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El movimiento #MeToo en China: la lucha por la libertad en un entorno de censura

  • Activistas que denunciaron abusos y acoso sexual han sido perseguidas y encarceladas en el país
  • La alta tecnología permite la "represión preventiva y monitorizar las conversaciones privadas", dice Lü Pin

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China repele el movimiento #MeToo: "Se las acusa de subversión contra el Estado"

China ha condenado a cinco años de cárcel a la periodista Sophia Huang Xueqin, que trató de impulsar el movimiento #MeToo en el país. Lleva ya mil días en prisión y sin esperanzas de salir antes de tiempo. Otras activistas que denunciaron abusos y acoso sexual también han sido perseguidas y encarceladas o han tenido que huir. RTVE ha conseguido hablar con una de las principales figuras de este movimiento, forzada a vivir en el exilio.

"A las feministas que están en la cárcel, como Sophia Huang Xueqin, se las acusa de subversión contra el Estado", comenta desde Nueva Jersey Lü Pin. Poner en marcha el movimiento #MeToo en China les ha salido caro a estas mujeres. Pin también ha tenido que pagar el precio. Creó la plataforma Voces Feministas y cuando viajó en 2015 a Nueva York, para una conferencia, ya no pudo volver.

"Un día después de mi aterrizaje en Nueva York, a cinco de mis colegas jóvenes las detuvieron en China por planear una campaña contra el acoso sexual", cuenta la activista. Posteriormente, la policía allanó su casa en Pekín.

"Prohibido por motivos legales"

El movimiento #MeToo en China llegó en 2018, inspirándose del movimiento global que comenzó en los Estados Unidos en 2017. Plataformas como Weibo y WeChat comenzaron a llenarse de historias de acoso y agresión sexual. Sin embargo, la realidad es que se ha encontrado con grandes obstáculos en un entorno lleno de censura y de restricciones en redes sociales.

"La censura en China es muy fuerte y poderosa, gracias a la alta tecnología. La censura permite la represión preventiva y monitorizar las conversaciones privadas, lo que hace cualquier acción pública imposible", explica Lü Pin. 

Al buscarlo aquí en las redes sociales, aparece "prohibido por motivos legales". Las palabras arroz y conejo, en chino, suenan "Me Too". De esta forma, las activistas se las ingeniaron para burlar la censura. Ellas mismas impulsaron las protestas contra la rígida política de Covid cero, pero poco margen hay para las manifestaciones.

No tener hijos como forma de protesta

Lü Pin explica que el movimiento de los papeles blancos, término que se refiere a las protestas que surgieron en China a finales de noviembre de 2022 por la falta de libertad de expresión en época de pandemia, proviene de grupos informales feministas. Y asegura que otras mujeres chinas deciden, como protesta, no tener hijos.

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"Las mujeres están tan decepcionadas con el Gobierno y con el sistema que han decidido que ya no van a contribuir con su fuerza reproductiva y emocional al sistema patriarcal", detalla Lü Pin, quien está determinada a luchar por su libertad y por la de otras feministas en China. 

Pese a que la censura y las restricciones continúan siendo un desafío, el movimiento #MeToo ha seguido evolucionando en el país, con activistas y víctimas encontrando nuevas formas de compartir sus historias y abogar por el cambio, tanto en línea como fuera de ella.