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Pepe González, el ilustrador que mejor retrató a Marilyn Monroe y Vampirella

  • Un libro recoge una selección de los mejores trabajos del inolvidable dibujante
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Ilustración de Marilyn Monroe, de Pepe González
Ilustración de Marilyn Monroe, de Pepe González

Su póster de Vampirella, con una mano extendida de la que un vampiro va a echar a volar es uno de los iconos del cómic mundial. Un personaje al que Pepe González (Barcelona 1939-2009) convirtió en una obra de culto. Pero también fue el artista que mejor retrató a grandes actores como James Dean, Marlon Brando, Jean Harlow y, sobre todo, Marilyn Monroe.

Ahora un espectacular libro, El arte de Pepe González (Norma Editorial), presenta un completísimo repaso a su trayectoria, con páginas de cómic, humor gráfico, bocetos, retratos, textos y fotografías.

Sin olvidar los interesantes artículos de David A. Roach (autor de la versión original americana del libro), Manel Domínguez Navarro y Rafa Martínez Díaz.

Un libro que incluye algunas de las ilustraciones y páginas de cómic que lo hicieron famoso en todo el mundo, pero también unas cuantas obras inéditas. Y cuya espectacular edición es bilingüe (inglés-español).

Este impresionante volumen divide la trayectoria de Pepe en tres etapas, su primera etapa en los años 50 y 60 cuando dibujó cómics femeninos para el mercado español; los años 70, cuando se hizo famoso en todo el mundo por sus trabajos en Vampirella (su versión del personaje nunca ha sido superada); y los años 80 y 90, cuando se centró en trabajos de ilustrador y portadista, destacando sus retratos de grandes actores del cine.

Retratos de Greta Garbo y Humphrey Bogart, de Pepe González

Retratos de Greta Garbo y Humphrey Bogart, de Pepe González

Con 14 años ya dibujaba a Marilyn Monroe

En 1956, mientras paseaba por el barrio chino de Barcelona, el dibujante Javier Puerto descubrió, en el escaparate de una sastrería, dos retratos de Marilyn Monroe y Gina Lollobrigida que le llamaron la atención. Y cuando entró a preguntar, una de las empleadas le explicó que el artista era su hijo Pepe, de 17 años.

El dibujante se lo dijo a su jefe, el famoso editor Josep Toutain, que pidió al chaval que copiase una página del cómic Cisco Kid, del artista argentino José Salinas. Y lo hizo tan bien que Toutain lo contrató inmediatamente y lo puso a dibujar una tira de vaqueros.

Pero enseguida saltó a la vista que lo que mejor se le daba al chaval era dibujar bellas mujeres, así que lo pusieron a dibujar cómics románticos, primero para España y después para Inglaterra, donde Pepe enseguida se convirtió en uno de los dibujantes más solicitados.

Incluso llegó a dibujar la tira diaria de uno de una de las series más famosas de la televisión británica: Los Vengadores (protagonizada por Patrick MacNee y Emma Peel).

Retrato de Marilyn Monroe, de Pepe González

Retrato de Marilyn Monroe, de Pepe González

"El dibujante que mejor ha retratado a las mujeres"

José María Bea y Carlos Giménez siempre han confesado que todos los dibujantes de la agencia SI copiaban las mujeres de Pepe González. Y David A. Roach asegura en el prólogo que, posiblemente, “sea el artista que mejor ha retratado a las mujeres”.

Pero Pepe enseguida se cansó de dibujar siempre las mismas historias románticas, porque los guiones eran muy malos. Menos mal que en su camino se cruzaría la vampira más famosa de la historia del cómic.

Viñetas de Pepe González

Viñetas de Pepe González

Vampirella, su personaje más popular

El libro dedica numerosas páginas a la obra que convirtió a Pepe en uno de los artistas más admirados del mundo: Vampirella.

De hecho, cuando se habla de Vampirella, inmediatamente aparece el nombre de González, aunque no fuera su creador, ya que sus padres fueron, en 1969, Forrest J. Ackerman (el famoso editor y escritor de ciencia ficción) y Trina Robbins (fallecida hace unos meses), que diseñó el personaje, al que luego dieron vida los grandes dibujantes Frank Frazetta, Tom Sutton y Mike Royer.

Lo curioso es que Vampirella no es un vampiro, como los que conocemos, sino una extraterrestre del planeta Drakulón que, ante la inminente desaparición de su mundo, viaja hasta la tierra al descubrir que los seres humanos portan el alimento que la permite desaparecer: la sangre.

