Las monjas de Belorado solo se irán del convento por orden judicial y el Arzobispo les pide cumplir la ley

• Las diez monjas defienden que son legítimas poseedoras del monasterio
• El Arzobispado negado que hayan amenazado a las exclarisas con el uso de la fuerza pública o la coacción

Las clarisas de Belorado tienen hospedería, huerta y un obrador de repostería.

Las clarisas excomulgadas de Belorado (Burgos) han afirmado que no reconocen, en la presente situación, "autoridad alguna a nadie más que a los Tribunales de Justicia" para ordenar su desalojo.

Al mismo tiempo, han protestado ante las "amenazas al recurso a la fuerza pública" para su desahucio, que "solo cabría si se acompaña de una resolución judicial" contra ellas. Además, en tal caso, tendría que ser "incumplida en período de ejecución voluntaria". Así lo han señalado las religiosas en un comunicado, en el que también han asegurado que no se ha procedido a la expulsión de nadie de sus instalaciones por la fuerza, ya que solo se lo han informado a Pablo de Rojas y José Ceacero, a quienes han echado de la Pía Unión aconsejadas por sus abogados.

"Ambos han actuado de forma voluntaria y sin ningún tipo de coacción por parte de las abajo firmantes ni de ninguna otra persona, de manera que a día de hoy caminamos libres y solas en defensa de la Fe Católica", recoge el comunicado.

Se alejaron de la Iglesia Conciliar en “un clima conflictivo”

También han recordado que decidieron separarse de la Iglesia Conciliar en un "clima conflictivo y por amor a la Verdad Católica, preservando y secularizando" la actividad vitalicia a la que están consagradas y que llevan a cabo en el monasterio.

Siguiendo esta línea, las monjas han aprovechado para "salir al paso" de las acusaciones sobre una "supuesta trama inmobiliaria" que han tenido la "desgracia" de escuchar. Para ellas resultan "ridículas, salvo que la trama inmobiliaria sea entendida como la suma aritmética de los Conventos, de los que se pretende echar hasta las puertas de la misma calle, sin recursos y sin alternativa habitacional".

Las religiosas entienden que deben defender su condición de legítimas poseedoras del inmueble, dado que "exhiben el título de propiedad suficiente sobre el monasterio adscrito a la actividad desempeñada en el mismo". Así como expresan que nadie les ha aclarado "de qué forma la naturaleza administrativa de su comisariado desvirtúa su título o a quién se supone que va a adscribir el inmueble el órgano correspondiente sin incurrir en su libre asignación".

El Arzobispo les exige que cumplan la ley

Por su parte, el Arzobispado de Burgos vuelve a reclamarles que cumplan la legalidad y abandonen el monasterio. Y les insiste en que "no tiene sentido" que planteen una interlocución con una "comisión profesionalizada" cuando no existe ningún conflicto y han abandonado la Iglesia por una decisión "libre y personal".

En un comunicado de respuesta a las diez religiosas, la comisión gestora nombrada por el arzobispo Mario Iceta ―en calidad de comisario pontificio― "celebra" que estas reconozcan la autoridad de los tribunales porque "efectivamente a ellos les corresponde velar por el cumplimiento de la legalidad".

48 horas después de ser excomulgadas

un mensaje que suena a último aviso.

Las diez monjas cismáticas de Belorado

deben abandonar el Monasterio de Santa Clara.

-Si no se produce la salida voluntaria en fechas próximas,

los servicios jurídicos no tendrán más remedio

que iniciar las acciones a las que haya lugar.

No está claro qué acciones podrían tomar ni cuándo.

El arzobispado dice que les da un tiempo prudencial,

una días para que reflexionen.

Están dispuestos a tener paciencia, pero no a debatir

sobre la propiedad de las instalaciones

-¿Sobre los inmuebles?

¡Cúmplase la ley!

El patrimonio es de los monetarios se han constituido durante siglos

de donación de gente de todo tipo

para que haya una vida católica monástica en ese lugar.

Una vida, insisten, a la que ya no pertenecen esas 10 hermanas.

Tampoco el falso obispo Pablo de Rojas

ni su asesor, José Ceacero, que siguen en Santa Clara.

Hoy no se han pronunciado.

