Middlesbrough, de crisis en crisis: las elecciones británicas desde una de las ciudades más desfavorecidas de Inglaterra
- En esta ciudad del noreste de Inglaterra, el 25% de los habitantes se encuentran en situación de pobreza
- El coste de la vida es el principal motivo de preocupación entre los británicos de cara a las elecciones del 4 de julio
"Hemos intentado crear un oasis para los habitantes del barrio". Así define la sacerdote Kath Dean el pequeño jardín adosado a la Iglesia Saint Oswald, en el sur de Middlesbrough. Un lugar "de paz y tranquilidad", sonríe Kath, "uno puede sentarse, tomar un café, charlar o cultivar su propio huerto". La quietud del espacio, una mezcla de flores coloridas y plantas aromáticas, contrasta con el entorno que se vislumbra más allá de las vallas de madera que lo delimitan: sofás y basura en medio de las aceras, carritos de la compra colgando de setos, casas con ventanas protegidas por tablas chapadas para evitar las piedras y, por todos lados, una sensación generalizada de abandono.
La asociación The Genesis Project de Kath Dean está instalada en el barrio de Grove Hill, uno de los más pobres de una de las ciudades más desfavorecidas de Inglaterra. Cada semana atiende a entre 200 y 300 familias. Distribuye comida, ropa, muebles, propone actividades para niños y adultos, ofrece ayuda y asesoramiento para intentar lidiar con las dificultades de cada uno: "Hay problemas financieros, de salud, de adicciones", enumera la sacerdote. "Tenemos también una situación preocupante de aislamiento, personas que no tienen con quien hablar, que están totalmente fuera del sistema y que solo nos tienen a nosotros".
"No sé qué habría sido de mí sin ellos", ahonda Gemma. Madre soltera de 40 años, tiene tres hijos. El mayor, de 22 años, acaba de convertirla en abuela. Gemma vive al lado de la Iglesia Saint Oswald y trabaja con un contrato a tiempo parcial en la asociación. Veinte horas semanales, algo menos de 1.000 libras al mes, que complementa con una ayuda social del gobierno, el "Universal Credit," que no alcanza las 300 libras. En total, el equivalente de 1.500 euros mensuales, que apenas le llegan para sobrevivir en un país dónde la inflación llegó a superar el 11% hace año y medio: "Es muy difícil. Una vez pagadas las facturas, el alquiler, el gas, la electricidad, me quedan 100 libras para la comida, y comprar cosas para mis hijos" suspira Gemma.
Cada miércoles, se lleva a casa una cesta de comida del banco de alimentos de la Iglesia de Saint Oswald: alimentos básicos, algunos congelados, también productos de limpieza… "Aun así, tengo casi siempre que pedir préstamos para poder terminar el mes", reconoce Gemma que, a pesar de las dificultades diarias, se considera afortunada: "Antes de conocer al proyecto, nunca había trabajado. Tenía muchas deudas, durante años he vivido con mis hijos en una casa insalubre, infestada de ratas. Ellos me rescataron."
Kath Dean podría contar muchas historias como la de Gemma. Creó inicialmente el proyecto Genesis para ofrecer actividades a los niños de Grove Hill y evitar que se quedasen sin hacer nada en las calles. Durante la pandemia, se adaptó a las necesidades de las familias. "Pensábamos que después volveríamos a nuestra actividad inicial, pero no ha sido así", cuenta Kath: "La situación de muchas familias ha empeorado, nunca se ha necesitado tanta ayuda.
El 25% de los habitantes en situación de pobreza
"Los datos corroboran la afirmación de Kate: en Middlesbrough, el 25% de los habitantes se encuentran en situación de pobreza. Un nivel nunca visto, que supera el 40% sí solo hablamos de los niños. "Las estadísticas se quedan cortas", asegura Amanda Bailey, directora de la Comisión para la Pobreza Infantil en el Noreste: "Hay muchas familias que están justo por encima del umbral de pobreza y que tampoco llegan a fin de mes".
Según la Fundación Joseph Rowntree, una de las principales organizaciones caritativas del Reino Unido, más de 14 millones de personas −el 22% de la población total− están en situación de pobreza en el país. En su informe anual, explica además que los más pobres lo son cada vez más. "En los últimos años, tuvimos los choques económicos de la pandemia y de la crisis energética", recuerda Amanda Bailey: "Golpearon a familias que ya estaban en situación de vulnerabilidad, que no tenían ahorros ni apenas ingresos."
En Middlesbrough, los estragos del coronavirus y de la guerra en Ucrania se añadieron a las consecuencias de crisis anteriores. Primero fue el declive, en la segunda mitad del siglo XX, de la industria siderúrgica y minera, motor económico de la región desde la Revolución Industrial. Luego fue la crisis financiera de 2008 y las políticas de austeridad posteriores del gobierno conservador de David Cameron.
"Son muchos factores, que dibujan un panorama complicado" reconoce el alcalde de Middlesbrough. Chris Cooke tiene 34 años, es laborista y lleva un año en el cargo. "No se planteó ninguna alternativa al cierre del sector industrial, eso se traduce en una falta de empleo en toda la región". Los recortes de financiación de las administraciones locales por parte del gobierno central −otra herencia de la etapa Cameron entre 2010 y 2016− tampoco ayudaron y, cuando el dinero llega, no sirve para mejorar la vida diaria de los habitantes: "Podemos conseguir fondos gubernamentales para proyectos inmobiliarios, pero ¿de qué nos sirve construir una biblioteca o un hotel si no tenemos medios para pagar al personal?", se pregunta Cooke. "Nuestras prioridades son otras", añade el alcalde, "atender a las necesidades básicas, facilitar por ejemplo comidas gratuitas a los niños en los comedores escolares."
"Debería ser la prioridad de cualquier gobierno", apunta Amanda Bailey. "A veces olvidamos que somos uno de los países más ricos del mundo. ¿Cómo es posible que tengamos a millones de niños sin acceso a las necesidades más básicas?" En el barrio de Thorntree, otra de las zonas deprimidas de Middlesbrough, Mike Milen podría formular la misma pregunta. Director del centro comunitario Community Ventures, también ha notado un deterioro de la situación de los más vulnerables en los últimos años: "Atendemos a gente con problemas muy complejos, personas que llevan años sin tener gas o electricidad en casa, años sin haber visto un médico, que están totalmente desconectados del sistema", explica Mike Milen.
Por el Community Ventures pasan cada día una cuarentena de personas, "la mayoría gente del barrio, jóvenes y familias", dice Mike Milen. Una veintena de trabajadores −algunos voluntarios− les ofrecen asesoramiento para resolver problemas de vivienda, de sanidad, con el banco… También proponen apoyo educativo para los más jóvenes, y actividades socioculturales para los adultos. Mientras Mike nos detalla su trabajo, un pequeño grupo está ensayando un espectáculo de baile. Suena "I’m still standing" de Elton John. Mike sonríe: "Creo que los políticos británicos están totalmente ajenos a la situación de estas personas. Como si no existieran. No se dan cuenta de la pobreza absoluta de muchas familias y del nivel de desigualdades que existe en nuestro país." Lo ilustra enseñando una colina por la ventana: "Si naces ahí arriba, tienes 16 años más de esperanza de vida que si has nacido aquí en Thorntree. Entre los dos puntos hay menos de un kilómetro." Mike, que nació en el barrio, no espera milagro de la cita electoral del 4 de julio: "No creo en un cambio radical: donde estamos ahora es el resultado de 30, 40 años de declive constante. Y eso no se va a poder revertir tan fácilmente".