Voltar, el bárbaro de Alfredo Alcalá que se anticipó a Conan en los cómics
- Se publica un integral con las aventuras de este personaje, considerado el más importante del cómic filipino
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En 1970 Roy Thomas, entonces editor de Marvel, buscaba nuevas ideas para los cómics, que se apartaran un poco del género superheróico. Y descubrió a Conan, el famoso bárbaro que Robert E. Howard creó en 1932 y que se convertiría en el personaje más famoso del género de Espada y Brujería. A pesar de unos comienzos titubeantes, la colección (con guiones suyos y dibujos de Barry Windsor Smith) no tardó en convertirse en un éxito. Eso animó al editor a probar suerte con una revista en blanco y negro, enfocada a un público más adulto y para la que quería un aspecto visual más potente de lo que pudiera verse en ningún cómic. Para eso contó con John Buscema (el artista que más y mejor retrató a Conan) y buscó dibujantes que pudieran entintar sus lápices con un acabado mucho más detallista de lo habitual, casi como si fueran grabados. Y, sin duda, el entintador que más se acercó a lo que Thomas buscaba fue el filipino Alfredo Alcalá (1925-2000).
La elección no fue casual, porque, siete años antes de que Conan llegará a los cómics (en 1963), Alfredo Alcalá ya había creado un guerrero bárbaro (un vikingo) muy parecido a Conan: Voltar (Aleta Ediciones), en la que está considerada la mejor historieta del cómic filipino. Un tebeo que Aleta publica, por primera vez en España, de forma íntegra y con un montón de interesantes extras.
El cómic incluye esa primera historia, de 1963 (con guion del propio dibujante), más las otras dos con las que Alcalá (Conan el Bárbaro, El Planeta de los Simios), resucitó al personaje en 1977, cuando ya era uno de los entintadores más populares del cómic americano gracias a su trabajo en Conan. Esas dos historias largas están escritas por Manuel Auad y Will Richardson, que encontraréis en esta fantástica edición que también incluye imágenes inéditas, además de una espectacular galería de ilustraciones del personaje.
En esta edición, realizada completamente en España, también podemos disfrutar por primera vez de la primera portada original utilizada en la revista Magic Carpet donde Alcalá resucito a su personaje.
Materiales inéditos
Destacar la calidad de los materiales empleados en este cómic y es que, gracias al hijo de Alfredo Alcalá, Alfredo L. Alcalá Jr., Dolmen ha podido conseguir los mejores escaneos posibles de estas historias. Hasta han podido añadir la famosa página 16 de la historia de Voltar de 1977 que permanecía inédita por un error, además de una fabulosa ilustración que pone el broche de oro al volumen.
Destacamos también la introducción de Manuel Barrero, que pone en valor el personaje y nos sitúa en el momento histórico en el que nació Voltar. También nos ofrece un somero repaso del cómic filipino, del que prácticamente desconocemos todo en España, y el tomo también incluye una interesantísima entrevista que el mismo Barrero realizó al otro hijo del dibujante, Christian Alcalá.
Sin duda, la mejor edición posible para un personaje que tiene poco que envidiar a Conan el Bárbaro.
Un vikingo que prestó su taparrabos a Conan
En su estupendo artículo el historiador de la historieta española y mundial, Manuel Manuel Barrero (Director de Tebeosfera), nos habla de los orígenes autodidactas de Alfredo Alcalá, que descubrió su pasión por los cómics gracias a maestros filipinos como Francisco Reyes o Virgilio Redondo, y los grandes clásicos del cómic norteamericano como Harold Foster o Alex Raymond. Sin olvidar a otros artistas como Dean Cornwell, Howard Pyle, Robert Fawcett... de los que heredó esa pasión por el detalle.
Cuando solo era un joven y prometedor artista, se atrevió a fundar su propia editorial (CRAF), donde crearía personajes como Voltar, un vikingo que vivía aventuras en un escenario que mezclaba la Edad Media Europea con paisajes y elementos del folklore filipino. Y que fue el primer cómic filipino exportado a países de América, Europa y Asia.
En esa larga entrevista que mencionábamos, su hijo Christian nos desvela cosas muy curiosas como que Alfredo Alcalá fue espía durante la Segunda Guerra Mundial (aprovechando que parecía japonés y dominaba a la perfección su idioma). También destaca su pasión por los detalles, para lo que llegó a inventar un tipo de "pincel recargable".
Cuando empezó a trabajar en Conan como entintador, su éxito fue tan grande que Voltar acabaría relegado al olvido, aunque, como nos comenta su hijo, el dibujante llevó algunos de los elementos de Voltar al universo de Conan, el más destacado es el famoso taparrabos de piel que el bárbaro norteamericano heredaría del filipino y que, durante una larga etapa, se convertiría en una de sus señas de identidad. Conan también se beneficiaría de algunos escenarios que Alcalá había imaginado para Voltar.
En fin, que estas páginas y las que dibujó y entintó en Conan, son la mejor prueba de por qué Alfredo Alcalá está considerado el mejor dibujante filipino de todos los tiempos. Y uno de los artistas más importantes de la historia de Conan el Bárbaro.
La traducción es de Joseba Basalo.