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EE.UU. aprueba un plan para regularizar a los migrantes que se han casado con estadounidenses

  • Trump ha calificado el programa "un ataque directo a la democracia" y ha prometido "desecharlo"
  • La medida también tendrá en cuenta a 50.000 menores cuyos padres sean ciudadanos estadounidenses

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Una funcionaria de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos toma los datos de una inmigrantes.
Una funcionaria de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos toma los datos de una inmigrantes. José Luis González / Reuters

El presidente estadounidense, Joe Biden, ha anunciado la legalización de miles de inmigrantes en Estados Unidos siempre y cuando estén casados con nacionales del país. Una medida que marca un año electoral de contrastes políticos con respecto a su principal competidor, Donald Trump, quien defiende deportaciones masivas para limitar el número de inmigrantes en el país.

El programa acogerá a unos 500.000 cónyuges que hayan vivido en los Estados Unidos durante al menos diez años. Asimismo, unos 50.000 niños cuyos padres sean ciudadanos estadounidenses también podrán optar a la medida. "Estas acciones promoverán la unidad familiar y fortalecerán nuestra  economía", ha señalado la Casa Blanca en un comunicado.

El programa propuesto se apoya en el parole, una figura legal que concede durante tres años una protección frente a la deportación a los inmigrantes que hayan entrado por vías irregulares a los EE.UU. y estén casados con estadounidenses, además de darles la posibilidad de aplicar a un permiso de trabajo. Esto les abre la puerta pedir la residencia (la famosa green card) dentro de los EE.UU. y, pasados algunos años, la ciudadanía.

La decisión de Biden contrasta con la llevada a cabo a principios de junio, cuando prohibió que la mayoría de los inmigrantes que cruzaban la frontera entre Estados Unidos y México solicitasen asilo en el país, una política que  reflejó una prohibición de asilo similar a las llevadas a cabo durante la era Trump. El anuncio generó en su momento varias críticas entre activistas, así como en las filas demócratas.

En cambio, el programa de legalización planeado por Biden para cónyuges de estadounidenses parece reforzar su mensaje de campaña de que apoya un sistema de inmigración más humano y muestra sus diferencias con respecto a la línea dura del candidato presidencial republicano. Pero, tras una serie niveles récord de arrestos de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, Biden también parece haber endurecido su enfoque en los últimos meses.

Trump: Biden concede "amnistía" a "millones de extranjeros"

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump ha mostrado este martes su rechazo al nuevo plan de regularización migratoria del Gobierno de Joe Biden, una medida que, a su juicio, concede "amnistía" a "millones de extranjeros" que entran de manera irregular al país norteamericano.

Biden "va a conceder formalmente una amnistía masiva a millones de extranjeros ilegales que llegaron a nuestro país", ha arremetido el magnate estadounidense y precandidato electoral republicano durante un mitin celebrado en la ciudad de Racine, en el estado de Wisconsin.

El programa, ha agregado, supone "un ataque directo a la democracia estadounidense" y un ejemplo más de "cómo Biden y sus comunistas" están demoliendo el sistema constitucional y reemplazándolo por "un régimen corrupto y fascista".

El exmandatario (2017-2021) ha prometido "desechar" este plan de regularización en cuanto ponga un pie en la Casa Blanca, en caso de ser reelegido en las próximos comicios, y ha acusado a Biden de usar a los migrantes que entran en EE.UU. en situación irregular para sacar rédito electoral.

"Joe Biden quiere ser el presidente de los inmigrantes ilegales, pero yo seré el presidente de los estadounidenses respetuosos de la ley. Seré presidente de todos los orígenes, de todas las condiciones sociales, de todas las razas, religiones, colores y credos", afirmó.

Alivio para los indocumentados

La medida llega en medio de las campañas presidenciales, con las elecciones a menos de cinco meses y la gestión de la migración como uno de los temas centrales de los discursos políticos. Su aprobación supone el alivio migratorio más importante desde el programa del Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que fue creado en el 2012 por la administración del entonces presidente, Barack Obama, y ha concedido permisos de trabajo y protección frente a la deportación a sus beneficiarios, apodados "soñadores".

"Estas personas tienen profundos lazos familiares y con su comunidad en EE.UU.", ha señalado uno de los funcionarios que adelantaron la medida en una llamada con periodistas. También hablaron de las situaciones en las que las personas indocumentadas buscan la residencia saliendo del país y acudiendo a la embajada para casarse con un estadounidense.

El Gobierno estadounidense había anunciado este martes que buscaría la "mejora" de los procesos de solicitud de visas de trabajo para quienes habían llegado de niños al país y todavía no han regularizado su situación. Parte de la iniciativa pasa por la creación de "guías" que aclaren los procesos de expedición de visas para los "soñadores" graduados de universidades estadounidenses y con "ofertas de empleo" de empresas nacionales.

Legisladores y ONG califican la medida de "hito histórico"

Legisladores demócratas y ONG en defensa de los derechos de los migrantes han celebrado el nuevo plan de regularización, al que califican de "hito histórico". Desde Washington, legisladores demócratas que han presionado durante meses al Gobierno para tomar acciones favorables a los migrantes que ya están en el país han aplaudido la decisión.

"Es [una decisión] justa y debía haberse tomado hace mucho tiempo", ha señalado el senador demócrata, Dick Durbin, en un comunicado. "Mientras que los republicanos y su líder ven la migración con miedo (...) Biden entiende que, con sus retos, la migración está en la esencia del país", ha añadido.

Del mismo modo, la senadora Catherine Cortez Masto, la única legisladora latina en la Cámara Alta, ha aplaudido la medida como un gran paso adelante: "El Gobierno de Biden entiende que se puede invertir en seguridad fronteriza y defender a las familias migrantes", ha destacado. 

Decenas de ONG en defensa de los derechos de los migrantes también han celebrado el nuevo plan. "Es un tremendo paso adelante del presidente Biden y representa un cumplimiento de la promesa de mantener unidas a las familia", ha señalado el presidente de la organización FWD.us, Todd Schulte.

Sin embargo, y pese a reconocer que las nuevas medidas son un "gran paso para arreglar el sistema de inmigración roto" de EE.UU., la directora de la ONG National Women's Law Center, Fatima Goss, ha recordado que Biden también anunció hace menos de dos semanas una serie de restricciones al derecho al asilo en la frontera sur.

Los republicanos censuran la decisión

La oposición republicana, encabezada por su líder de facto, el expresidente Donald Trump, no ha tardado en rechazar las nuevas medidas. "Biden ha creado otra invitación para la inmigración ilegal a través de una orden de amnistía", ha descrito la portavoz de la campaña de Trump, Karoline Leavitt, en un comunicado. 

Este mismo mensaje fue replicado por el senador y aliado cercano de Trump Ted Cruz, quien ha asegurado en su cuenta de la plataforma X que las nuevas medidas darán el derecho a los migrantes a votar, pese a que la medida no incluye este derecho.

Las nuevas políticas tardarán meses en entrar en vigor y concederán a los migrantes la oportunidad de dar solo el primer paso en el proceso para conseguir permiso de residencia en EE.UU., algo que puede prolongarse por años. En cambio, para votar se necesita tener la ciudadanía, que se solicita tras cumplir un mínimo de cinco años con el permiso de residencia permanente.

En teoría, las personas indocumentadas pueden obtener la residencia si se casan con un estadounidense. Sin embargo, para hacerlo deben salir del país y acudir a una embajada, lo cual conlleva el riesgo de que se les prohíba la entrada de nuevo por periodos de tres a diez años, como represalia por haber estado en EE.UU. sin estatus legal.