El Castillo de Balmoral de la familia real británica abre sus puertas al público por primera vez en su historia
- Las personas podrán visitar el palacio desde este martes hasta el 4 de agosto
- Este castillo representa un lugar icónico para la Familia Real británica y es donde falleció la reina Isabel II
El Castillo de Balmoral, propiedad de la familia real británica, ha abierto sus puertas al público por primera vez en su historia. Se podrá visitar desde este martes hasta el 4 de agosto.
Las entradas se han puesto a la venta a las 9:00 horas y a las 11:00 horas ya se habían agotado, según explica James, el encargado de las visitas. Su valor es de 100 libras, es decir, 116 euros. Este palacio, ubicado en Escocia, es donde murió la reina Isabel II y donde su hijo, Carlos III y Diana de Gales, se hicieron las fotos de su luna de miel.
"Parece un hogar familiar, no un palacio", dice una turista después de recorrer el interior del inmueble. En cambio, otra mujer, debido a su alto precio, asegura que no pagaría para verlo.
Isabel II ordenó instalar un ascensor
Los visitantes podrán ver siete habitaciones del palacio, entre ellas, el vestíbulo, el comedor y la sala de arte. Como expresa Fiona, guía turística del castillo, "hay muchas cosas bonitas por ver: cuadros preciosos, objetos muy interesantes".
Además, añade que la decoración no ha cambiado en 180 años, ya que "la familia real lo ha mantenido muy parecido a la época de la reina Victoria". Sin embargo, el castillo no ha sido inmune a los avances tecnológicos. Isabel II mandó instalar un ascensor.
El palacio tiene veinte mil hectáreas y representa un lugar icónico de la familia real británica. También produce mucha curiosidad entre personas de todas partes del mundo, desde turistas europeos a visitantes estadounidenses. "Es genial, a los estadounidenses nos fascina la familia real y visitar el castillo es algo que de verdad queríamos hacer", reconoce una turista estadounidense procedente de California.
La reina Victoria I compró este palacio en el siglo XIX
La familia real británica convirtió este castillo en residencia real a mediados del siglo XIX cuando la reina Victoria I, tatarabuela de Isabel II, y el l príncipe Alberto de Coburgo lo compraron, ya que decidieron pasar el verano en este palacio que cumplía con todas las acomodaciones que necesitaban.
El castillo al considerarse muy pequeño para las necesidades de la familia real, decidieron ampliarlo. El encargado de renovarlo fue William Smith, un arquitecto de la ciudad de Aberdeen. El palacio se construyó con granito de las canteras de Glen Gelder, que producía una piedra casi blanca.
De hecho, fue la reina Victoria quien colocó la primera piedra del castillo el 28 de septiembre de 1853. La ampliación finalizó en 1856 y después se derrumbó el antiguo edificio. Como gesto simbólico se dejó una piedra del castillo original que está en el jardín delantero.