Página de Vampirella, de Pepe Gónzález

Página de Vampirella, de Pepe Gónzález

El cómic funcionó bien, pero no fue hasta la llegada de Pepe en el nº 12 (julio de 1971), cuando Vampirella se convirtió en un icono de la mujer fuerte y liberada de los años 70. Pepe ya había destacado con sus historietas románticas dibujadas para el mercado británico y aportó al personaje la sensualidad, el erotismo, el carácter y la atmósfera de misterio que necesitaba.

Con su primera historia para el personaje, Pepe ya consiguió el premio al mejor dibujante de la editorial Warren, en 1971.

Y esa ilustración de Vampirella de pie con un murciélago alzando el vuelo desde su mano se convirtió en la imagen definitiva del personaje.

Desde 1971 hasta la desaparición de la editorial Warren dibujó, en distintas etapas, 53 historietas de Vampirella (54 si se incluye La Maldición Wrathmore, que realizó para la edición española de la revista Creepy).

Ilustración de Vampirella, de Pepe Gónzález

Ilustración de Vampirella, de Pepe Gónzález

Su etapa como ilustrador

Pero Pepe veía que ese enorme éxito de Vampirella, que empezó a publicarse en numerosos países, no le reportaba los beneficios que creía merecer, así que volvió al cómic español. Y durante unos años dibujó historietas y, sobre todo, empezó a hacer espectaculares portafolios dedicados a estrellas del cine, entre las que siempre ocupaba un lugar muy especial su admirada Marilyn.

La sorpresa la dio en 1982 cuando, ya convertido en un reconocido ilustrador, decidió volver a dibujar Vampirella porque: “No quiero defraudar a los aficionados de todo el mundo que me han pedido que salve a Vampirella del grupillo de dibujantes mediocres que la están arruinando”.

Pepe se comprometió a dibujar 12 historietas de 8 páginas, de las que solo se publicaron la mitad, ya que Warren se vio obligado a cerrar sus revistas debido a la crisis. La séptima historia, que ya había dibujado, la publicó Toutain en España.

Pepe no tuvo problemas para seguir trabajando, pero su anárquica vida lo llevó a tener serios problemas económicos, lo que, unido a problemas de salud, hicieron que sus últimos años fueran muy complicados. A pesar de recibir encargos importantes, como sus famosas ilustraciones para Barbie. También realizó numerosos dibujos para fans de todo el mundo que lo habían encumbrado como uno de los mejores artistas internacionales.

Iustración de James Dean, de Pepe González

Iustración de James Dean, de Pepe González

Una vida muy anárquica

Más allá de estos grandes éxitos, Pepe era un artista al que le gustaba vivir la vida a tope, sobre todo la nocturna, lo que a veces repercutía en la calidad de su trabajo (sobre todo cuando perdía el interés por algo).

Pepe nunca ocultó su homosexualidad (incluso cuando era peligroso reconocerlo) y, como relata Carlos Giménez (Paracuellos, Los profesionales), en la magnífica biografía de su amigo que realizó en 2013, titulada simplemente Pepe: “Vivía entre dos mundos, el del día y el de la noche”.

Como retrataba Giménez en esa gran obra biográfica, Pepe se fundía casi todo el dinero que ganaba en juergas. Hasta el punto de que en sus últimos años pasó serios problemas económicos. Al final de sus días llegó a vender sus dibujos a 20 euros (valían muchísimo más), o los usaba para pagar las comidas y copas en bares y restaurantes. Posiblemente, a lo largo de su vida regalase más dibujos de los que cobró. Lo único que parecía interesarle era vivir el día a día, sin preocuparse por el mañana.

Portada de Vampirella

Portada de Vampirella

Enfermo y con graves problemas económicos, en 2009 un importante editor norteamericano se puso en contacto con Selecciones Ilustradas porque querían publicar un gran libro sobre la Vampirella de Pepe González, lo que habría sido una estupenda oportunidad para recuperarse. Pero no lograron contactar con él.

Cuando fueron a su casa se lo encontraron tirado en el suelo. Lo llevaron al hospital donde fallecería pocos días después, el 13 de marzo de 2009. Por cierto, que muchos de sus dibujos acabaron en la basura cuando limpiaron el piso.

Como nos comentaba Carlos Giménez (con motivo de la publicación de Pepe), cuando falleció, los medios de comunicación españoles “apenas le dedicaron unas líneas”. Y, desgraciadamente, todavía no ha recibido un homenaje a la altura del gran artista internacional que fue.

Aunque desde su fallecimiento, sus dibujos han aumentado enormemente su cotización (a niveles realmente prohibitivos). Esperemos que gracias a este imprescindible volumen alguien se plantee hacerle el homenaje que merece uno de los mejores ilustradores españoles de todos los tiempos.

Portada del libro 'El arte de Pepe González' (Norma Editorial)

Portada del libro 'El arte de Pepe González' (Norma Editorial)