El Arzobispado analiza ya las cuentas del Monasterio,

con saldos inusualmente bajos, dicen.

Y anuncian que varias religiosas irán a Belorado

para ver a las cinco hermanas mayores que siguen en la comunidad.

Está por ver si consiguen entrar.

A las rebeldes, un último llamamiento.

-Siempre la excomunión es irreversible.

Porque la Iglesia, recuerda el arzobispado de Burgos,

no las ha echado.

Son ellas las que ha decidido marcharse.

El arzobispo ordena a las monjas de Belorado que se vayan del monasterio

Sin embargo, cuestionan que las excomulgadas vuelvan a pedir una solución extrajudicial, dado que "no puede entenderse como un conflicto la actuación del comisario pontificio y representante legal nombrado por la Santa Sede" para preservar la integridad de la persona jurídica de los monasterios y de quienes legítimamente habitan en ellos.

De ahí que el Arzobispado haya reiterado que "no tiene sentido la interlocución con 'comisión profesionalizada' alguna" solo importa el "cumplimiento de la legalidad". Tampoco entiende que las monjas hayan justificado la creación de dos asociaciones civiles para "querer secularizar la actividad que llevan a cabo en el monasterio", puesto que ha apuntado que el monasterio ya tiene naturaleza civil, al tener personalidad jurídica canónica en virtud de los Acuerdos Jurídicos de 1979 entre la Santa Sede y el Estado español.

El monasterio pertenece a la Comunidad de Religiosas Clarisas de Belorado

Además, la diócesis ha negado que hayan amenazado a las exclarisas con el uso de la fuerza pública o la coacción. Para la institución, al estar excomulgadas y expulsadas de la vida consagrada, han dejado de ser legítimas poseedoras del inmueble y carecen de título legal para habitarlo.

"El monasterio de Belorado es propiedad de la Comunidad de Religiosas Clarisas de Belorado", ha señalado, lo que lo convierte en un bien de titularidad eclesiástica, y además su título legítimo le corresponde a la persona jurídica, no a personas físicas. De ahí que el pasado lunes el propio Iceta anunciase que "de no procederse a una salida voluntaria, se iniciarán las acciones" legales necesarias.

Por lo que, desde el Arzobispado indican, que a las diez monjas se les ha pedido que abandonen el convento voluntariamente, dado que ya no forman parte de la comunidad. Actualmente, sus legítimas poseedoras son las cinco hermanas mayores no excomulgadas y otras tres religiosas que ahora no están en el monasterio, y que conforman la comunidad.

"Por lo tanto, no se ajusta a la verdad la afirmación de que se les 'pretende echar hasta las puertas de la calle', como si fuera una decisión arbitraria", han aseverado. Y rechazan que quieran causar ningún perjuicio a las religiosas, pero "son ellas quienes se han apartado de la Iglesia católica por una decisión 'libre y personal' y han dejado de ser monjas".

Las religiosas denunciaron a Mario Iceta

El Arzobispado de Burgos ha recordado que las exclarisas han recurrido a la fuerza pública, cuando solicitaron la presencia de la Guardia Civil el pasado 6 de junio, ante una visita de la comisión gestora enviada por el arzobispo, Mario Iceta. Las monjas denunciaron a Iceta por abuso de poder, usurpación de representación legal y vulneración del derecho a la libre asociación, demanda que ratificaron días después en los juzgados de Burgos.

La comisión gestora ha recalcado que como comisario pontificio, Iceta tiene plenos poderes sobre la comunidad, tanto religiosos, patrimoniales como económicos. Por ello, se ha amparado en ellos para intervenir las cuentas, que presentan un "evidente problema de liquidez, ya que el saldo obrante no permite satisfacer todos los pagos de manera inmediata".

De ahí que, como anunció la diócesis este miércoles, estudiarán las facturas y nóminas remitidas por la exabadesa, con cargos que ascienden a los 20.000 euros, y que se abonarán a través de fondos de la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu.

El Arzobispado ha aprovechado para manifestar, una vez más, su preocupación por las hermanas mayores, en especial por la falta de atención espiritual. Y ha aseverado que la presencia de las exreligiosas en Belorado dificulta el acompañamiento de las veteranas, del que tendrán que encargarse clarisas enviadas por la Federación.