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Elsa Ruiz, activista LGTBI: "Ser una persona trans no es difícil, nos lo ponen difícil"

  • 55 años después de los disturbios de Stonewall analizamos con Elsa Ruiz, activista LGBTI, la situación actual de las mujeres trans
  • "Estamos siendo el mascarón de proa para casi toda la violencia que se ejerce hacia el colectivo"

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Elsa Ruiz, cómica y activista LGTBI
Elsa Ruiz, cómica y activista LGTBI

28 de junio de 1969, Stonewall. Una redada en Christopher Street. Policías arrestando a gais, travestis y personas 'cuir'. Una porra desciende y golpea a una mujer lesbiana esposada. Comienza la insurrección. Ese fue el comienzo de los disturbios de Stonewall, en los que las mujeres trans Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera lucharon a favor de los derechos de todo el colectivo LGBTI.

Las mujeres trans siempre han estado al pie del cañón en la lucha por la igualdad de derechos. Con el paso de los años, han ganado presencia, aunque su figura siempre ha sido marginada, machacada. En la actualidad están, para bien o para mal, en boca de todos.

Cincuenta y cinco años después de los disturbios de Stonewall, una Ley Trans de por medio, distintas movilizaciones y el alzamiento de un movimiento feminista trans-excluyente, RTVE.es reflexiona con Elsa Ruiz sobre la situación actual de las mujeres trans.

Elsa Ruiz es una cómica, ilustradora y activista LGBTI, aunque a ella no le haga mucha gracia referirse a sí misma de tal manera. A sus 37 años ha hecho prácticamente de todo: es monologuista, divulgadora en su canal de YouTube 'Lost in Transition', ha participado en programas de radio como 'Tarde lo que tarde' de RNE y ha colaborado en distintos programas de televisión.

Entre libros transfeministas, de nuevas masculinidades, de intersexualidad y sobre la experiencia de las personas no binarias, Ruiz reflexiona sobre su experiencia como mujer trans: "Ser una persona trans no es difícil, nos lo ponen difícil".

Elsa Ruiz, activista LGTBI

La activista LGTBI, Elsa Ruiz en una libreria DANIEL CARGOL

PREGUNTA: ¿Cuál es el apoyo específico que necesitan las mujeres trans dentro de la comunidad?

RESPUESTA: El apoyo tiene que ser visible y constante. El apoyo a las mujeres trans y a todo el colectivo trans, no nos olvidemos. Evidentemente, los hombres trans están ahí y sobre todo también personas trans no binarias. Actualmente, en España no tienen ninguna legislación que reconozca su identidad. Eso no podemos olvidarlo y tenemos que exigir cambios sociales. Tenemos que movilizarnos y no callarnos al ser testigos de la transfobia.

P: ¿Cuáles son, en tu opinión, las contribuciones más significativas que habéis hecho las mujeres trans al movimiento LGTBI?

R: La mayor contribución que hacemos es que estamos siendo el mascarón de proa para casi toda la violencia que se ejerce hacia el colectivo. Ya estábamos en el punto de mira de la ultraderecha y de los sectores más ultraconservadores y rancios. Y ahora, de repente, hay un sector que se define como de "izquierdas" y "feministas" que también nos ponen una diana en la espalda. No sé con qué intención ni con qué fin.

Las mujeres trans han ejercido como red y familia para muchas personas 'queer'

P: A lo largo de la historia, muchas mujeres trans han abanderado la lucha del colectivo LGTBI. ¿Cuáles crees que han sido las mayores referentes?

R: Stonewall es el referente más claro con Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. Hicieron movimientos sociales de revolución y, sobre todo, de acoger a personas LGTBI y 'queer' en todos los sentidos. En este país, por ejemplo, Manolita Chen, que ha adoptado y sigue adoptando y encargándose de menores LGTBI en situación de exclusión social sin ningún tipo de ayuda. Las travestis, que creo que hay que reivindicar esa palabra, se han elegido como matriarcas muchas veces de lo 'queer' y de lo LGTBI, acogiendo a la gente distinta. Las mujeres trans han ejercido como red y familia para muchas personas 'queer'.

P: ¿Cómo crees que ha evolucionado actualmente la representación y visibilidad de las mujeres trans en los medios?

R: Creo que la televisión ha evolucionado bastante, aunque no fue algo buscado. He podido trabajar en televisión delante de una cámara, no podía haber estado en un plató si no fuera por todas esas pioneras que llegaron a televisión y que tuvieron que pagar un alto coste de exposición y vejación. Aunque algunos programas dicen dar voz a todas las perspectivas, muchas veces las personas trans solo aparecen confrontadas por personas tránsfobas.

