Condenan a casi 30 años de cárcel a una falsa doctora por inyectar silicona a mujeres en Canarias
- La acusada tendrá que indemnizar a las víctimas con un total de 181.000 euros por los daños ocasionados
- La sentencia declara que hizo todo ello sin "formación específica" y sin haber cursado estudio alguno
La Audiencia de Las Palmas ha condenado a 29 años y siete meses de cárcel a una falsa doctora que inyectó silicona en los labios a 37 mujeres en Gran Canaria entre 2016 y 2019. La falsa doctora les hacía creer que les administraba ácido hialurónico, provocándoles diversas lesiones.
La sentencia le ha declarado como culpable de 17 delitos de lesiones castigados con un año y tres meses cada uno, de otros 20 cargos de lesiones sancionados con cinco meses de prisión cada uno y de un delito de intrusismo profesional, al que se asigna una multa de 4.500 euros. Si bien ha sido absuelta del delito de estafa que también se le había imputado en el juicio, la condenada tendrá que indemnizar a las víctimas con un total de 181.000 euros por los daños ocasionados. Estas acudían a su domicilio de Las Palmas de Gran Canaria y a un inmueble de Playa del Inglés, en el sur de la isla, con el objetivo de recibir las infiltraciones.
Las mujeres que solicitaban sus servicios, añaden los magistrados, se ponían en sus manos "en la creencia de que se les iba a inyectar ácido hialurónico", cuando en realidad les administraba "silicona líquida". Una sustancia de relleno cuyo uso en tratamientos estéticos no está autorizado ni por la Agencia Española del Medicamento ni por la Sociedad Española de Medicina Estética.
La sentencia añade que hizo todo ello sin "formación específica" y sin haber cursado estudio alguno al respecto y, "por lo tanto, careciendo de cualquier tipo de autorización y cualificación que le permitiera tal actividad".
Pagaban 200 euros por el "tratamiento"
La infiltración en los labios se efectuaba en dos sesiones, según expone el tribunal, "en una habitación carente de cualquier equipamiento sanitario y estando ya las jeringuillas cargadas con el producto". Las víctimas pagaban por el "tratamiento" 200 euros en total. En la primera sesión se hacía un desembolso de 150, en la que se inyectaba el relleno, y 50 en la segunda, que se concertaba días después para hacer retoques.
Con el tiempo, remarca la sentencia, "como mínimo 37 mujeres que habían sido infiltradas por la acusada comenzaron a sentir molestias, como hinchazón excesiva, granulosis o dolor intenso ante cualquier golpe". Estas molestias fueron comunicadas a la acusada, "siempre por vía WhatsApp", quien respondía que "eran normales y que se masajearan los labios, se aplicaran hielo y en algunas ocasiones que se aplicaran antiinflamatorios".
Por otro lado, la Audiencia ha descartado el delito de estafa al considerar que ya está incluido en el delito de intrusismo. Tampoco ve aplicable el delito contra la salud pública, ya que considera probado que las lesiones no fueron dolosas (infligidas a propósito o conociendo lo que podía suceder), sino causadas por imprudencia.
Contra esta sentencia, la procesada aún puede interponer recurso de apelación ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.