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La sonrisa rota de los pacientes y los trabajadores del sistema de salud británico

  • El deterioro de la sanidad pública británica ha estado muy presente en la campaña
  • Conseguir cita con el dentista es tarea imposible para miles de personas

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Manifestación de médicos residentes en Reino Unido por los bajos salarios
Manifestación de médicos residentes en Reino Unido por los bajos salarios EFE/ Guillermo Garrido

Millones de pacientes en lista de espera, infraestructuras deterioradas y trabajadores en huelga: la crisis de la sanidad británica (NHS) es uno de los grandes retos del próximo Gobierno. El nivel de apoyo al NHS nunca ha sido tan bajo. La falta de acceso a cuidados dentales es el síntoma de un sistema al borde de la ruptura.     

El pasado 5 de febrero, el consultorio dental de Ashley Road, en Bristol, abrió su plazo de inscripción para nuevos pacientes. Los interesados tenían que registrarse en persona, en el centro instalado en un barrio septentrional de la ciudad del suroeste de Inglaterra. Acudieron miles de personas. Se formó una cola interminable, que dio la vuelta a la manzana. Hombres y mujeres, estudiantes y personas mayores, todos esperando su turno durante horas en el frío invierno británico.

La policía local tuvo que intervenir para organizar la espera y evitar las tensiones. En dos días, los dentistas registraron a más de 1.500 nuevos pacientes. Al tercero, dieron por cerrado el cupo, dejando a las puertas del consultorio a cientos de personas.

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Las colas, síntoma de las deficiencias del sistema sanitario

Por su dimensión, las colas de Bristol aparecieron aquel lunes en los medios nacionales y se mantuvieron en un lugar destacado hasta que la noticia del cáncer del rey Carlos III, el día siguiente, eclipsara todos los demás problemas, fueran o no de carácter médico.

La escena no dejaba de ser, sin embargo, un síntoma, uno más, de las inmensas dificultades que enfrentan millones de personas en el Reino Unido a la hora de acudir a un dentista. La diputada laborista Ashley Dalton lo resumía en enero en la Cámara de los Comunes asegurando que "es más fácil en este país en 2024 conseguir una entrada para un concierto de Taylor Swift que una cita con un dentista".

Ya no es una crisis… ¡es una emergencia nacional!

La frase provocó algunas carcajadas en el Parlamento de Londres. A Mark Jones no le hizo tanta gracia: "Hay gente que está muriendo, literalmente, por septicemia consecuencia de abscesos dentales, tenemos un número enorme de cáncer de la boca con diagnósticos tardíos, las infecciones dentales son la primera causa de admisión de niños en las urgencias hospitalarias", explica a Radio Nacional el fundador de la asociación Toothless in England ("sin diente en Inglaterra"). Desde su casa de Suffolk, una región del este de Inglaterra, Mark Jones advierte: "Ya no es una crisis… ¡es una emergencia nacional!".

Nueve de cada 10 dentistas no aceptan nuevos pacientes

En teoría, el NHS, el Servicio Nacional de Salud, ofrece tratamientos odontológicos gratuitos a los menores de 18 años, a las mujeres embarazadas y a los ciudadanos más vulnerables, y garantiza un acceso a cuidados dentales con tarifas reguladas a los demás ciudadanos. La realidad es otra: según un estudio publicado en 2022 por la British Dental Association, la principal organización del sector, 9 de cada 10 dentistas no aceptaban nuevos pacientes a través de la sanidad pública.

En Cornualles y Devon, en el suroeste de Inglaterra, directamente no hay profesionales disponibles para la atención pública: los ciudadanos tienen que recorrer decenas de kilómetros para acudir a una consulta del NHS. Para muchos, la única posibilidad de recibir un tratamiento es a través de la sanidad privada, con precios inasumibles para hogares con pocos recursos.

"Somos una familia de cuatro, con dos niños pequeños. No nos podemos permitir pagar por un dentista privado", explica a RNE Leah Smith. Tiene 35 años y lleva cuatro sin ver a un dentista. La consulta de la pequeña ciudad dónde vive, en Kessingland, en la región de Suffolk, en el este de Inglaterra, cerró en 2020.

Leah se puso en busca de un profesional en los alrededores, sin éxito: "Lo intenté en todos los pueblos alrededores, hasta 50 kilómetros de mi casa. Siempre me decían lo mismo: no aceptamos a nadie, tienes que ponerte en lista de espera". Leah no oculta su enfado: "La moraleja de esta historia es que ahora en el Reino Unido, si no pagas, no puedes tener acceso a los cuidados básicos".  

