La pausa al IVA del aceite de oliva bajará unos 50 céntimos el litro tras subir más de seis euros en tres años
- El sector achaca el encarecimiento a mayores costes y menor oferta, pero Facua denuncia "subidas ilegales de márgenes"
- El Consejo de Ministros prevé aprobar la medida este martes junto a su clasificación como alimento de primera necesidad
En febrero de 2021, comprar una botella de un litro de aceite virgen extra de la marca blanca de un supermercado costaba 3,45 euros. Ese mismo producto cuesta hoy 9,46. La subida del más del 174% (que hemos podido comprobar ojeando la web de la cadena a través de Archive.org) pone en cifras lo que muchos hogares llevan sufriendo los últimos meses: la denominación de 'oro líquido' reside en el coste y no solo en la calidad de las recetas o en la salud de los consumidores.
Ahora, la supresión temporal del impuesto sobre el valor añadido (IVA) anunciada por el Gobierno a partir de julio reducirá unos 50 céntimos el precio de este producto, según ha precisado en una entrevista en 'La hora de la 1', el portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Enrique García, una cifra en la que coinciden desde el sector oleico, que celebran el incentivo a sus productos.
"En el último mes ya había bajado precisamente un 5%, con lo que desde el 1 de mayo al 1 de julio, nos ahorraremos un euro por el litro de aceite", ha comentado, puesto que el 5% de la moderación de los mercados se suma al 5% del IVA suprimido y que el Ejecutivo ya había rebajado en 2023 desde el tradicional 10%. Para el portavoz de la OCU, la medida es "absolutamente necesaria", pero también "claramente insuficiente" si no afecta también a la carne y al pescado, los elementos "más relevantes" de la factura que pagan los consumidores.
"Es una medida positiva y fundamentalmente beneficia al consumidor y, en segundo lugar, también beneficia al productor", ha valorado por su parte el presidente de la organización interprofesional del aceite de oliva de España, Pedro Barato, que solo lamenta que la medida, pacta por el Gobierno con Junts, no haya llegado antes.
Está previsto que el Consejo de Ministros apruebe el próximo martes la supresión, que no sabemos cuanto tiempo se prolongará, pero después el aceite de oliva pasará a un IVA superreducido del 4%, porque se incluirá en los alimentos de primera necesidad como el pan, los huevos, la leche o la fruta.
Dudas de que la bajada llegue a los consumidores
La bajada, asegura García, debería notarse "de forma inmediata" el mismo 1 de julio, sin embargo, hay quien ya está expresando sus dudas de que el beneficio llegue a los ciudadanos. "Pedimos al Gobierno es que esté muy vigilante en la aplicación de la medida. Normalmente, estos márgenes se quedan en la distribución y no llegan al consumidor, cuando aquí lo lógico y sensato es que quién se beneficie de esta bajada sea el consumidor", ha comentado el responsable de la sectorial de aceite de oliva de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Cristóbal Cano, quien en todo caso ha calificado la reducción de "muy positiva" tanto para los productores como para los consumidores.
Son más duros en su valoración desde la asociación de consumidores Facua, que creen que el Ejecutivo de Sánchez está "maquillando" con esta medida "su inacción ante las subidas ilegales de márgenes" en el aceite de oliva. "La nueva rebaja fiscal solo servirá para fomentar nuevas subidas de precios en el sector o para inflar artificialmente las ínfimas bajadas que están produciendo en algunas marcas", ha advertido Rubén Sánchez, secretario general de la organización que asegura que el encarecimiento del litro de aceite virgen extra ha llegado al 165% en algunos casos y supermercados y, de media, a un 75% en los últimos doce meses, 5,73 euros más por la botella de un litro.
En una nota de prensa, Facua ha reprochado al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que no haya hecho "absolutamente nada contra quienes vienen inflando fraudulentamente sus beneficios", y ha cargado también contra el exministro de Consumo, Alberto Garzón, por la "pasividad" ante sus denuncias. Su sucesor en el cargo, el ministro Pablo Bustinduy, anunció en febrero una investigación sobre la aplicación de la bajada del IVA de alimentos, incluido el aceite, sin embargo, "a día de hoy sigue sin hacer públicas sus conclusiones ni anunciar ningún expediente para sancionar", han lamentado, antes de recordar que tanto el Estado como las autonomías tienen competencias para multar por estas prácticas.
