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Rutte avanza en su carrera para convertirse en secretario general de la OTAN tras la retirada de Iohannis

  • De aprobarse, será el cuarto neerlandés en ocupar la secretaría general de la Alianza
  • Rutte ha demostrado grandes dotes diplomáticas como primer ministro de los Países Bajos

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Rutte avanza en su carrera para convertirse en secretario general de la OTAN tras la retirada de Iohannis
El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, estrecha su mano con el actual secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante una cumbre en Bruselas (17 de abril, 2024) YVES HERMAN

Mark Rutte da el paso definitivo para convertirse en el próximo secretario general de la OTAN después de que su principal competidor, el presidente rumano, Klaus Iohannis, retirase su candidatura. La decisión le deja vía libre en su aspiración de suceder a Jens Stoltenberg, y se espera que los embajadores ante la OTAN confirmen su designación como nuevo jefe la próxima semana. Será el cuarto neerlandés en ocupar el cargo, después de Dirk Stikker, Joseph Luns y Jaap de Hoop Scheffer.

Si algo ha demostrado Rutte en sus casi 14 años como primer ministro de Países Bajos es su capacidad de llegar a acuerdos ingeniosos con sus rivales, sin importar la ideología o las enemistades. Así lo ha demostrado tras desbloquear el impasse para su nombramiento por parte del primer ministro húngaro, Víktor Orbán. Su capacidad política a nivel nacional le ha valido forjar poderosas alianzas con los principales Estados miembros de la OTAN para apoyar su candidatura.

Con la guerra en Ucrania a las puertas de la OTAN y los países europeos preocupados por el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, los miembros de la alianza han concluido que Rutte, con gran experiencia en el terreno diplomático, era la mejor persona para el puesto. Por su parte, Iohannis ha afirmado que informó a la OTAN de su decisión la semana pasada y que Rumania apoyaría ahora la candidatura del político neerlandés.

Su adaptabilidad ante situaciones complejas han quedado latentes cuando a sus 43 años fue el primer jefe de gobierno liberal en casi un siglo en la historia de los Países Bajos. Durante su legislatura, gobernó con la derecha radical de Geert Wilders (2010-2012), la izquierda socialdemócrata (2012-2017), y en dos coaliciones sucesivas de cuatro partidos —progresistas, democristianos y conservadores de Unión Cristiana— entre 2017 y 2022. Actualmente gobierna en funciones hasta la toma de posesión del nuevo gabinete de Wilders, acción que previsiblemente se llevará a cabo el 2 de julio. 

Un hombre de La Haya, ahora en Washington  

Nacido en la ciudad neerlandesa de La Haya el 14 de febrero de 1967, Rutte estudió Historia (1985-1992) en la Universidad de Leiden, y tras pasar por el sector privado, ingresó en la política en los 90 como miembro del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD).

Su carrera ha sido de ascensos continuos, pasando de secretario de Estado de Asuntos Sociales y Empleo, y de Educación, Cultura y Ciencia, a líder del Partido Popular por la Libertad y la Democracia en 2006. Pegó el salto a primer ministro en 2010, y ha permanecido en el cargo hasta el pasado 7 de julio, cuando presentó su dimisión por desacuerdos sobre la política migratoria. 

Rutte no confirmó su candidatura como secretario general de la OTAN hasta octubre, cuando admitió que le parecería “muy interesante” dirigirla. A eso siguió una exitosa labor para lograr el respaldo de toda la Alianza.

El político liberal siempre se ha mostrado como un ciudadano de clase trabajadora, un hombre de Estado y un jugador en equipo capaz de sentar a rivales alrededor de una mesa y no levantarse hasta que haya un acuerdo

Ahora que los 32 miembros de la OTAN lo respaldan, inclusive el propio Stoltenberg, los diplomáticos de la Alianza han señalado que esperan que sea seleccionado formalmente para el puesto. Tras ello, Rutte afrontará el desafío de mantener el apoyo de los aliados para la lucha de Ucrania contra la invasión rusa.

Si algo ha demostrado Mark Rutte como primer ministro de los Países Bajos es su apoyo incondicional a Kiev. En los últimos años ha intensificado el gasto en defensa del país por encima del objetivo de la OTAN del 2% del PIB, y ha proporcionado aviones de combate F-16, artillería, drones y municiones al Gobierno de Zelenski, además de invertir fuertemente en su propio ejército.