El camionero que encontró a la menor violada en Igualada: "Temblaba y repetía no, no, no"
- En el juicio se ha eximido de declarar a la víctima, que sufre graves secuelas a causa de la brutal agresión sexual
- Los informes definen al acusado como una persona con comportamientos "vejatorios y humillantes" con las mujeres
La joven de 16 años brutalmente violada en noviembre de 2021 en Igualada (Barcelona) fue encontrada por un camionero en el callejón de un polígono industrial, ensangrentada y "temblando" mientras repetía "no, no, no", incluso cuando le avisaron de que una ambulancia iba en camino.
Así lo ha explicado este lunes el camionero que la auxilió ante el tribunal que juzga en la Audiencia de Barcelona al supuesto violador, Brian Raimundo C., de 24 años, para quien la Fiscalía pide 45 años de prisión por los delitos asesinato en grado de tentativa y agresión sexual, indemnizaciones para la víctima de 260.000 euros y 10 años de libertad vigilada.
La brutal violación, que dejó graves heridas a la menor por las que tuvo que permanecer hospitalizada casi un año, ocurrió la madrugada del 1 de noviembre de 2021, cuando la joven regresaba sola a casa, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), tras pasar la noche de fiesta con unas amigas en la discoteca Epic de Igualada.
En el primer día de juicio, el tribunal ha escuchado a puerta cerrada el relato de la víctima, una grabación de su declaración durante la instrucción del caso que se ha reproducido como prueba preconstituida para evitar que reviva recuerdos traumáticos. La joven ha sido eximida de tener que declarar ante el tribunal por sufrir graves secuelas.
La declaración de los testigos
También este lunes han declarado cuatro testigos, entre ellos dos camioneros que la auxiliaron cuando la encontraron en un callejón solitario de hormigón, sin nombre siquiera, en un polígono industrial de Igualada.
El camionero que localizó a la menor ha relatado que, con las primeras luces del amanecer, distinguió su cuerpo en ese callejón trasero de unas naves industriales, ensangrentada, semidesnuda y "temblando" de frío, por lo que lo primero que hizo fue sacarse la chaqueta y echársela encima. Según el testigo, la joven estaba consciente, pero era incapaz de mantener una conversación: "le dije ahora viene la ambulancia y ella repetía no, no, no", ha explicado.
Ha coincidido con su relato el otro camionero que auxilió a la joven, quien la recuerda "en un charco de sangre, temblando", por lo que fue a buscar a su vehículo una camisa y una chaqueta con la que cubrirla.
También ha declarado en la primera sesión de la vista la amiga con la que la menor fue a la fiesta de Halloween en la discoteca Epic de Igualada, quien ha explicado que tuvieron una discusión dentro del local porque la menor se había separado de ella para "irse con un chico".
"Le dije de quedar en la salida, pero ya no la volví a ver", ha contado la testigo. De camino a la estación, entre las 6 y las 7 de la mañana, la llamó por teléfono, pero ella ya no descolgó.
La testigo volvió a ver a su amiga ya cuando estaba ingresada en el hospital, recuperándose de las graves heridas y sin recordar apenas nada lo que sucedido: "me pidió que se lo refrescara, no sabía muy bien por qué estaba allí".
Otro de los testigos del día ha sido el de la última persona que vio a la víctima antes de la brutal violación, un chico con el que se había ido de la discoteca en busca de intimidad y que ha explicado que la menor le dijo que iba a volver a casa con sus amigas.
El acusado declarará al final
En las cuestiones previas del juicio, el tribunal, presidido por la magistrada Montserrat Comas, ha aceptado la petición de la defensa para que Brian Raimundo C. declare al final de la vista oral -una vez lo hagan los testigos y se expongan las pruebas periciales-, invocando las sentencias del Tribunal Supremo que así lo permiten.
En paralelo, la sala ha extremado aún más las medidas de protección para la víctima y su familia, al prohibir a los medios de comunicación que den a conocer los nombres y apellidos no solo de la menor, sino también de su entorno, y que difundan imágenes suyas mientras dure el juicio.
En su escrito de acusación, la Fiscalía mantiene que el procesado, en prisión provisional desde su detención en abril de 2022, siguió a la joven por las calles de Igualada cuando se dirigía a pie a la estación y la atacó "de forma sorpresiva", tras lo que se la llevó a una zona "solitaria y huérfana de testigos, poco iluminada y sin cámaras", para agredirla sexualmente.
A lo largo de 20 minutos, añade el ministerio público, el procesado golpeó a la chica en varias partes del cuerpo, mientras la sujetaba con fuerza, y la penetró "de manera brutal", incluso con objetos, demostrando así su "absoluto desprecio a su condición de mujer".
Tras la violación, propinó a la víctima un "fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente", la dejó abandonada en el suelo y huyó del lugar.
La víctima, que fue ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y estuvo casi un año hospitalizada a consecuencia de la agresión, sufrió un traumatismo craneoencefálico y una ruptura craneal, además de otras lesiones por todo el cuerpo.
Según el ministerio público, la joven arrastra como secuelas un "estrés postraumático grave y desestabilización personal" puesto que las lesiones causadas, en la mayoría de casos "mortales de necesidad", pusieron su vida en peligro.
Una persona "impulsiva, incapaz de gestionar" la frustración
Los informes sobre el perfil criminal y psicológico elaborado por los Mossos d'Esquadra durante la fase de instrucción de la causa, y que figuran en el sumario, definen al acusado como una persona con comportamientos "vejatorios y humillantes" con las mujeres para "dañarlas" física y moralmente y que no tiene, además, "remordimiento" tras cometer sus "acciones agresivas".
A nivel psicológico, los informes describen al violador de Igualada como una persona "impulsiva, incapaz de gestionar escenarios de frustración delante de escenarios de enfrentamiento, conflicto o rechazo, con la capacidad de ser violento si la situación lo requiere, con una sexualidad no normalizada....".
El procesado ya contaba con una condena de cuando tenía 15 años (en 2016) por intentar violar a su hermanastra pequeña, de apenas 7 años, mientras estaba alojado con la familia en un 'camping', unos hechos que denunció su propia madre.
El Juzgado de Menores de Girona le condenó en su día a un año de internamiento. Sin embargo, la pena fue suspendida bajo la condición de que cumpliera con la libertad vigilada, siguiera un tratamiento psiquiátrico y acudiera a desintoxicación.