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El lince ibérico deja de estar en peligro de extinción y pasa a catalogarse como una 'especie vulnerable'

  • En los últimos años este animal ha multiplicado su población por diez
  • Andalucía y Castilla-La Mancha son las comunidades que más concentran este felino

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El lince deja de estar en peligro de extinción y pasa a ser 'especie vulnerable'

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha confirmado que el lince ibérico ha dejado de ser una especie en peligro de extinción y pasa a catalogarse como una especie vulnerable, según ha anunciado el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a través de su cuenta de la red social X. La situación de este animal ha pasado de un centenar de ejemplares a más de dos mil en los últimos años. 

La ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, también ha agradecido el esfuerzo de “muchas administraciones, muchas organizaciones y muchos centros de investigación” que han permitido recuperar el lince ibérico con centros de cría en cautividad desde los que después ha sido posible la liberación de ejemplares. “Hoy estamos en condiciones de poder alumbrar luz de esperanza para el lince, de celebrar un programa como poco de éxito”, ha matizado la ministra. 

La UICN actualizará el próximo 27 de junio la Lista Roja, el inventario más completo sobre la conservación de animales. Según esta organización, el número de linces se ha multiplicado por diez en los últimos años, llegando a ser el felino más amenazado del planeta. “Los esfuerzos de conservación han logrado recuperar a esta especie tras estar cerca de su extinción, con un incremento exponencial de 62 ejemplares en 2001 a 648 en 2022”, detalló la UICN en un comunicado. 

El proyecto para la recuperación de esta especie se inició en 2020

El presidente de la Junta de Andalucía, en su mensaje, ha anunciado que este cambio de situación es “un éxito de todos a través del proyecto Life Lynx Connect”. Igualmente, ha calificado este hecho de “un orgullo para Andalucía liderar la recuperación de la especie”. Este proyecto arrancó en 2020 y en sus inicios tuvo una inversión inicial de 18 millones de euros. Se encuentra bajo la coordinación de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía y tiene como principal reto alcanzar una población del lince ibérico lo suficientemente considerable, mediante la conexión de los núcleos entre España y Portugal. 

Aumentar el número de ejemplares hasta llegar a los 3.000

La organización WWF, centrada en la conservación del medio ambiente, ha celebrado esta noticia, aunque considera que “hay que seguir trabajando”. El portavoz de la Oficina Técnica de WWF en Doñana, Juanjo Carmona ha declarado que esta noticia es el resultado del trabajo conjunto entre organizaciones durante décadas. “Es un logro haber pasado de tener dos poblaciones de lince exiguas en Andújar y Doñana, a tener ahora mismo poblaciones reproductoras en otros lugares de la Península Ibérica”, ha declarado. El experto en lince ibérico de WWF, Ramón Pérez de Ayala, ha añadido que se sienten orgullosos de “haber apostado por el lince ibérico cuando quedaban menos de 100 ejemplares en toda la península ibérica y demostrar con nuestro trabajo que recuperar especies en peligro es posible”. 

Desde su punto de vista, esto lleva a “ver lejos ese fantasma de la extinción que fue real a principios de este siglo”, aunque recalca que aún necesitan aumentar el número de ejemplares hasta llegar a los 3.000, con un mínimo de 750 hembras reproductoras. También ha añadido la importancia de eliminar los factores de riesgos que amenazan a esta especie, como son el atropello, el furtivismo o la degradación de los hábitats. Carmona ha advertido también que es imprescindible cuidar una especie como es el conejo, principal presa del lince. 

Se trata de una de las especies más amenazadas

El lince ibérico es considerado una de las especies más amenazadas y está recuperándose desde 2015. Se trata de un animal endémico de la península ibérica y estaba declarado en peligro de extinción desde 1990. Su reproducción y supervivencia está condicionada por el entorno, aunque su vulnerabilidad está estrechamente vinculada a la acción del hombre. Andalucía y Castilla-La Mancha son las comunidades que mayoritariamente acogen a este animal.