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Los retos de Felipe VI: la relación con el rey emérito, la transparencia y la continuidad en la figura de Leonor

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Felipe VI: los retos de su reinado
Los miembros de la Familia Real española saludan en la jura de la Constitución de la princesa Leonor. EFE/Sergio Pérez

Felipe VI cumple diez años al frente de la Corona española, un tiempo en el que ha logrado revertir la imagen pública de la institución, muy desgastada en la etapa final del reinado de su padre, Juan Carlos I, a causa de los escándalos de su vida personal y de sus negocios personales. El actual jefe de Estado ha logrado pasar del 'juarcarlismo' a la intitucionalización de una monarquía moderna, aunque con numerosos esfuerzos y decisiones, en algunos casos, muy dolorosas en el terreno familiar.

Tras lograr en esta década enderezar el rumbo de la Corona, el futuro pasa por la consolidación de los logros conseguidos y afronar una serie de desafíos que debe encarrilar de manera eficiente para garantizar la pervivencia de la institución y la continuidad dinástica, encarnada en la figura de la princesa Leonor. Estos son los principales retos que afronta Felipe VI en su reinado, según los expertos consultados por RTVE.es.

La sombra del rey emérito

Los escándalos personales y, sobre todo, financieros del rey emérito han supuesto una sombra constante para Felipe VI, que se ha visto obligado a tomar decisiones dolorosas como hijo para salvaguardar la Corona. En marzo de 2020 renunció a la herencia de su padre y, tras la marcha de Juan Carlos I a Abu Dabi, afirmó en el discurso de Navidad de aquel año que los "principios éticos y morales" están por encima de "consideraciones familiares".

En marzo de 2022, días después de que la Fiscalía del Supremo archivara las investigaciones sobre sus finanzas, don Juan Carlos comunicó en una carta dirigida a Felipe VI su intención de seguir residiendo en Emiratos Árabes Unidos, aunque con la posibilidad de "visitar" España ocasionalmente, algo que ha hecho con frecuencia en este período. "La relación del rey abdicado con don Felipe está claramente delimitada en esa carta", asegura a RTVE.es el periodista y escritor José Antonio Zarzalejos, aunque matiza que "la relación entre padre e hijo tiene una naturaleza emotiva que hay que respetar".

Juan Fernández Miranda, adjunto al director del diario ABC, considera "una anomalía" que el emérito resida fuera de España pero cree que "la relación entre ambos en lo personal es mejor" en estos momentos "y en lo institucional ha quedado claro que el rey de España no sitúa a nadie por encima de la Corona, incluido su padre". 

Para Eduardo Álvarez, redactor de El Mundo especializado en temas relacionados con la realeza, "si Juan Carlos I no reside en España es únicamente por su voluntad, porque no quiere regularizar sus cuentas, y eso es una mancha que va a acarrear con ella hasta el fin de sus días". Álvarez considera que Felipe VI tuvo "gestos valientes a la hora de establecer ciertos cordones sanitarios, dolorosos en lo personal, pero inevitables para preservar el buen nombre de la institución", pero percibe en los últimos tiempos "cierta laxitud" que cree que "no ayuda a la monarquía".

Zarzalejos añade que "el alejamiento de los focos del rey emérito está consiguiendo lo que se pretendía, que no dañe la percepción de la Corona como una referencia de ejemplaridad".

Para todos los públicos La Casa Real conmemora el décimo aniversario del trono del rey Felipe VI con fotografías
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Son las últimas fotografías de Felipe VI en su despacho.

La Casa Real ha compartido las imágenes con motivo del décimo

aniversario de su reinado.

La Casa Real conmemora el décimo aniversario del trono del rey Felipe VI con fotografías

Unidad de España y desafíos políticos

Si Juan Carlos I tuvo que lidiar con la transición de la dictadura a la democracia, los desafíos políticos que ha afrontado su hijo no han estado exentos de dificultades, con la irrupción en este período de formaciones abiertamente republicanas, como Podemos o Sumar y, sobre todo, el desafío del independentismo catalán, que el 1 de octubre de 2017 llevó a cabo un referéndum ilegal que desembocó en la declaración unilateral de independencia.

