Tinder y las fotos de perfil tuneadas: "Cada persona deja ver lo que quiere mostrar de uno mismo"
- Cuatro usuarios de la aplicación de citas comparten su experiencia a RTVE.es. ¿Qué buscan? ¿En qué se fijan?
Alba, Marcos, Pablo y Felipe son los nombres ficticios de cuatro usuarios de Tinder, una de las aplicaciones de citas más populares, que han contado su experiencia a RTVE.es. A estas cuatro personas les une un mismo objetivo dentro de esta app: conocer a gente para tener una relación o simplemente encontrar nuevas amistades. Los cuatro llevan poco tiempo dentro de este "mundo", entre dos y cuatro años, y no siempre han tenido su perfil en activo. Todos confiesan que se fijan en las descripciones más divertidas, pero sobre todo en la imagen. El dicho dice que "una foto vale más que mil palabras", pero, ¿es siempre así? ¿Nos podemos fiar de la foto de perfil que suben los usuarios a esta red?
"Vivimos en una sociedad altamente condicionada por un sistema de propaganda y de publicidad, que es el marketing, y esto construye una suerte de iconos o de ídolos que siguen siendo así de toda la vida. Ya en la Antigua Grecia, uno se fijaba en el héroe que había ganado las Olimpiadas. Al final somos miméticos y como no sabemos fijarnos en otras personas, crees que constituyen el modelo canónico de lo que debería ser la felicidad", comenta a RTVE.es Matilde Duarte, artista y autora del libro Match: A visual study of representative self-display in Tinder profiles (Match; un estudio visual de la autovisualización representativa en los perfiles de Tinder).
Los usuarios de Tinder, una de las app más utilizada en el mundo, buscan una cita, una relación seria, conseguir un encuentro casual o simplemente, encontrar un nuevo círculo de amistades. Para cualquiera de estos objetivos, más allá del nombre, la edad o las aficiones de cada uno, la clave está en las imágenes del perfil. A través de las fotos, el usuario que tenga la oportunidad de verlas juzgará si la otra persona le gusta o no, lo que se traduce en esta aplicación, como "tener un match".
Todos acaban subiendo las mismas imágenes
Cada persona es un mundo, pero Tinder pareciera que todos los buscadores de amor online son casi iguales. ¿Por qué se parecen tanto las fotos de perfil? Los hombres, que representan un 75% de los usuarios de la aplicación, según las personas entrevistadas, publican imágenes en el gimnasio para marcar sus músculos o realizando algún tipo de deporte extremo, ya sea senderismo, alpinismo o escalada. En cambio, las mujeres, que son el 25%, suelen subir a la app fotografías con filtros, lo que acaba distorsionando la realidad.
En el libro Match, de Matilde Duarte, la escritora presenta un total de 1.572 fotos de perfil extraídas de la aplicación. Estas imágenes están agrupadas según poses y escenarios, las composiciones, los gestos. La conclusión: la mayoría de los usuarios selecciona a la hora de retratarse espacios muy repetitivos como proas de barco o puestas de sol. "Algunas categorías no las terminé, pero vamos, si hubiese seguido hubiese encontrado más. Te acabas dando cuenta de que somos más bien poco originales y más bien opulentos", subraya la autora. Los perfiles entrevistados por RTVE.es —Alba, Marcos, Pablo y Felipe— admiten también que no hay mucha originalidad en las imágenes.
"Yo siempre, siempre, leo la descripción. Si no pone nada interesante, por muy bonitas que sean las fotos, no suele llamarme la atención. Así, si pone algún dato sobre él y las fotos también me gustan, ya tengo por donde iniciar la conversación", explica Alba. Por su parte, Pablo descarta de inicio todos los perfiles que le parecen superficiales: "Ahora todo el mundo usa fotos casi de profesionales, donde más cuerpo se vea, mejor". "Me fijo en la cara, pero sobre todo en la sonrisa, si me trasmiten una buena sensación", añade.
La realidad se puede distorsionar a través de una imagen
Cada persona deja ver lo que quiere ver de sí mismo en este tipo de aplicaciones de citas, "ya que en la vida real no se puede disimular", reflexiona Gema Fernández, experta en comunicación no verbal y profesora de la Facultad de Ciencias de la Información (UCM).
“Las fotos tienen muchísimos filtros, por eso, muchas veces no es lo que esperas“
Tanto Alba, como Marcos, Pablo y Felipe, coinciden en que alguna ocasión se han llevado un chasco a la hora de tener una quedada o una 'cita Tinder'. Estas cuatro usuarios seleccionan con mucho cuidado a la persona correcta en la aplicación, mirando con detalle las imágenes de perfil. Cuando encuentran lo que buscan, dan el paso de conocerse en persona y en algunos casos la expectativa creada no se corresponde a la realidad. "Las fotos tienen muchísimos filtros, por eso, muchas veces no es lo que esperas", denuncia Marcos.
"Las imágenes tienen su peso si no se tunean. Antes de que apareciesen las herramientas digitales, la foto era así y te daba pie a pensar que eso era real. Ahora, con la cantidad de efectos que se le puede poner, han perdido mucho valor sobre la verdad", argumenta Gema Fernández.
Una imagen distorsionada
Por mucho que se editen las fotos, explica Matilde Duarte, al final estas imágenes "no acaban diciendo tanto lo que somos". La autora, cita como ejemplo, que cuando alguien sube una foto con un libro en las manos, lo que transmite es que es una persona lectora. "Aquí entra en juego la batalla dialéctica o el cruce de deseos. En este caso, presuponer lo que los demás van a desear", apunta.
Antiguamente, las imágenes analógicas servían para captar un momento de la realidad determinado. No existían los filtros, y las poses en las fotografías eran bastante comunes y estáticas. En la actualidad, relatan los usuarios consultados, las personas buscan diferentes ángulos para parecer más altos o más atractivos y editan su curriculum fotográfico a través de aplicaciones gratuitas de edición de fotos "para ocultar las inseguridades de cada uno". La app de citas Tinder se ha convertido en un catálogo de imágenes que deja temblando el famoso dicho "de que una imagen vale más que mil palabras", aquí la imagen refleja el valor que cada uno le quiere dar, sea o no real.