Dos generaciones de mujeres en la medicina de familia, una especialidad que sufre la fuga profesional
- Dos doctoras de familia, que representan la madurez y la juventud en la profesión, relatan cómo es la realidad de la profesión
- En España, dos terceras partes de los médicos de familia tienen más de 50 años, y solo el 14% tiene menos de 40 años
Su vocación es ser médica de familia. Se llama Paula Bellido, tiene 27 años y eligió la especialidad tras hacer los exámenes de Médico Interno Residente (MIR), en un momento en el que solo el 40% de las plazas de Medicina Familiar y Comunitaria se habían cubierto. "Me compensa por la cercanía con el paciente pese a que hay mucho trabajo. Me gusta acompañar a la gente durante el camino de su salud", relata a RTVE.es. La joven es residente de tercer año y trabaja mientras se forma en un centro de Salud del barrio del Cabanyal, en Valencia.
“Me compensa por la cercanía al paciente pese a la carga de trabajo. “
Si analizamos en datos el mapa de los profesionales de la Sanidad, vemos que hay una fuga de médicos de familia y un riesgo de parálisis de sistema sanitario en 2027. Sin embargo, hay excepciones por comunidades. "En Madrid todas las plazas de la especialidad están cubiertas en el MIR. Pero también es cierto que necesitamos más médicos de familia porque nosotros nos jubilamos y se requiere reemplazo", explica Montserrat Aza, doctora de 55 años que ejerce en el centro de Salud de Goya, en Madrid.
“Nos jubilamos y necesitamos reemplazo. “
Para Paula Chao, vicepresidenta de la Sociedad de Médicos de Familia y Comunitaria, la clave de las plazas vacantes tras el MIR se cifra en que "se ofertan muchas plazas de familia. Son personas jóvenes, con inquietudes, quieren hacer vida social y prefieren no irse a la España vaciada, lejos de ciudades". Además, subraya que hay dos realidades diferentes en la profesión: la de los jóvenes MIR y la de los médicos maduros.
Falta relevo generacional
Según un informe de la Organización Médica Colegial (OMC), en España, existen unos 270.000 médicos colegiados, de los que 136.000 trabajan en el sistema público. De ellos, aproximadamente, una tercera parte desarrolla su labor en atención primaria, unos 42.000, que se enfrentan a un futuro más que incierto debido al problema generacional que se cierne sobre ellos.
“Hacen faltan más médicos en las zonas más precarias, más deprimidas. “
¿Dónde hacen faltan más médicos? "Si ejerzo en Madrid, en Parla; en España, en las zonas más deprimidas económicamente, donde hay más carga de pacientes, donde hay menos recursos, donde hay peores condiciones para nosotros", reflexiona Paula Chao.
La mayoría con más de 50 años
¿Qué demandan los profesionales? Según un informe de la Sociedad de Medicina de Familia, las necesidades del siglo XXI de la profesión no son las del XX. Piden fortalecerse y ajustar las plantillas para que el sistema sanitario español no se derrumbe. La precariedad, la carga de trabajo, y el colapso de los centros de salud afectan al relevo generacional. Dos terceras partes de los médicos de familia tienen más de 50 años, y solo el 14% tiene menos de 40 años.
"Somos el primer escalón de la medicina, estamos en primera línea y debemos estar bien formados. Los estudiantes ahora rotan por los centros de salud. Muchos descubren allí su vocación", dice Montserrat Aza, quien confiesa que cuando hizo COU no sabía a qué dedicarse.
“Somos el primer escalón de la medicina y tenemos que estar bien formados“
"Estudié medicina en la Universidad Autónoma de Madrid. En aquella época, en la que, con un parcial suspenso, te obligaban a repetir el curso entero, ¡imagínate si no me hubiera gustado la medicina! El nivel exigido era tal alto, que me costó sangre, sudor y lágrimas", añade.
Tras aprobar el MIR, Aza tenía claro que no quería dedicarse ninguna especialidad hospitalaria, sino que gustaba la atención integral del paciente porque "me gusta el contacto cercano con la gente y conocerla desde todos los puntos de vista, no solo desde la enfermedad sino desde sus vivencias porque es muy enriquecedor".
