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Entrevista en RNE

Miguel Lorente, sobre la protección a las víctimas de violencia de género: "Funciona cuando el agresor decide que funcione"

  • La orden funciona cuando "los agresores deciden cumplirla", alerta el exdelegado del Gobierno de Violencia de Género
  • De esta manera se está situando "en la responsabilidad, en la decisión o voluntad del agresor que se cumpla la medida"

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Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso - Miguel Lorente: "El sistema de protección funciona cuando el agresor decide que funcione"

El exdelegado del Gobierno de Violencia de Género, Miguel Lorente, ha advertido sobre el fallo en el "propio concepto del sistema de protección" a las víctimas de la violencia machista, un sistema que, según ha señalado, "funciona cuando el agresor o el asesino decide que funcione", no cuando se ponen en marcha "instrumentos que impedirían que en caso de decidir actuar en esas circunstancias, eso no se pudiera producir".

Así lo ha asegurado el también profesor de Medicina Legal en la Universidad de Granada, al ser entrevistado en Las Mañanas de RNE, coincidiendo este martes con un Comité de Crisis por parte del Ministerio de Igualdad tras confirmarse que solo en abril hubo siete víctimas mortales - cuatro mujeres y tres menores- y después de un fin de semana especialmente trágico, con cuatro mujeres y dos niños asesinados. Una de las víctimas, madre de los pequeños, pese a encontrarse en el Sistema de Seguimiento Integral de los Casos de Violencia de Género (Viogén).

La orden de protección funciona, según ha señalado este experto, porque "los agresores deciden cumplirla, no porque haya un factor que impida que la cumpla", ya que el único factor de protección que existe es el uso de dispositivos para "garantizar" que se cumple la orden de alejamiento, pero su uso sigue siendo "limitado".

De esta manera se está situando "en la responsabilidad, en la decisión o voluntad del agresor que se cumpla la medida contra la violencia que ellos ejercen".

Sobre los motivos de que el uso de dispositivos sea limitado, ha dicho que en parte es porque "se supone que limita derechos fundamentales" como el movimiento y para llevarlo a cabo hay que "encontrar una razón", su utilización se tiene que fundamentar en "elementos objetivos en relación con el riesgo" para la víctima de violencia de género.

La valoración del riesgo para la víctima

Lorente señala también que los estudios apuntan a que la valoración del riesgo de cada caso de violencia de género "no siempre se hace de la manera adecuada" porque la valoración policial se hace sobre las víctimas que tienden a "minimizar" el peligro, como demuestra el hecho de que permanezcan "de media alrededor de nueve años en la relación donde sufren la violencia".

La mayoría de las mujeres, al contrario de lo que a veces dicen sobre las denuncias falsas y las exageraciones, no denuncian. "Sabemos que el 80% de las mujeres que son asesinadas nunca han denunciado, con lo cual no hay una denuncia como instrumento "para tratar de obtener beneficios judiciales". Suelen minimizar el tiempo que están en la violencia pensando que "va a acabar, que no es tan grave, que ellas también tienen parte de responsabilidad, todo lo que serían factores sociales y culturales".

Otro factor "determinante", según Lorente, es la valoración forense del riesgo, que llevan a cabo equipos médicos y psicológicos que son especialistas y tienen instrumentos para poder llevar a cabo una "valoración más exacta sobre el agresor que es quien genera el riesgo". Esta valoración, según, eso todavía se hace "de una manera muy limitada", por lo que se carece del factor que "puede ayudar a que un juez o jueza determine el uso de los dispositivos para garantizar la orden de alejamiento".

En el entorno rural la crítica "no está sobre el agresor"

En el entorno rural, la protección es aún más importante, porque, de acuerdo con la estadística, se ve claramente como influye tanto en la denuncia como en el número de homicidios, "el peso del control social, es decir, el qué dirán, el factor social, el sentirse avergonzada".

El 21% de las víctimas de violencia de género, según la macroencuesta, no denuncia porque siente vergüenza al hacerlo porque "ya se ha creado la idea de que si tu marido te pega es porque tú has hecho algo para que tu marido te pegue".

La "crítica" en los casos de violencia de género "no está sobre el agresor, sino sobre la víctima, sobre las mujeres, eso en los entornos rurales pesa mucho", alerta Lorente, y por eso "aguantan mucha violencia hasta que llega un momento que eso se hace insoportable y es cuando deciden separarse, no denunciar porque no denuncian más, sino separarse".

Este es un "factor de pérdida de control, precipitante del homicidio", asegura el experto, por lo que en estos entornos rurales hay que desarrollar una "estrategia de información mucho más cercana y presente que lo que hacemos ahora".

La clave está en los servicios sanitarios, que "es donde están esas mujeres" que sufren la violencia de género, ya que acuden un 33% más que las mujeres no maltratadas, según los datos de la OMS, porque la violencia sobre todo produce un problema de salud, es un delito, pero lo que sufre la víctima "no es solo un delito abstracto, su salud se va deteriorando tanto en el plano físico como psicológico".