Amnistía Internacional denuncia detenciones arbitrarias y violaciones a víctimas de Boko Haram en Nigeria
- El informe describe cómo las niñas y mujeres que escapan del grupo terrorista no reciben ayuda de las autoridades
- Muchas son sometidas a custodias militares que pueden durar desde algunos días hasta bastantes años
Las víctimas secuestradas por el grupo terrorista islámico Boko Haram que logran escapar no reciben el apoyo suficiente de parte de las autoridades nigerianas para reintegrarse en la sociedad, según Amnistía Internacional (AI). En su informe Ayúdanos a construir nuestras vidas: Niñas supervivientes de los abusos de Boko Haram y el Ejército en el noreste de Nigeria, la organización asegura que estas niñas y mujeres son detenidas arbitrariamente por las fuerzas de seguridad de Nigeria y siguen estigmatizadas por haber sido sometidas a matrimonios forzados con terroristas.
"Una cantidad ingente de niñas han sufrido abusos terribles a manos de Boko Haram y muchas supervivientes fueron posteriormente detenidas o abandonadas por su gobierno", ha afirmado la directora regional de AI para África Occidental y Central, Samira Daoud. También ha recalcado que estas víctimas "necesitan con urgencia más ayuda especializada para rehacer su vida", sobre todo sobre las complicaciones médicas a las que se enfrentan, el rechazo por parte de los familiares y sus comunidades y las dificultades en el acceso a la educación. "Ahora demuestran una valentía encomiable al intentar tomar el control de su futuro".
Los abusos bajo custodia militar, "ilegítimos y prolongados" según AI, llegan después de años de experiencias de esclavitud y violencia sexual del grupo islámico, según el informe, que se basa en 126 entrevistas, entre ellas las de 82 supervivientes realizadas de 2019 a 2024. Estas detenciones ilegales de mujeres y niñas que escapan de los terroristas son apenas una muestra de la falta de apoyo por parte del Gobierno y las autoridades locales, de acuerdo con la organización.
"Esposas de Boko Haram"
El Ejército nigeriano, en colaboración de los grupos paramilitares armados con los que luchan contra el yihadismo, Fuerza Civil Conjunta, detiene a niñas y mujeres que han arriesgado su vida y las de sus hijos para escapar de Boko Haram por su supuesta relación con el grupo, como confirmaron 31 entrevistadas por AI. También las insultan y las llaman "esposas de Boko Haram" y las acusan de los actos de terrorismo y asesinatos.
En varios casos, las víctimas describieron palizas, malos tratos e incluso condiciones terribles equiparables con la tortura. Dos de las entrevistadas dieron a luz bajo custodia, mientras que otras vieron morir a sus hijos. AI denuncia que ninguna de las que relataron esta situación tuvo acceso a representación letrada ni fue acusada de ningún delito.
Los conflictos no terminan con la liberación después de estar detenidas. Varias sufren de problemas de salud física y mental, describen situaciones de discriminación de parte de sus comunidades y siguen esperando asistencia especial de parte de las autoridades. "El gobierno nigeriano no ha respetado sus obligaciones en materia de derechos humanos para proteger y apoyar debidamente a estas niñas y mujeres jóvenes", ha declarado Daoud. En muchos casos, algunas de estas víctimas se encontraron en campamentos de desplazados en los que se reencontraban con sus "esposos" del grupo terrorista.
Más de diez años de conflicto
Desde su aparición en Nigeria en 2009, Boko Haram ha sido responsable de multitud de secuestros de niños y niñas a los que someten a explotación sexual, matrimonios forzados y esclavitud doméstica. También han obligado a las secuestradas a cometer ataques suicidas con bombas. Según AI, "la mayoría de los atentados suicidas con bombas de Boko Haram fueron perpetrados por mujeres" entre 2014 y 2019.
En el 2019, el autodenominado Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP), escisión de Boko Haram, extendió su presencia en el norte del país, que tiene una mayoría musulmana frente a la predominante cristiana en el sur. Entre ambos grupos, que comparten el objetivo de establecer regímenes islamistas, han matado a más de 35.000 personas y han causado unos 2,7 millones de desplazados internos, sobre todo en Nigeria, pero también en países vecinos como Camerún, Chad y Níger, según datos gubernamentales y de la ONU.