del concepto "Schengen militar": un espacio común europeo de libre tránsito para los ejércitos de la Unión. "No solo necesitamos la presencia de equipos y tropas, también la capacidad de movernos con velocidad (…) y los rusos tienen que ver que la tenemos", señalaba Hodges en su propuesta.

A finales de enero de 2024, Alemania, Países Bajos y Polonia firmaron un acuerdo para crear un corredor de transporte militar conjunto dando una revitalización del soñado "Schengen militar". La realidad es que, por el momento, la infraestructura militar europea es ineficiente.

El vicepresidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, Urmas Paet, calificó la movilidad militar con un tres sobre diez al sostener que puede llevar "semanas" enviar suministros a un hipotético frente oriental con Rusia. 

Según un informe del Centro de Análisis de Políticas Europeas, el 75% de las carreteras nacionales europeas y el 40% de los puentes en Europa pueden transportar vehículos militares de hasta 50 toneladas, cifra que superan los tanques Leopard y Abrams (62 y68 toneladas respectivamente).

A esto hay que sumarle el caos logístico de ciertos equipamientos: "Tenemos cinco veces más series de sistemas de armas que en los EE. UU. y muchas especificaciones de armas individuales, como el caso del helicóptero NH-90, del cual existen más de 20 configuraciones", apunta Koenig.

Imagen de archivo de un soldado del ejército belga descendiendo a rápel desde un helicóptero NH90

Imagen de archivo de un soldado del ejército belga descendiendo a rápel desde un helicóptero NH90 (12 de enero, 2015) LUC DE JAEGER

Sin embargo, la experta reivindica los esfuerzos europeos a este respecto: "Ha sido una prioridad para la brújula estratégica de la cooperación UE-OTAN, y los Estados miembros, junto a EE.UU., Noruega y Canadá a través de la CEP [Cooperación Estructurada Permanente], han estado moviendo los hilos para alcanzarlo".

Disuasión, la cuestión nuclear

Desde el inicio de la invasión de Ucrania, Putin ha agitado la soflama nuclear si Occidente traspasaba varias de las consideradas "líneas rojas". Todas ellas han sido superadas y sus advertencias no se han cumplido.

Estados Unidos y la OTAN no revelan cifras exactas de sus arsenales atómicos desplegados en Europa. En 2021 se estimaba en 80 las armas nucleares de EE.UU. almacenadas en cinco bases de cuatro Estados miembros de la UE: Kleine Brogel en Bélgica, Büchel en Alemania, Aviano y Ghedi en Italia y Volkel en los Países Bajos.

La fantasía rusa de apretar el botón nuclear

Tal y como argumenta Jamie Shea, Rusia es consciente de que la OTAN tiene un gran disuasivo nuclear gracias a los vínculos que existen entre los sistemas ubicados en Europa y aquellos en suelo estadounidense. De hecho, la Alianza lleva a cabo ejercicios periódicos para asegurarse de que su arsenal esté en el lugar correcto en caso de tener que usarlo.

Como referencia, Rusia posee hasta 1.674 ojivas nucleares disponibles para uso inmediato frente a las 2.170 de la OTAN según el Stockholm International Peace Research Institute.

"La OTAN sigue siendo una alianza nuclear y, por lo tanto, cualquier intento de utilizar el chantaje atómico con la creencia de que [Rusia] ganará una guerra es una ilusión", establece Shea.

Polonia es por ahora el único país de la UE que ha dado pasos en la disuasión atómica. En abril, el presidente polaco, Andrzej Duda, dijo que su Estado estaba "listo para albergar armas nucleares" tras citar el despliegue ruso de ojivas en Bielorrusia.

Más allá de las propuestas de Macron de usar a Francia como garante de la disuasión atómica en Europa, la posibilidad de desarrollar un arsenal común europeo de esta clase es, cuanto menos, remota.

Para Shea, hay un punto más importante que la cuestión de la disuasión: "Nuestras poblaciones están más expuestas que nunca a ataques con misiles convencionales [como han revelado los ataques en Ucrania e Israel], por lo que debemos preguntarnos cómo podemos tener un mejor nivel de alerta avanzada y protección civil y no caer en la distracción sobre el elemento nuclear".

La UE ante un "Pearl Harbor" ruso

El primer ejercicio militar de la UE con tropas de 19 Estados miembros tuvo lugar en octubre de 2023 en España. El próximo tendrá lugar antes de finales de este año.

En abril, los presidentes parlamentarios de la UE consideraron disponer una fuerza de despliegue rápido de hasta 5.000 efectivos para responder a crisis de distinta naturaleza. Pequeños pasos que muestran voluntad, pero que quedan en el aire ante los próximos comicios europeos.

"No creo que las elecciones tengan un efecto inmediato, si bien podrían ser más decisivas a medio-largo plazo", comenta Loss. "Ya hemos visto que a alguien como Víktor Orbán le gusta retrasar ciertas decisiones y, si tenemos a un Parlamento Europeo con partidos de derecha radical, mucho más prorrusos, sus representantes dudarán a la hora de aprobar una defensa común europea", establece.

Putin puede tratar de desafiar a la OTAN y la credibilidad del Artículo 5 tomando una pequeña porción de territorio de la Alianza

Cuando el ministro de Exterior lituano, Gabrielius Landsbergis, habló de un "Pearl Harbor" ruso, dejaba entrever que las ambiciones de Moscú iban más allá de Ucrania. "Tampoco hay que magnificar ni pensar que el conflicto es inminente", comenta Arteaga, "aunque, cuanto más se prepare la UE, menos posibilidades hay de que Rusia considere llevar a cabo una 'aventura'".

Jamie Shea formula un escenario alternativo a una confrontación directa: "Creo que es más probable que Putin intente desafiar a la OTAN y la credibilidad del Artículo 5 tomando una pequeña porción del territorio de la Alianza y luego diciendo: '¿Realmente quieres tener una confrontación solo por este pedazo de tierra?', al estilo de lo que pasó con algunos franceses sobre Danzig durante la Segunda Guerra Mundial".

"Hay otras posibilidades, como ataques híbridos masivos, mucho más difíciles de atribuir", establece Koenig. "Eso ya es algo que está ocurriendo, y tanto la OTAN como la UE están concienciadas para afrontarlos", concluye.