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Elecciones legislativas Francia 2024

Así van las encuestas en Francia: Agrupación Nacional ganaría con holgura y la coalición de Macron sería tercera fuerza

  • Los sondeos pronostican que la extrema derecha de Le Pen obtendría más de un tercio de los votos en primera vuelta
  • La coalición izquierdista Nuevo Frente Popular sería la segunda fuerza, por encima de Juntos, la coalición del presidente

Por
Emmanuel Macron y Marine Le Pen
Las encuestas colocan a la extrema derecha de Marine Le Pen como vencedora ne las legislativas francesas

Después de su contundente victoria en las últimas elecciones europeas, la extrema derecha de Francia vuelve a encabezar con holgura los sondeos para las próximas elecciones legislativas: Agrupación Nacional, el antiguo Frente Nacional, obtendría más de un tercio de los votos en la primera vuelta de los comicios, que se celebrará este domingo, 30 de junio. Por detrás se situaría la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular, con cerca del 28%, y ya en tercera posición el bloque de centro donde se inscribe el partido del presidente Emmanuel Macron, Renacimiento, con una intención de voto que roza el 20%.

Así se desprende del promedio de encuestas elaborado por DatosRTVE, aunque, más allá de los porcentajes concretos, todos los sondeos publicados desde que Macron convocó elecciones legislativas anticipadas por la debacle de su partido en las europeas coinciden en colocar a las tres principales formaciones en el mismo orden y, sobre todo, en que la formación que lidera Marine Le Pen será la más votada en esa primera vuelta.

En cualquier caso, las peculiaridades del sistema electoral francés y, en concreto, la elección a doble vuelta para cada una de las 577 circunscripciones hacen difícil pronosticar cómo se reflejará finalmente esa ventaja en la Asamblea Nacional. Los sondeos apuntan a que Agrupación Nacional triplicará sus actuales 89 diputados, ya que se movería entre los 250 y los 270 escaños, mientras que el Nuevo Frente Popular, que ahora tiene 131 asientos, se acercaría a los 200.

En cambio, la coalición de Macron, que ya estaba en minoría en la actual legislatura, perdería buena parte de sus 249 escaños. Los sondeos de la última semana sitúan su techo en los 175 diputados, lo que implica que es probable que pierda en torno a un tercio de su representación parlamentaria.

En cuanto a la derecha clásica, dividida entre quienes quieren aliarse con la extrema derecha de Agrupación Nacional y quienes prefieren esquivar esa alianza y seguir como Los Republicanos, los sondeos pronostican un hundimiento considerable: se moverían entre un 5% y un 9% de intención de voto y perderían en torno a un tercio de sus 74 diputados.

Este hundimiento de Los Republicanos se inscribe en el acaparamiento del voto de la derecha por parte de Agrupación Nacional, que también se aprecia en las formaciones de ultraderecha que se sitúan aún más a la derecha de Agrupación Nacional. Así, Reconquista, el partido del polemista Éric Zemmour, no llegaría en estas elecciones ni al 3% xde los votos y volvería a quedarse sin representación en la Asamblea Nacional. 

Macron, abocado a una cohabitación 

Si se cumplen estos pronósticos, Macron se vería abocado a una cohabitación, una peculiar situación política que solo se da en Francia y que implica que el presidente tiene que convivir con un primer ministro y un gobierno de otro color político. Durante la Quinta República ha ocurrido en tres ocasiones: entre 1986 y 1988, cuando el socialista François Mitterrand tuvo como primer ministro al conservador Jacques Chirac; entre 1993 y 1995, de nuevo con Mitterrand en el Elíseo y otro conservador, Édouard Balladur, como jefe del Ejecutivo; y entre 1997 y 2002, cuando Chirac, ahora presidente, tuvo como primer ministro al socialista Lionel Jospin.

La cohabitación es compleja porque, a diferencia de otros países en los que el jefe de Estado no dispone de atribuciones políticas -como el rey de España o el presidente de Alemania-, en Francia el presidente tiene competencias que, en la práctica, le convierten en el líder del gobierno. De hecho, es él quien nombra al primer ministro y puede destituirlo, preside el Consejo de Ministros, promulga las leyes, puede someter un proyecto de ley a referendo y tiene la facultad de disolver la Asamblea Nacional, además de ser el jefe del Ejército y dirigir la política exterior.

Las elecciones legislativas, en este sentido, son las que marcarán la relación de fuerzas entre Macron y un hipotético primer ministro de la oposición, en función de si este tiene o no mayoría en la Asamblea Nacional. Por eso, será decisivo el sistema electoral, ya que, salvo en aquellas circunscripciones en las que un candidato obtenga el 50% de los votos y, por lo tanto, gane el escaño directamente, los ciudadanos modifican notablemente su voto en la segunda vuelta, en función de los dos candidatos que se disputen el escaño.

Esa segunda vuelta es la que tradicionalmente ha bloqueado el acceso del antiguo Frente Nacional a numerosos cargos, puesto que el resto de partidos solían pedir el voto contra los candidatos de la extrema derecha. Pero ese cordón sanitario parece haber caído en los últimos comicios: en las legislativas de 2022, Agrupación Nacional saltó de apenas ocho diputados a 89 escaños. Y todo hace indicar, salvo giro inesperado en pocas semanas, que a partir del 7 de julio, cuando se celebra la segunda vuelta, será la fuerza dominante en el parlamento francés.