La transfobia no tiene lugar en los medios. Si empezamos juntando a una persona trans que sencillamente está existiendo y la ponemos delante de una persona tránsfoba, entonces, ¿qué nos impediría el día de mañana poner a una mujer que ha sido maltratada por su marido delante de su marido o de un maltratador confeso y condenado haciendo una conexión directa en la cárcel? Los vetos a estos temas a menudo provienen de quienes están dentro de los programas.

P: ¿Por qué crees que hay que reivindicar la palabra travesti?

R: Creo que es una palabra que hay que reivindicar. Me ha costado mucho esfuerzo reivindicarla porque antes se ha utilizado con tono despectivo. Yo creo que es una palabra preciosa y hay que reivindicarla, igual que nos hemos reapropiado de "maricón" y de otros "insultos". O del famoso fantasmita con la bandera LGTBI que usó Vox. Apropiarnos de esas cosas y de esas palabras es un acto muy sanador y creo que a la gente que está en el bando contrario les molesta mucho.

El colectivo trans tiene una legislación que se ha cambiado y hay una serie de personas que se están intentando aprovechar de ella. La justicia debería empezar a actuar ya

P: Para las mujeres trans y para todo el colectivo trans. Hoy en día hay un montón de desafíos abiertos. ¿Cuáles son los que necesitan un apoyo más inmediato?

R: Yo creo que ahora mismo hay un punto de lucha muy grande para las mujeres trans. El colectivo trans en general tiene una legislación que se ha cambiado y hay una serie de personas que se están intentando aprovechar de ella. Creo que la justicia debería empezar a actuar ya.

Curiosamente, todas estas personas son del ámbito militar y de la Guardia Civil. Qué curioso que se cuestione a todo el colectivo trans y no a las fuerzas de seguridad del Estado a las que pertenecen estas personas. Qué curioso que figuras como guardias civiles quieran acabar con una transición. Creo que no es la primera vez que lo hacen. Que haya gente que se aproveche de una ley para cometer actos ilegales pasa en todas las leyes.

Hablar de educación sexual en colegios e institutos no es adoctrinar. Porque si una persona trans o LGBTI en su casa no tiene referentes ni un entorno seguro para salir del armario y en el colegio tampoco, ¿dónde los tiene?

P: Y, ¿en cuánto al trabajo y la educación?

R: El mundo laboral es un frente muy complicado. El colectivo trans tiene una alta tasa de paro. Yo tengo la suerte y el privilegio, que es horrible de decir, de que puedo trabajar no solamente en lo que me gusta, sino que no es un trabajo muy precario ni tengo que recurrir a la prostitución. El trabajo es una gran asignatura pendiente y no podemos depender solamente de la buena voluntad de quien te contrata. Tiene que haber legislaciones y esas legislaciones deben aplicarse.

La otra asignatura pendiente es la educación. Hablar de educación sexual en colegios e institutos no es adoctrinar. Porque si una persona trans o LGBTI en su casa no tiene referentes ni un entorno seguro para salir del armario y en el colegio tampoco, ¿dónde los tiene? Ser una persona trans no es difícil, nos lo ponen difícil. Ir a donde tú trabajas o donde tú estás aprendiendo y no poder ser tú misma, tú mismo o tú misme, y no poder disfrutar de esa experiencia al 100%. Porque el odio tiene pequeñas sucursales en los patios de colegio, en las clases y en los trabajos.

P: ¿Cuál es tu balance a futuro de la situación actual?

La memoria colectiva de nuestro colectivo no está en los libros de historia porque nunca nos han dejado salir

R: Ahora mismo estamos en un momento muy complicado. La ultraderecha está ganando puntos en Europa, lo estamos viendo. Están surgiendo nuevos partidos de ultraderecha. Aquí en España hemos visto cómo un señor que es presidente de un país que es lo más facha, machista, homófobo y tránsfobo en una sola persona, se le ha recibido aquí para que la presidenta de la Comunidad de Madrid le dé una medalla.

No podemos dormirnos porque no solo es que conquistemos cosas, es que tenemos que mantenerlas. Formamos parte del tejido social y colectivo de este país y ahora tenemos que remangarnos mucho más para no perder lo que ya tenemos. Y sobre todo, para no perder lo que se ha conquistado a base de hostias, escupitajos y la vida de tantas personas que nos han precedido.

La memoria colectiva de nuestro colectivo no está en los libros de historia porque nunca nos han dejado salir. Y creo que todavía tenemos personas vivas que han vivido muchas cosas y tenemos la responsabilidad de las generaciones actuales y las que van llegando de hacer memoria social desde nuestro colectivo. Porque sin tener una historia, no podemos saber que ha habido mucha más gente que nos ha precedido y todas las cosas que se han hecho.