Un NHS precario por las políticas da austeridad y la pandemia

La crisis del sector dental solo es un reflejo de los problemas más amplios del NHS. Décadas de políticas de austeridad y la crisis del coronavirus han dejado el sistema público de salud británico en una situación desastrosa. A finales de abril, los últimos datos disponibles, más de siete millones y medio de pacientes estaban en lista de espera para una consulta hospitalaria, algunos desde hace varios meses.

Conseguir una cita con un médico generalista es también un ejercicio de paciencia sin garantías de éxito. "Es horrible", cuenta Raúl, un alicantino de 34 años, a las puertas del Saint Mary’s Hospital de Londres. "Aquí es mejor no caer enfermo. De todas formas, si lo haces, te recetan siempre lo mismo: paracetamol o ibuprofeno. Da igual lo que tengas".

Aquí es mejor no caer enfermo. De todas formas, si lo haces, te recetan siempre lo mismo: paracetamol o ibuprofeno

"He tenido que insistir una y otra vez para que me hicieran pruebas", explica Joyce, de 28 años. "Tenía dolores, fui a ver al médico y me mandó para casa. Fui a ver a otro, y lo mismo. Y el tercero me ingresó porque necesitaba una intervención de urgencia para quitarme un absceso", relata la joven, que dice "tener miedo a caer enferma otra vez". 

Cathy, 30 años, no ha tenido una experiencia tan negativa. "He sido madre hace 15 meses, y me han tratado bien, la atención ha sido muy buena", asegura, aunque reconoce que "la plantilla estaba bajo mínimos en la maternidad, se notaba que estaban agotados por el volumen de trabajo".

Protestas de los médicos más jóvenes

Las dificultades de los profesionales también se escucharon en las calles en los últimos meses. Los junior doctors, el equivalente de los médicos residentes en España, estuvieron de huelga cinco días, hasta este martes, para reclamar mejores condiciones laborales. Era su undécimo paro en año y medio. "En los últimos quince años, los médicos en formación han visto su salario mermado en un 26%", explica el Doctor Laurenson, uno de los portavoces del movimiento: "¡La situación no es sostenible!".

"Cada año", asegura otro médico, "hay 9.000 profesionales formados aquí que deciden ir a trabajar a otros países. Si no conseguimos salarios decentes, vamos a seguir teniendo problemas de plantilla, y los pacientes no recibirán la atención que se merecen".

El descontento no sólo afecta a los médicos residentes. Enfermeras, enfermeros y médicos hospitalarios también fueron a la huelga para exigir subidas salariales y mejores condiciones de trabajo. Mientras, la imagen del NHS, un motivo de orgullo para los británicos desde su creación después de la Segunda Guerra Mundial, se va deteriorando. En el sondeo anual publicado en marzo por el instituto British Social Attitudes, tan solo un cuarto de las personas entrevistas —el 24%— se mostraba satisfecho por el funcionamiento del sistema público de salud. Es el nivel de aprobación más bajo desde que se empezó a realizar la encuesta en 1983.

Los británicos son muy críticos, pero no cuestionan el sistema en sí. Siguen apoyando con abrumadora mayoría, según esta encuesta que suele servir de referencia, los principios del NHS: gratuidad (91% de opiniones favorables), acceso universal (82%) y financiación a través de los impuestos (81%).

La situación del NHS, muy presente en la campaña

Aun así, "es la peor crisis que atraviesa el NHS desde su creación", avanza Mark Jones, de la asociación Toothless in England. Sin sorpresa, el futuro del NHS —una de las principales preocupaciones de los ciudadanos del Reino Unido— ha estado muy presente en la campaña para las elecciones del 4 de julio.

Todas las formaciones políticas han avanzado medidas para reducir las listas de espera. Laboristas y conservadores, los dos grandes partidos, se han comprometido a aumentar los recursos del sistema público de salud, pero sus promesas "se quedan muy cortas", según un análisis del think tank Health Foundation publicado a finales de junio.

El NHS necesitaría unos 38 mil millones de libras más cada año en la próxima legislatura —cerca de 45 mil millones de euros anuales— para paliar décadas de falta de inversión y reducir los retrasos acumulados con los pacientes, aseguran los expertos de Health Foundation. ¿Un imposible? "Tiene que ser la prioridad absoluta", dice Mark Jones: "Los políticos están hablando todo el tiempo de economía. Deberían ser conscientes de que no puede haber un crecimiento económico en un país dónde los trabajadores no tienen buena salud".