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'La niña y la biblioteca ambulante' invita a soñar con libros que derrumban muros

  • Oso y Castor ayudan a una niña a cruzar un muro, gracias a la imaginación
  • Un hermoso relato de Eulàlia Canal, ilustrado por Sebastià Serra

Por
El cuento de 'La niña y la biblioteca ambulante' de Eulàlia Canal
Ilustración de 'La niña y la biblioteca ambulante'.

"Las palabras son puentes que atraviesan océanos". Una frase que atrapa el espíritu de La niña y la biblioteca ambulante, el libro de Eulàlia Canal que narra las peripecias de Oso y Castor.

Editado por Carambuco en castellano y catalán, las preciosas ilustraciones de Sebastià Serra transmiten con ternura la historia de los dos animales bibliotecarios que conducen un motocarro con sidecar y un remolque lleno de libros cuando casi chocan con un muro que les corta el paso en mitad del camino.

La autora indica a RTVE.es que "el libro es la mejor arma que tenemos para derrumbar muros" en un mundo en el que proliferan las guerras y se construyen muros fronterizos "en todos los países". La idea surgió "cuando Trump hizo un muro allí, entre México y Estados Unidos, para separar las familias". En el cuento, Oso y Castor conocen a una niña que necesita atravesar el lienzo de ladrillos para reencontrarse con su madre.

Palabras libres

Canal piensa que "los libros, las palabras, la imaginación son la mejor arma" y el motor de esta historia. La frase que mejor define la narración aparece en dos ocasiones, en la última referencia la protagonista "sueña con palabras como puentes que atraviesan océanos".

En la fábula, la escritora mezcla a dos animales que hablan, vestidos con pantalones, chalecos, tirantes y sombreros, Oso y Castor, con dos seres humanos, la niña y el implacable vigilante del muro. Canal cree que "los animales tienen esa parte más inocente, un punto más infantil y más mágico" y le gusta mucho que haya protagonistas peludos en sus libros. En su opinión, "tienen ese contraste con los humanos, siempre pueden hacer cosas más divertidas, más inverosímiles. Me da mucha libertad a la hora de escribir y también añaden un poco de humor".

"Más tarde, tapados con las sábanas, Oso les cuenta historias de lobos y fantasmas, de hadas y elfos, de brujas y hechizos".

En el cuento, Oso y Castor leen tumbados a la sombra de un árbol, pero dentro de una tienda de campaña, antes de cerrar los ojos y conciliar el sueño, domina la narración oral: "Aquí lo importante es la palabra dicha en voz alta, la música de las historias. Todos los niños han vivido que les cuenten una historia a la hora de ir a dormir y siempre pienso que ese momento es un tesoro, es mágico, con un libro o sin un libro. Estar escuchando esa historia y entrar dentro de esa historia".

"La empatía se aprende"

Poeta y psicóloga, Canal describe a unos personajes que muestran empatía con la niña, respetan su silencio y no la atosigan. Destaca que "la empatía se aprende y es normal que cuando son muy pequeños les cueste porque solo tienen su punto de vista". En el relato, "el oso hace un poco el papel de adulto se da más cuenta de las cosas y el castor es más impulsivo, más niño y expresa de manera espontánea todo lo que siente, lo que da el contrapunto entre los dos personajes".

La autora sostiene que "llega un momento en que los niños también son capaces de ponerse en el lugar del otro" y que la empatía se aprende leyendo y sumergiéndote en las historias. En las charlas que da en las escuelas, Canal cuenta a los niños que escribir da esa empatía y es "uno de los ejercicios más interesantes" porque "te tienes que poner en el lugar de todos los personajes, no solo desde tu punto de vista, sino cómo ve, cómo vive, cómo siente el personaje eso que le está pasando".

Ilustración de 'La niña y la biblioteca ambulante'

Ilustración de 'La niña y la biblioteca ambulante', Sebastià Serra.

La niña y la biblioteca ambulante es un canto a la amistad. La escritora apunta que "a veces tú solo no puedes resolver una cosa, pero encontrar a las personas adecuadas, te da alas". Para Canal, la amistad "es de las cosas más bonitas de la vida. Me gusta hablar en mis libros de esos encuentros, esos momentos en que coincides con otra persona, te entiendes, y ambas se ayudan mutuamente".

"La niña les cuenta que tiene que atravesar el muro. Su madre se fue a buscar trabajo. Le dijo que volvería a buscarla, pero no lo ha hecho".

La madre ausente representa a las mujeres inmigrantes que dejan a sus hijos allende los mares para trabajar en Europa. Canal cuenta a RTVE.es que conoce a muchas de esas mujeres: "Tienen que dejar a los hijos allí porque no saben si van a encontrar trabajo, ni cómo van a encontrar un lugar para vivir. Los hijos se quedan con las abuelas, les mandan dinero y luego, cuando realmente pueden, se traen a toda su familia para acá". Añade que "a veces son jóvenes, tienen varios hijos y se pierden verlos crecer. Es pura supervivencia, tiene que ser muy, muy duro".

Tiempo de lectura

En la trama, el vigilante del muro, tras recibir un librazo en la cabeza, no entiende qué pasa, pero por el cañón de su fusil asoma un brote verde y en la siguiente página ya ha salido una flor, una imagen que recuerda a la Revolución de los Claveles de Portugal. La autora apunta que "esto no estaba escrito, fue una idea del ilustrador y me gusta mucho", recuerda una canción que habla de cambiar las armas por las flores y matiza que "las flores, la naturaleza, los libros son cosas que comunican, nunca destruyen. Una cosa construye, la otra destruye".

La escritora admite que "en este momento los libros no tienen el poder de volar y derribar muros" y parece que quedan "obsoletos" frente al avance de las pantallas. Le preocupa que los libros "no lleguen lo suficiente a los niños" en muchos colegios que ya no tienen libros de texto y lo hacen todo con ordenadores. En su opinión, en Primaria los niños deberían tener tiempo para la lectura, un tiempo que "no van a tener luego en casa".

Canal confiesa que La niña y la biblioteca ambulante expresa "algo fundamental y esencial, un sentimiento que llevo dentro y creo que la mayoría de historias nace del amor por los libros y esa fascinación tanto por la lectura como por la escritura". Asegura que le ha salvado la vida y que no sabe qué hubiera hecho "sin tener ese espacio de imaginación, de vivir otros mundos, de coger la realidad y poderla transformar. Siempre que me pasa algo, siempre que tengo un problema o algo que no me gusta, entonces lo cojo y lo transformo en una historia", como ese muro de Trump, que acabó transfigurado en un hermoso cuento.

La niña y la biblioteca ambulante

Título original: La nena i la biblioteca ambulant

Texto: Eulàlia Canal

Ilustraciones: Sebastià Serra

Traducción: Ana Mata Buil

Editorial: Ediciones Carambuco

Edad recomendada: De 0 a 8 años