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Excomunión de las clarisas de Belorado: ¿qué es, qué dicen los expertos y qué consecuencias tiene?

  • La excomunión equivale a la expulsión de la Iglesia Católica y la pérdida de todos los derechos religiosos
  • Conceden a las hermanas Isabel, Sión y Paz una prórroga hasta el viernes para aclarar su relación con la Iglesia

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Expertos en derecho canónico analizan la excomunión de las clarisas de Belorado

Las monjas del Monasterio de Santa Clara de Belorado se encuentran en una encrucijada histórica. Tras más de un mes de tensiones con la Iglesia Católica a través del Arzobispado de Burgos, se enfrentan a la posibilidad de ser excomulgadas por el delito de cisma, un hecho sin precedentes en la España del siglo XXI.

Este domingo se han cumplido los diez días de plazo dado por el comisario pontificio, Mario Iceta, para las tres monjas con más visibilidad en este singular suceso, pero las hermanas han pedido una prórroga al Arzobispado de Burgos, que les ha concedido cinco días más. La ex abadesa Isabel -única firmante del Manifiesto Católico- y las hermanas Sión y Paz, las tres que denunciaron en una comisaría de Logroño al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, por abuso de poder cuando fue nombrado por el Vaticano comisario pontificio. O lo que es lo mismo, administrador canónico y civil -a todos los efectos- de los monasterios de Derio, Orduña y Belorado.

El pasado 6 de junio, a pesar de su resistencia y tras llamar a la Guardia Civil, la notaria hizo entrega de la documentación pertinente a las 15 monjas que permanecen atrincheradas en el monasterio. Una de ellas, sor María Amparo, salió a otro monasterio de clarisas porque no quiso pertenecer a la secta de la Pía Unión de san Pablo Apóstol. En estos papeles oficiales se les comunicaba que antes del 16 de junio tenían que firmar su renuncia a la Iglesia Católica -de modo individual- las tres hermanas que denunciaron al comisario pontificio: Isabel, Sión y Paz. Ahora tienen, con el nuevo plazo, hasta el viernes día 21.

De las doce restantes hay cinco que son mayores y están enfermas. Ninguna de ellas apareció en la entrevista pagada que concedieron a un programa de televisión vespertino dedicado al entretenimiento. Estas cinco religiosas han quedado excluidas del proceso de excomunión. El comisario pontificio considera que no han sido informadas de lo que está ocurriendo en el monasterio.

Las otras siete religiosas que aparecieron en la entrevista colectiva de televisión el pasado 15 de mayo junto a Isabel, Sión, Paz tendrán que comunicar, una a una, su relación con la Iglesia Católica también el próximo viernes.

¿Qué dice el Código de Derecho Canónico sobre la excomunión?

El Código de Derecho Canónico, en su canon 731, define la excomunión como la "pena más grave" que la Iglesia puede imponer a uno de sus fieles. Se trata de una "separación formal de la comunidad eclesial", que implica la privación de derechos y sacramentos, como la Eucaristía, la confesión o la unción de los enfermos. Equivale a una expulsión de la comunidad religiosa en su sentido más amplio. Dejar de pertenecer a una religión.

El canon 733 establece que se incurre en excomunión "latae sententiae", es decir, automática, por "cometer apostasía, herejía o cisma". El cisma, a su vez, se define en el canon 752 como la "rebelión contra el Romano Pontífice o contra la autoridad eclesiástica superior, en lo que concierne a la doctrina o al gobierno de la Iglesia". Es un acto individual, de ahí que el comisario pontificio haya solicitado, a través de un documento notarial, que las religiosas se pronuncien individualmente sobre su relación con la Iglesia Católica.

¿Qué consecuencias tiene la excomunión para las monjas?

Las consecuencias de la excomunión para las monjas de Belorado son principalmente espirituales. No podrán participar en los sacramentos de la Iglesia ni recibir asistencia religiosa. Además, podrían ser marginadas por la comunidad católica local.

En términos civiles, aunque la Iglesia y el Estado son entidades separadas en España, ciertos aspectos de la vida civil, como el matrimonio, pueden verse afectados por las decisiones eclesiásticas. Sin embargo, la excomunión en sí misma no tiene efectos directos sobre la legalidad civil de las monjas.

