¿Qué fue de Marina d'Or, la Ciudad de Vacaciones?
- El Grupo Fuertes y la empresa Magic World Costa Blanca, propietarios del complejo, invierten millones de euros en la reforma
- Los vecinos se quejan de la falta de mantenimiento de las instalaciones de Marina d’Or por parte del ayuntamiento
- Recupera el reportaje de Repor de Marina d'Or en RTVE Play
“Marina d’Or Ciudad de vacaciones ¿Dígame?”. Hace ahora 20 años este eslogan resonaba en los televisores de todos los hogares. Era una intensa campaña publicitaria dispuesta a atraer veraneantes y compradores de los nuevos apartamentos que se estaban construyendo en la costa de Castellón, en Oropesa del Mar.
Entre 2000 y 2007 aquí se edificaron más de 12.000 apartamentos. La zona se convirtió en el lugar donde se celebraban eventos con caras conocidas y los concursos de Miss España. Marina d’Or estaba de moda entre la población que ansiaba unas vacaciones de playa, luces y espectáculos. El proyecto iba a más. Se prometía construir en un futuro tres campos de golf, una playa con arena traída de El Caribe, una pista de esquí, además de zonas temáticas de diferentes países del mundo y otras instalaciones que parecían salidas de un cuento. Todo un sueño. Muchos pensaron que con estas perspectivas, comprar un apartamento aquí podría ser una buena inversión. Miles de personas decidieron hacerlo. Hasta entonces todo parecía marchar sobre ruedas. Pero pronto Marina d’Or despertaría del sueño. Repor explicó el fenómeno en el 2008 y ahora vuelve a alguno de los escenarios que visitó entonces.
Apartamentos por 60.000 euros
Pero todo empezó a complicarse. Jesús Ger, el empresario artífice del plan, no consiguió los permisos de impacto ambiental para sus faraónicos proyectos. En 2008, llegó la crisis inmobiliaria y lo cambió todo.
Aquí, como en la mayoría de zonas de segundas residencias, el impacto inmobiliario fue mayor. Los propietarios no solo no pudieron hacer frente a los pagos de sus hipotecas, sino que vieron como el precio de la vivienda que acababan de comprar se depreciaba día a día. La empresa constructora se quedó con centenares de pisos sin vender. La caída de los precios en esta zona fue imparable.
“Los pisos más baratos se han vendido casi todos“
“Yo he tenido a la venta apartamentos que, cuando se construyeron, costaban 260.000 euros y los he acabado vendiendo por 150.000”, cuenta Valentin Brotú, que dirige una inmobiliaria en el corazón de Marina d’Or, junto al balneario que hizo famoso el complejo.
Carmen y Pedro disfrutan ahora jubilados de su casa cerca del mar. Hace un año que compraron el apartamento. Pagaron 60.000 euros por una planta baja, con dos habitaciones, garaje y jardín a 100 metros de la playa. "Los pisos más baratos ya se han vendido todos", explica Valentín. Ahora los que quedan ya están más en la línea de lo que marca el mercado. Después de la pandemia, cuenta, los precios y también la demanda se ha incrementado entre un 10 y un 15%.
Marina d’Or arrastra la crisis desde el 2008. La empresa de Jesús Ger hizo suspensión de pagos en el 2014. Cuatro años después se vio obligada a vender los cinco hoteles que tenía, las atracciones de la zona y más de 250 locales y apartamentos, que pasaron a manos del fondo de inversión Farallón.
Soñando con Messi
Los vecinos aseguran que durante esta época la zona había entrado en una decadencia cada vez más pronunciada, con las instalaciones cada vez más precarias y la afluencia de turistas de “botellón” poco respetuosos con el descanso y el entorno.
El mes de septiembre pasado, los hoteles y todas las instalaciones cerraron sus puertas. Las ha comprado el grupo Fuertes, propietario de la marca El Pozo y la empresa Magic World Costa Blanca y desde entonces están llevando a cabo una reforma completa del complejo. “Queremos dar una nueva imagen, olvidar los últimos años de estas instalaciones, para ello hemos hecho una gran inversión. Queremos atraer a un público familiar y de todos los bolsillos”. Javier García, Vicepresidente Hoteles Magic Costa Blanca, explica que la intención es también cambiar el nombre de la marca, pasando primero a llamarse la Nueva Marina d’Or, para consolidar el nombre de Magic World. Ya casi está todo a punto para la reapertura de cuatro de los cinco hoteles. El hotel balneario, totalmente reformado y ampliado, abrirá el año próximo.
“Queremos dar una nueva imagen“
Los hoteles están tematizados para niños de diferentes edades. Desde los más pequeños, a los más grandes, explica Javier Garcia. Uno de ellos está dedicado a los deportes, y las habitaciones reproducen con todo lujo de detalles una cancha de baloncesto o un estadio de fútbol. “Nos gusta crear mundos mágicos para que la gente disfrute. Vamos a dar nuestra mejor versión para que esto sea un éxito”.
El futuro incierto del pavo real
Eso es lo que esperan los vecinos de la zona, que Marina d’Or recupere el esplendor de antaño. Porque nada se asemeja a lo que encontraron hace 20 años cuando compraron sus apartamentos.
Carmen Albardia forma parte del Movimiento Vecinal Amplaries, una de las diferentes asociaciones de vecinos que se han ido creando en la zona en los últimos años. Carmen muestra el estado en que se encuentran los bancos de trencadís que fueron el orgullo entre los residentes y que ahora enseñan sus entrañas de cemento, mientras los trozos de baldosa se esparcen por el suelo. Denuncian que hay parques infantiles clausurados desde hace dos años a la espera de ser reformados. El jardín frente al mar con fuentes, animales y una amplia variedad de especies vegetales era también una de las principales atracciones del complejo. En la verja un cartel anuncia que está cerrado por reformas.
“Todo lo que requiere mantenimiento, el ayuntamiento lo cierra o lo quita”, denuncia Antonio Pascual, que forma parte también del Movimiento Vecinal Amplaries. “El parque siempre está cerrado por reformas, y cuando lo abren no han reformado nada”. Los pavos reales y otras aves que fueron inquilinas de este recinto ahora deambulan por las calles solitarias de Marina d’Or. “Cuando el ayuntamiento dio permiso para hacer esta urbanización debería haber pensado en el mantenimiento que conlleva todas estas instalaciones", se lamenta Pascual.
La alcaldesa de Oropesa de Mar, Araceli de Moya, reconoce las deficiencias que tiene la zona y asegura que van a invertir casi 14 millones de euros de sus ahorros en mejoras en el municipio y que una parte se destinará a Marina d'Or.
Mientras Marina d’Or intenta salir como puede de los estragos de la crisis y deshacerse de la precariedad de su pasado, el empresario que puso en marcha el complejo turístico, Jesús Ger, está construyendo y vendiendo de nuevo apartamentos. Son bloques de 190 pisos construidos esta vez en el término municipal de Cabanes, cercanos al parque natural del Prat de Cabanes-Torreblanca. Es la continuación de Marina d’Or, el modelo de ciudad de vacaciones, sol y playa que, la falta de permisos y la crisis, paró.