La cumbre en Suiza por la paz, una conferencia sobre Ucrania que busca resolver un conflicto inagotable
- Al encuentro asisten la mayoría de aliados de Ucrania y Rusia ha decidido no participar
- Guerra Rusia-Ucrania, en directo
Suiza alberga desde este sábado una reunión de alto nivel sobre el estado de la guerra en Ucrania. Al evento asistirán representantes casi 100 países y organizaciones internacionales, en su mayoría aliados de Kiev y con una minoría de Estados no alineados. De hecho, el presidente, Volodímir Zelenski, ha aprovechado su reciente gira internacional para pedir la participación en el encuentro.
El hotel Bürgenstock, situado sobre el lago de los Cuatro Cantones, ya ha sido sede de conversaciones de paz en conflictos anteriores, como en 2002 durante la Segunda Guerra Civil en Sudán. Se espera que el mismo lugar sirva para allanar el camino hacia el fin de la guerra, algo harto difícil ante la ausencia de una de las partes en liza.
"Vamos a acoger esta conferencia para la paz porque estamos listos para llevar el diálogo hasta el más alto nivel político, para confrontar todos los puntos de vista y ver cómo Rusia puede estar implicada", explicaba el ministro de Asuntos Exteriores suizo, Ignazio Cassis.
Según estipula la convocatoria publicada por el Gobierno suizo, el objetivo es reunir a los jefes de Estado y de Gobierno para tratar de desarrollar "un entendimiento común sobre un camino hacia una paz justa y duradera en Ucrania". En definitiva: encontrar una forma de incorporar a Rusia a las conversaciones bajo unos términos aceptables tanto para Moscú como para Kiev.
"Es más bien una conferencia internacional para apoyar a Ucrania", explica el profesor de Filosofía de la Universidad de Waterloo y autor de La moralidad de la guerra y la teoría de la guerra, Brian Orend. "Sin embargo, esto puede ser más necesario que nunca, tras el retraso en la financiación y el armamento, por lo que es posible que la comunidad internacional esté tratando de compensarlo", comenta.
Los objetivos de la cumbre
El Gobierno suizo ha identificado tres puntos clave de cara a la conferencia: proporcionar una plataforma para el diálogo sobre cómo lograr una paz integral, justa y duradera; promover una comprensión común para alcanzar dicho objetivo; y definir una hoja de ruta sobre cómo involucrar a ambas partes en un futuro proceso de paz.
La presidenta suiza, Viola Amherd, ha admitido que la reunión no resultará inmediatamente en un plan de alto el fuego, por lo que es seguro que se celebre una segunda vuelta en los meses siguientes.
Suiza organiza el encuentro desde su histórica neutralidad, una posición que ha sido puesta en duda por Rusia después de que Berna adoptase sanciones contra el país euroasiático tras la invasión. Mientras el Gobierno suizo considera que su postura comulga con la premisa de "ser neutral pero no indiferente", el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, lo califica como un posicionamiento en favor de la "minoría de Occidente".
En todo momento, el país alpino ha evitado incluir entre los objetivos de la cumbre cualesquiera de los puntos para la paz propuestos por las partes en guerra. Mientras el plan ucraniano exige la total retirada de las regiones ocupadas por Rusia, Crimea inclusive, la fórmula de paz rusa, en palabras del vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvedev, se basa en la premisa de que "el territorio en ambas orillas del Dniéper es inherentemente parte de las fronteras históricas de Rusia".
La mitad de la comunidad mundial presente, pero sin Rusia
En total, más de 160 delegaciones han sido invitadas, incluidos, entre otros, los BRICS, la UE, la ONU y hasta representaciones del Vaticano y el Patriarca de Constantinopla. De ese total, poco más de la mitad han afirmado su participación en el evento, más que los 30 del anterior encuentro de paz de Yeda en 2023, pero con ausencias significativas del Sur Global.
La negativa de Moscú a participar ha hecho inviable su invitación, algo criticado por el Gobierno suizo, que sigue "convencido" de que la renuencia del país hace "impensable" un acuerdo. "La conferencia es un primer paso", destacaba el ministro de Asuntos Exteriores suizo, pero "no habrá proceso de paz sin Rusia, por lo que la cuestión no es si estará a bordo, sino cuándo".
La verdad sea dicha, la práctica totalidad de los Estados que estarán en la cumbre no son aliados de Rusia, varios de ellos son directamente calificados por el Kremlin como "hostiles". Sin embargo, Orend no le quita valor a la cumbre: "Aún pueden tener valiosa información para Rusia, por lo que prestará mucha atención a la hora de ver si la unidad internacional en favor de Ucrania está fallando".
Por otro lado, países como Pakistán o Brasil han cuestionado su presencia en la cumbre al considerarla "poco útil", mientras que India tan solo enviará un representante simbólico. Incluso el presidente estadounidense, Joe Biden, ha señalado que no acudirá personalmente, y en su defecto estarán la vicepresidenta, Kamala Harris, y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan. El mandatario ha optado por volar a California para un evento de recaudación de fondos con celebridades para la campaña electoral.
Además de Rusia, la ausencia más sonada es la china. El país asiático ha señalado en reiteradas ocasiones la participación igualitaria de todas las partes en las conversaciones. Dado que Moscú no acudirá, Pekín tampoco lo hará y, de hecho, Zelenski ha llegado a acusar a Pekín de un intento de "boicotear" la conferencia.
"China es un proveedor fundamental para la industria de defensa rusa", establece el investigador del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, Nicholas Marsh. "Si el país asiático presiona para que se adopte un acuerdo de paz, su posición tendría mucho peso para Moscú", recalca.