Temporalidad y carga de trabajo
La elevada temporalidad tampoco ayuda a que la atención primaria resulte atractiva para los profesionales recién titulados. Más de la mitad de los profesionales sanitarios de atención primaria y especializada son temporales, una tendencia que se manifiesta sobre todo en las mujeres. La comunidad autónoma que más temporalidad tiene es Cataluña, con un 63% de profesionales sanitarios que no son fijos, mientras que en el otro extremo se sitúa Aragón, con un 17,2%, según el Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas.
La carga de trabajo, teniendo en cuenta que los médicos atienden a 35 pacientes al día de media, influye en el agotamiento y estrés laboral. Según confiesa Montserrat Aza, es duro "no poder parar. Los pacientes no cesan de llegar, tienes que repartir consulta y estás saturada. Los pacientes se enfadan y te contestan mal. En esas ocasiones me gustaría dar un portazo e irme a mi casa. Muchas veces he estado sobrepasada y he tenido que seguir pagando un alto precio".
Trabajar bajo presión con pacientes es parte de su profesión, nos cuenta esta doctora madrileña, pero no lo es "el insulto porque sí, la descalificación, los gritos. He vivido esas situaciones durante muchos años. Ahora, afortunadamente, estoy en un centro donde rara vez me sucede", añade.
Luces y sombras de la profesión
Para Aza, lo más difícil de su trabajo es que nunca llega a desconectar, realmente. "A veces, los pacientes desconocen que también sufres por ellos porque no logras mejorarlos o porque les has diagnosticado algo grave y quieres que todo vaya bien. Aunque, con los años, logras ponerte una coraza que te protege porque no puedes con el dolor de todos".
“Con los años, aprendes a ponerte una coraza porque no puedes con el sufrimiento de todos los pacientes“
Paula Bellido considera que la variedad de funciones en su profesión permanece oculta porque da la sensación de que "las enfermedades complejas van al hospital, pero, en realidad, los médicos de familia atendemos muchas enfermedades juntas. Aprendemos a hacer ecografías, infiltraciones en articulaciones y cirugía menor".
Respecto a los principales obstáculos de su trabajo, Montserrat Aza lo tiene claro. Lo peor es cuando ella misma no se encuentra bien y tiene que atender a los pacientes tirando de profesionalidad. "Pensar con claridad cuando no te encuentras bien. Animar, cuando necesitas que te animen. Comunicar malas noticias y estar a la altura para tranquilizar y acompañar mientras intentas curar", afirma.
Para la doctora más joven, lo más complicado es afrontar la incertidumbre que plantea una enfermedad. "En medicina, las cosas no son blanco o negro. Dudas al no hacer un determinado tratamiento y no sabes si has acertado o no", cuenta Paula Bellido.
“En medicina, las cosas no sob blanco y negro. Hay veces que dudas si lo has hecho bien. “
Las luces también están claras para ambas doctoras. "En atención primaria no hay que hacer guardias y los fines de semana los tienes libres. Madrid, donde yo trabajo, es una ciudad que no descansa nunca. Hay turno de tarde, pero la gente no quiere trabajar de tarde porque es difícil conciliar, pero para eso se han puesto turnos deslizantes y unos días, se trabaja por la mañana y otros, por la tarde", explica Montserrat Aza.
"Disfrutamos de los mejores recursos, si queremos ser profesionales punteros. Los residentes, cuando acaban, están obligados a serlo. Podemos realizar ecografías, espirometrías, cirugía menor con bisturí eléctrico, crioterapia, hacemos educación para la salud en el centro y en colegios", añade.
Soluciones y salidas
Ambas doctoras reconocen que lo fundamental es aliviar la presión, mejorar las condiciones de los profesionales, y ampliar plantillas en la atención primaria. "El ejercicio médico en las zonas de difícil cobertura hay que incentivarlo económicamente, con más días de formación, con más posibilidades de investigación", dice Paula Chao.
"Lo que no se conoce, no se elige. Para los MIR, yo haría turnos mixtos. Unos meses en zonas rurales, otros, en ciudades, con dos tutores", añade.
Montserrat Aza aconseja a los estudiantes de Medicina que "si de verdad les gusta y tienen vocación y espíritu de sacrificio que hagan familia. Todo está en sopesar el riesgo-beneficio, como todo en la vida. El esfuerzo es importante y si nos dejamos llevar por el pesimismo cada vez irá peor".