Barato, de la Interprofesional del Aceite de Oliva español, ha negado tajante las acusaciones de "especulación" en el sector. "¿Dónde está la especulación?", se ha preguntado en el canal 24 Horas. "Hemos tenido un incremento de costes de producción en algunos casos de más de 30 y del 40% de lo que necesitamos para producir esa aceituna y ese aceite", ha añadido, y ha mencionado la subida de costes de fertilizantes y otros insumos, así como del salario mínimo.
"Incentivar" la demanda de aceite de oliva
La "escalada de los precios" ha afectado a los hogares, pero también empresas de alimentación y hostelería. "Siempre viene bien alguna ayuda", comenta a RTVE.es Luis Moreno García, propietario del bar Lambuzo en Madrid. "Pero esto es un pequeño parche más que una solución real. A corte plazo puede ayudar a sobrellevar la caída de la rentabilidad por la inflación, pero a largo plazo no creo que sea una solución".
En cualquier caso, el Gobierno no oculta que con ello busca "incentivar" la demanda de aceite de oliva, tanto por la supresión temporal del IVA como por su clasificación entre los alimentos básicos, lo que supone que en el futuro le corresponderá el tipo superreducido del 4%.
"Queremos ser coherentes con nuestra política de apoyo al conjunto de los ciudadanos, a su capacidad de consumo, a las familias, y también evidentemente a un producto que es de primera necesidad y de salud", ha afirmado el ministro Planas este viernes y recoge Efe. También la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha referido a "un desplazamiento del consumo de las grasas desde el aceite de oliva a otras que pudieran a priori parecer más económicas, pero menos saludables", ya que, según el Gobierno, el consumo estaba cayendo y el sector aún sufre las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania.
"Es verdad que con la subida del precio que se han reducido los pedidos y la demanda. También nuestra producción se ha visto muy mermada debido a las condiciones climatológicas y a la sequía que hemos padecido. Hemos pesado un 30% este último año de nuestra producción normal. Así que al final el aceite sí conseguimos venderlo, pero con menor demanda", ha concretado el presidente de una cooperativa de Martos, Jaén, Esteban Santiago, en una entrevista en TVE.
De acuerdo con Barato, mientras una "campaña normal" en España se sitúa en 1,3 millones de toneladas, la última ha rondado las 700.000, una merma de su producción por la sequía que, sumada a la inflación por la guerra de Ucrania, ha subido los precios en el último año.
Sin embargo, Santiago se ha mostrado optimista para este año: "Esperamos un incremento alto de la cosecha. Ahora mismo el olivo está muy bien", ha asegurado, con la esperanza en que "repercuta en una bajada del precio".
Una medida "complicada" de justificar en Bruselas
Otros analistas miran a Bruselas y el impacto macroeconómico de la reducción. "En una economía como la española, en la que el consumo está funcionando muy bien y de hecho es lo que está permitiendo crecer por encima de la media europea, justificar en Europa este tipo de rebajas es complicado", ha valorado en el canal 24 horas la economista jefe de Deutsche Bank, Rosa Duce, que teme que esa fomento del consumo acabe arrastrando un problema de inflación mayor.
Para el economista y profesor de la Universidad de Comillas-ICADE, Carlos Victoria, hay otros dos motivos de preocupación en torno a la rebaja del IVA: "uno, que es muy costosa en términos presupuestarios y, dos, que no está garantizado que sea todo lo redistributiva que debería ser". Y es que en su informe de abril, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) cifró en 1.072 millones de euros los ingresos que se han restado en 2024 a las arcas del Estado por la rebaja del IVA de los alimentos, un pellizco que sale de todos los bolsillos con independencia de si son ricos o pobres, puesto que no se trata de un impuesto progresivo.