¿Podrán seguir viviendo en el monasterio tras la excomunión?

En una conversación con EFE, la doctora en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca e investigadora en el ámbito del Derecho Patrimonial Canónico, Laura Magdalena Miguel afirma que en caso de culminar su desvinculación con Roma, las clarisas de Belorado deben tener claro que el futuro como propietarias de los conventos se les complicaría: los perderían.

No es compatible negar la comunión con el papa y seguir siendo una comunidad

"No es compatible negar la comunión con el papa y seguir siendo una comunidad", ha resumido Laura Magdalena Miguel, quien recuerda que la titularidad de estas propiedades -conventos de Derio (Vizcaya) y Belorado (Burgos)- radica en la comunidad de las clarisas que los habitan, no en cada una de ellas de forma individual, ya que eso significaría la quiebra de su voto de pobreza.

¿Qué opinan los expertos?

Algunos expertos canonistas han señalado que la excomunión podría ser una medida demasiado drástica. Otros consideran que es el único modo que tiene la Iglesia de defenderse. Entre estos últimos está José Antonio Gea, profesor de Derecho Canónico de la Universidad CEU San Pablo, quien ha defendido en declaraciones a Religión en Libertad la postura del Arzobispado de Burgos, afirmando que la excomunión es "la única herramienta que tiene la Iglesia para defender su unidad y su doctrina". Una postura que coincide con la de Luis Santamaría, teólogo y experto en sectas, quien ha señalado en una entrevista a El Mundo que las monjas de Belorado "han incurrido en un cisma claro y evidente", por lo que la excomunión es "la única salida posible".

Gea y Santamaría coinciden, como no podía ser de otra manera, con una salida dialogada. Algo que defiende Juan Miguel Díaz Merchán, profesor de Derecho Canónico de la Universidad de Comillas, quien ha abogado en un artículo publicado en Vida Nueva por el diálogo y la búsqueda de soluciones consensuadas. Exactamente igual que José Luis Regojo, sacerdote y experto en derecho eclesiástico, que ha afirmado en declaraciones a la Cope que la excomunión "debe ser el último recurso", y ha pedido a las autoridades eclesiásticas que "exploren todas las vías posibles para evitarla".

Otros expertos que se han pronunciado sobre la posible excomunión de las religiosas en distintos medios son Manuel Arroba Marcos, profesor de Derecho Canónico de la Universidad de Salamanca, quien ha escrito un artículo en The Conversation donde llama a la moderación y al diálogo. Lo mismo que el teólogo y experto en relaciones Iglesia-Estado, Vicente Martínez Soler, quien ha señalado en una entrevista a El País que la excomunión "no debe ser utilizada como un arma para castigar, sino como un medio para reconducir a la fe".

¿Qué pasará con las 15 monjas del monasterio?

El Comisario Pontificio ha dado un plazo hasta el 21 de junio para que las monjas expresen individualmente su posición con respecto a la Iglesia Católica.

Las tres monjas que denunciaron al Arzobispo (Isabel, Sión y Paz), si no sucede un milagro, parece que no se someterán a la autoridad eclesiástica. Las otras siete monjas que aparecieron en el programa de Ana Rosa Quintana no han expresado su postura de forma clara. Hasta el viernes tienen tiempo para comunicar al comisario pontificio si siguen en la Iglesia Católica o renuncian a ella para integrarse en la secta de la Pía Unión de san Pablo Apóstol.

También hay que tener en cuenta la situación de las cinco monjas enfermas que no pudieron aparecer en la entrevista de televisión y la de sor María Amparo, la hermana que salió del monasterio porque no quería pertenecer a una secta de "fantoches".

Un futuro incierto

El futuro de las monjas de Belorado es incierto. La excomunión parece ser una posibilidad real, pero todavía hay tiempo para el diálogo y la búsqueda de soluciones.

Este caso sin precedentes pone de manifiesto las tensiones que existen en la Iglesia Católica entre la tradición y la renovación, entre la autoridad y la autonomía, pero sobre todo, del peligro que corren algunas de las religiosas que sufren penurias económicas y no cuentan con la ayuda necesaria por parte de las instituciones eclesiásticas. Solo el tiempo dirá cómo se resolverá este conflicto y cuál será el destino de las monjas de Belorado.