Pisos turísticos, un quebradero de cabeza para muchos vecinos: "El centro pertenece a los turistas"
- Las viviendas de carácter vacacional ya superan el 1% de todas las casas que hay en España
- El Ayuntamiento de Barcelona quiere eliminar todos los pisos turísticos para 2029
Bares, tiendas, monumentos... el casco histórico de Málaga está repleto de personas en el arranque del verano. Pero, entre ellos, cada vez se hace más difícil encontrar un vecino del barrio. Una gran parte son turistas que, cada vez más, optan por alquilar pisos para alojarse y conocer la ciudad durante unos días.
"Málaga cambia en el centro", cuenta a TVE una residente sobre cómo es vivir en la ciudad en esta época del año. Los vecinos "sienten que ya no le pertenece, pertenece a los turistas", lamenta otra ciudadana, sobre el aumento de alojamientos turísticos, que son ya más de 41.000 en la ciudad. Se trata de casi más de la mitad de todas las de Andalucía, la tercera comunidad con de este tipo de viviendas de España.
Los malagueños reconocen que muchos viven del turismo, pero también dicen que ese turismo no les deja vivir. Lo que empezó como una fórmula para ofrecer alojamientos más económicos a los visitantes se ha convertido en un quebradero de cabeza para algunos de ellos. "El alquiler, la compra... está todo por las nubes", asegura una residente, mientras que otro hombre indica que es como una ciudad "del corta y pega" en referencia a los cambio en los negocios que dan en los cascos históricos. "Mi barrio se lo están cargando, donde antes eran comercios locales ahora son pisos", apunta una joven.
Ahora, mientras se realiza un estudio para limitar estas viviendas en los barrios más saturados, el ayuntamiento ha decidido no conceder licencias para viviendas turísticas a aquellos edificios que no tengan una entrada independiente para ellas. La situación también afecta a otras comunidades. En el caso de Baleares, hay 25.000 apartamentos que tienen la categoría 'turística' y ya representan una de cada 25 viviendas censadas. Es, de hecho, uno de los porcentajes más altos del país, casi el 4,4% en vigor.
En total, este tipo de viviendas ha aumentado más de un 9% en tan solo cuatro años en España, con unas 286.000 viviendas más que en 2020. Es más, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los pisos turísticos ya superan el 1% de todas las viviendas que hay en nuestro país.
Madrid y Barcelona anuncian medidas
Con más de 16.000, Madrid es la ciudad con más viviendas de uso turístico tiene, según el INE. Sin embargo, solo unas 1.000 cuentan con la licencia municipal. El ayuntamiento ya ha reforzado la plantilla de inspectores y endurecerá las sanciones. Además, ha suspendido de manera temporal las licencias para las viviendas de uso turístico.
La 'turisficación', según el consistorio, ha provocado la disminución de la población en este distrito centro, dónde ya hay un turista alojado por cada dos residentes. "No se puede pagar el alquiler en el centro de Madrid. Está carísimo", critican Aurora y Claudia, dos jóvenes que ayudan a un amigo a marcharse del barrio de Lavapiés. "Ha decidido irse", lamenta.
También Barcelona tiene una gran concentración. Este mismo viernes el alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, ha asegurado que quiere eliminar todos los pisos turísticos para 2029 con la idea de bajar el precio de la vivienda para los vecinos. La idea es dejar que se extingan las 10.000 licencias de estos pisos turísticos a partir de noviembre de 2028.
Para algunos especialistas, sin embargo, la medida no solucionará totalmente el problema. "Tiene una capacidad muy limitada de contener el precio del alquiler y el precio de la vivienda", indica catedrático de economía de la UPF, José María Montalvo. "Afectaría a mucha más gente, que es la que vive del turismo que traemos nosotros: la restauración, el comercio, los museos...", señala, por su parte, el presidente Apartur, Enrique Alcántara.
Los impactos se conocer bien, por ejemplo, en Noja, Cantabria. Allí todavía las calles todavía están silenciosas y con las casas con las persianas bajadas. Un panorama muy diferente al que se verá en unas semanas: la población pasará de 3.000 vecinos a casi 100.000 debido al turismo de verano y con ellos volverán a abrir tiendas y bares.