Una postura antimonárquica a la que se han sumado en los últimos meses algunos partidos de la extrema derecha, que han señalado al rey por sancionar la ley de Amnistía para los políticos del 'procés', olvidando que es un acto debido del monarca y que la sanción de leyes no depende de su voluntad. En esta década, además, ha habido una moción de censura y varias repeticiones electorales por la dificultad de sumar mayorías en el Congreso, lo que ha llevado a Felipe VI a afrontar un total de diez rondas de consultas para designar candidato a la investidura, las mismas que su padre en 39 años de reinado.

"Aunque sí es cierto que existen amenazas desde el independentismo, desde la extrema izquierda, incluso, algún movimiento residual en la extrema derecha, yo creo que la Corona está protegida por los dos grandes partidos que han sabido comportarse con responsabilidad y me parece que no está en juego en este momento la institución", afirma Juan Fernández Miranda.

José Antonio Zarzalejos, autor del libro Un rey en la adversidad, considera que Felipe VI, "tras la incorporación de los partidos independentistas y de extrema izquierda a los gobiernos de coalición, está sometido a una fuerte impugnación sin que el Gobierno haya reprobado este tipo de descalificaciones". A ello se suma —añade— la "incomprensión que ha encontrado en determinados sectores monárquicos acérrimos y de la extrema derecha que le piden cosas que el rey ni puede ni debe dar, porque es un rey parlamentario y se ha mantenido en la franja de competencias que le corresponde, según la Constitución". 

La monarquía con Felipe VI no tiene alternativa pero sí puede es mutar a un modelo de menor relevancia

El presidente del Consejo Editorial de El Confidencial considera que en estos momentos no hay alternativa a la monarquía, pero sí existe el riesgo de que pueda "mutar a un modelo de menor relevancia, porque hay una invasión del poder, fundamentalmente del Poder Ejecutivo, sobre las funciones del rey".

Eduardo Álvarez recuerda que el mensaje de Felipe VI tras el referéndum del 1-O —en el que se posicionó claramente a favor de la institución y acusó de "deslealtad inadmisible" a los responsables de la Generalitat— le ha convertido en la "bestia negra del independentismo catalán" pero aprecia que en los últimos años la Casa del Rey está "haciendo gestos hacia Cataluña continuamente".

Una conducta "íntegra y transparente"

En su discurso de proclamación, el 19 de junio de 2014, Felipe VI se comprometió a que la Corona observara una "conducta íntegra, honesta y transparente", en un momento en el que la institución estaba seriamente devaluada por la imputación de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en el caso Nóos y el accidente de Juan Carlos I en una cacería de elefantes en Botsuana.

En esta década, Zarzuela ha logrado unas mejoras evidentes en el terreno de la transparencia y la ejemplaridad, con la publicación de la declaración de bienes del monarca y de los regalos que recibe en el ejercicio de su actividad profesional, así como el acuerdo para que el Tribunal de Cuentas fiscalice los ingresos y gastos de la Casa Real, entre otras medidas.

"El rey tenía un desafío inicial que era restaurar la reputación de la Corona por los comportamientos menos reprobables, en lo personal y en lo financiero, de su padre. Yo creo que eso está claramente conseguido con una serie de medidas de transparencia muy importantes", afirma José Antonio Zarzalejos, quien atribuye un "enorme mérito" en este terreno a Jaime Alfonsín, mano derecha del monarca durante casi 30 años.

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En la misma línea, Eduardo Álvarez cree que transparencia y ejemplaridad son "dos pilares básicos sobre los que se tiene que apoyar cualquier monarquía parlamentaria que quiera sobrevivir al siglo XXI" y cree que "se han dado pasos decisivos en estos diez años" que le han valido a Felipe VI "un apoyo mayoritario entre la ciudadanía" tras la grave crisis en la que estaba sumida la Corona a su llegada.