Sin embargo, según el portavoz de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, la cumbre es considerada por China "de gran importancia". “No asistir no significa no apoyar la paz”, señalaba Ning en respuesta a las acusaciones de Zelenski, que inmediatamente contestó: "Rusia, utilizando la influencia china en la región y a los diplomáticos chinos, hace todo lo posible para perturbar la cumbre de paz".
Intereses enfrentados
Ucrania ve la exclusión de Rusia como una decisión "lógica". El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, la justificaba al señalar la imposibilidad de garantizar que su presidente, Vladímir Putin, actuase de buena fe en la conferencia. "Si Rusia hubiera aparecido, bien podría haber dado un vuelco a todo el evento y ciertamente habría interrumpido cualquier muestra de apoyo a Ucrania", añade Orend.
A juicio de Rusia, para que se logre cualquier acuerdo de paz, el Gobierno ucraniano debe reconocer las "nuevas realidades territoriales", correspondientes a la anexión de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón. Kiev no está dispuesto a aceptarlo. "Desde finales de 2022, ninguno ha podido recuperar un territorio significativo y, al mismo tiempo, ninguno está dispuesto a asumir la actual línea del frente como base para un acuerdo de paz", señala Marsh.
Estancamiento en el frente
El conflicto en Ucrania lleva meses estancados, sin ninguna de las partes con capacidad suficiente para romper la línea del frente y con avances limitados en las distintas regiones en liza. La contraofensiva de verano ucraniana resultó en un fracaso, mientras que los ataques rusos en Járkov tan solo han servido para revitalizar el apoyo occidental a Kiev.
La situación sobre el terreno revela una renuencia tanto de Rusia como Ucrania a negociar, convencidos de que podrán obtener suficiente ventaja en el futuro para forzar una alto el fuego bajo sus términos. Al mismo tiempo, su negativa limita que las conversaciones de paz prosperen en ambas direcciones.
"Entretanto, ambos buscan una ventaja a largo plazo, con Rusia esperando que la ayuda occidental se agote a medida que los Estados pierdan interés, y con Kiev tratando de recuperar la iniciativa ante las renovadas señales de compromiso de sus aliados", concluye.
El país euroasiático también ha criticado la cumbre como un intento de conseguir apoyo internacional para la causa ucraniana, en particular entre los países del Sur Global. En declaraciones ante la prensa el pasado 3 de mayo, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zhakarova, instó a sus "socios de los países de la mayoría global a no dejarse arrastrar a otra empresa antirrusa por parte de Occidente".
Desde la perspectiva ucraniana, la única posibilidad de ver a Rusia sentada en la mesa de negociaciones pasa por el número de apoyos que Kiev sume a su causa en la cumbre. "Cuanto mayor sea la participación, más probable será que Rusia tenga que escuchar", afirmaba Zelenski en el foro de Shangri-la.
A vueltas con los planes de paz
El mandatario ucraniano también dijo que el país tenía una serie de propuestas que hacer en la conferencia como base para la paz, y que incluiría la seguridad nuclear y alimentaria, así como la liberación de prisioneros de guerra y el regreso de los niños ucranianos secuestrados por Rusia.
En un discurso ante el G20 en noviembre de 2020, Zelenski expuso un plan de diez puntos para la paz basado en el principio de que a Ucrania "no se le debe ofrecer llegar a compromisos con su conciencia, soberanía, territorio e independencia". Basándose en el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, el plan se centra en el cese de la agresión rusa, la retirada de sus fuerzas de los territorios ocupados y las reparaciones.
Además de Ucrania y Rusia, otros países han tratado de ofrecer sus propuestas particulares. En febrero de 2023, China presentó un plan de paz que fue rechazado por Ucrania y sus aliados al no reconocer la invasión rusa, y por hacerse eco de los argumentos presentados por el Kremlin, que acusa a Occidente de ser responsable del conflicto. Esto al mismo tiempo despertó dudas en Ucrania sobre el papel de China como mediador neutral mientras brindaba a Rusia apoyo económico y diplomático.
Otros Estados como Brasil han propuesto la creación de un "G20 para la paz", algo que los titulares del grupo desecharon en marzo del 2024 al alegar que su configuración no es apta para ser una plataforma de conversaciones, sino como un vocero que "ayude a comunicar la idea de que es necesario lograr la paz". El resto de iniciativas se han limitado a llamamientos al diálogo.
En cualquier caso, la declaración final de la conferencia en Suiza servirá para medir la opinión internacional con respecto al conflicto en Ucrania; en ningún caso una solución a la guerra. Sin Rusia presente y sin una predisposición al diálogo por su parte, es probable que una paz duradera y cierta no sea mas que una quimera.
La seguridad durante la cumbre de paz
El hotel de Suiza Central está acostumbrado a organizar grandes recepciones, pero rara vez de esta magnitud. El último acontecimiento de este tipo se remonta a hace 20 años durante el proceso de reunificación de la isla de Chipre.
Según indica el Departamento Federal de Asuntos Exteriores de Suiza, el país ha establecido un límite presupuestario de entre 10 y 15 millones de euros, de los cuales aproximadamente dos tercios se exclusivamente a medidas de seguridad. Los costos exactos se anunciarán al final de la cumbre.
La semana previa a la cumbre, la presidencia suiza confirmó en una conferencia de prensa que los ciberataques contra la infraestructura del país habían aumentado en los días anteriores. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis, afirmó que existe un claro "interés" de interrumpir las conversaciones de paz, aunque evitó pronunciarse cuando se le ha preguntado si Rusia está involucrada.