Además, el periodista de El Mundo, considera "el rey se ha puesto a sí mismo unos estándares de ejemplaridad y de transparencia muy superiores a los de cualquier otra institución del Estado" y cree que "gana por goleada" a los criterios que aplican en esta materia otros poderes como "los partidos políticos, el Gobierno, el Tribunal Supremo o el Constitucional".

El rey se ha puesto a sí mismo unos estándares de ejemplaridad y de transparencia muy superiores a los de cualquier otra institución del Estado"

"Una monarquía del siglo XXI no puede no ser transparente y no puede no ser ejemplar; si no es ambas cosas, dejará de ser útil para los españoles y la monarquía, si no es útil, debe ser cambiada", asegura a RTVE.es el periodista Juan Fernández Miranda, quien cree que los compromisos que adquirió Felipe VI a su llegada "los ha cumplido y con sufrimiento".

Y pone como ejemplo decisiones dolorosas en las que "ha demostrado que nadie está por encima de la institución", como la retirada del ducado de Palma a la infanta Cristina y la renuncia a la herencia de Juan Carlos I y el distanciamiento entre ambos.

La irrupción de Leonor, "la mejor noticia en décadas para la Corona"

El 31 de octubre de 2023, coincidiendo con su mayoría de edad, Leonor de Borbón juró la Constitución en el Congreso, en un acto que garantiza la continuidad dinástica. La princesa cuenta con una gran imagen pública y sus cada vez más frecuentes apariciones son objeto de un enorme interés informativo.

"Yo creo que la irrupción de la princesa Leonor en la esfera pública es la mejor noticia en décadas para la Corona. Reúne todas las cualidades necesarias para ser una heredera del siglo XXI por su preparación, por sus aptitudes, por su actitud; y un añadido: porque además es mujer", considera Fernández Miranda, quien cree que su proceso de formación —militar y universitaria— "está siendo exhaustivo, exigente y muy acertado", siguiendo los pasos de su padre y de su abuelo.

Leonor reúne todas las cualidades para ser una heredera del siglo XXI por su preparación, por sus actitudes y por su actitud

Eduardo Álvarez coincide en señalar lo acertado del proceso de formación de la princesa, de quien destaca su "innato sentido de la responsabilidad". "Genera cierta tranquilidad ver a alguien tan joven que tiene tan interiorizado su destino histórico, del cual no se puede abstraer: sabe que es la heredera del trono y que está llamada a ser reina de España cuando toque", dice el periodista y escritor, quien sin embargo considera que ya es hora de que Leonor "también empiece a ejercer algunas funciones en el ámbito civil".

Zarzalejos opina que España ha tenido la "suerte histórica de que tengamos una heredera, porque el siglo XXI es el siglo de las mujeres" y cree que la preparación que está llevando a cabo es "muy profesional". Además, señala que "la puesta en el escenario social e institucional ha sido exitosa" y considera que Leonor es "una heredera que suscita simpatía y, sobre todo, es una mujer de su tiempo".

Doña Letizia y 'tándem real'

En estos años de reinado, Felipe VI ha encontrado en la reina Letizia un sostén innegable que, con su actividad pública, su sentido de la responsabilidad y su cercanía, ha contribuido notablemente a los objetivos de mejora de transparencia y ejemplaridad de la Corona. Tras la mayoría de edad de Leonor, doña Letizia ha perdido su papel institucional como posible regente, pero es innegable su importancia dentro de la Familia Real.

"A nadie se les escapa que al frente de la Monarquía lo que hay es un tándem real, el matrimonio forma un equipo al frente de la Jefatura de Estado y ella le ha ayudado mucho a tomar decisiones valientes, duras y difíciles, especialmente las que afectaban a la familia del rey", señala Eduardo Álvarez. El redactor de El Mundo destaca el "olfato de la reina para saber por dónde van las preocupaciones de los españoles" por su condición de periodista y su papel "decisivo en el avance extraordinario" en los discursos del monarca.

Para Juan Fernández Miranda, doña Letizia es "un valor en alza y un activo impresionante para la monarquía" y considera que su papel será esencial en uno de los retos que debe afrontar la institución, como es "el acercamiento a la ciudadanía, tras diez años muy duros".