El Parlamento polaco rechaza un proyecto de ley para despenalizar la ayuda al aborto
- La votación en la Cámara baja revela la división en el seno del Gobierno liberal liderado por Donald Tusk
- Cualquier tipo de ayuda destinada a interrumpir el embarazo seguirá estando castigada con penas de hasta tres años de cárcel
El Parlamento polaco ha rechazado este viernes un proyecto de ley destinado a despenalizar la ayuda al aborto, que sigue estando prácticamente prohibido en todo el país. El texto pretendía suavizar las penas para aquellas personas que ayuden a organizar un aborto, por ejemplo, proporcionando píldoras abortivas, y a los médicos que lo practiquen en las primeras semanas de embarazo o por anomalías fetales.
El proyecto, que fue presentado por Izquierda, uno de los partidos que conforman la coalición del Gobierno, ha sido rechazado, sin embargo, por 24 de los 31 diputados del PSL, también integrado en la alianza que gobierna el país desde principios de este año. La decisión pone de relieve la profunda división existente en la coalición gobernante sobre la flexibilización de una de las leyes más restrictivas de Europa.
Cualquier tipo de ayuda destinada a interrumpir el embarazo seguirá estando castigada con penas de hasta tres años de cárcel.
Motivo de disputa dentro de la coalición
La cuestión del aborto y cualquier cambio legal que suponga su liberalización parcial se ha convertido en un motivo de fricciones internas en la coalición que lidera el liberal Donald Tusk y que aúna a más de una docena de fuerzas políticas de tendencias dispares. La alianza de partidos cercanos a la directiva de la Unión Europea llegó al poder en octubre de 2023 prometiendo legalizar el aborto como derecho, que actualmente solo está permitido por una agresión sexual o incesto, o si supone una amenaza para la vida o la salud de la madre.
El anterior Gobierno nacionalista introdujo una prohibición casi total del aborto en 2021. Sin embargo, desde la llegada al poder de la izquierda y la derecha moderadas quedó restablecida la financiación pública de la fecundación in vitro, además de promover un cambio en las normas de acceso a la anticoncepción de urgencia.
En abril, los legisladores enviaron cuatro proyectos de ley a un comité bipartidista especial para su examen. El proyecto presentado este viernes ha sido el primero en ser votado por la Cámara Baja. Y ha sido rechazado por casi la mitad de los legisladores pertenecientes al partido democristiano Tercera Vía, que forma parte del Gobierno, así como por los miembros de la oposición de Ley y Justicia (PiS) y la Confederación.
En este sentido, Keina Yoshida, abogada especialista en derechos humanos y asesora legal del Centro de Derechos Reproductivos para Europa, destaca "hay dos proyectos de leyes restantes que ahora están bajo decisión de la comisión", en una entrevista en Radio 5. "Si el Parlamento aprueba uno de esos proyectos de ley, pasarán al Senado y luego a la presidencia. Sigue habiendo esperanza”, explica.
No obstante, hace pocos días, el presidente polaco, Andrzej Duda, aliado del partido PiS y firme opositor al aborto, anunció que vetaría cualquier ley que lo liberalizase o que despenalizase la ayuda a abortar. Según declaró Duda, una mujer embarazada que se somete a un aborto ilegal no debería ser castigada "porque se encuentra en una situación especial", pero "las personas que de alguna manera participan en este procedimiento, de manera ilegal", sí. Estas palabras provocaron una airada reacción por parte del primer ministro Tusk, quien acusó al presidente de "escupir en la cara" al Gobierno.
Por su parte, los defensores del derecho al aborto han comentado que el resultado de la votación es un duro golpe en la lucha. "Los médicos seguirán teniendo miedo de practicar abortos, y las amigas pueden ser enviadas a prisión por ayudar a su amiga. Las mujeres seguirán temiendo por su salud y su vida", ha escrito la viceministra de Familia, Aleksandra Gajewska, en la red social X.
Una de las legislaciones más restrictivas del mundo
Polonia tiene, desde hace una década, una de las legislaciones más restrictivas del mundo sobre el aborto, y actualmente solo se permite interrumpir un embarazo si existe un peligro claro para la vida de la madre o si el embarazo es consecuencia de una violación.
El partido de Donald Tusk planteó la legalización del aborto hasta la semana 12 de gestación como una de sus principales promesas electorales, pero los nulos avances logrados hasta ahora le han valido críticas por parte del electorado y algunos compañeros de coalición.
Por el momento, se continúa trabajando en los demás proyectos de ley. Dos de ellos permitirían el aborto hasta las 12 semanas y el tercero, propuesto por la Tercera Vía, restablece el derecho al aborto en casos de anomalías fetales, volviendo a la situación anterior a una sentencia del Tribunal Constitucional en 2020.
Evolución positiva del aborto en Europa
Por otro lado, en términos generales dentro de Europa, se ha visto una tendencia progresiva hacia la reforma legal del aborto, señala Keina Yoshida, abogada especialista en derechos humanos y asesora legal del Centro de Derechos Reproductivos para Europa, entrevistada en Radio 5.
"Si miramos la Unión Europea, 25 de 27 países miembros permiten el aborto libre, y si pensamos en el Consejo de Europa, que tiene 46 países, 41 de ellos permite el acceso al aborto. Entonces es muy positiva la tendencia", comenta. Además, destaca que Francia se ha convertido en el primer país del mundo que ha incluido la garantía explicita de la libertad de abortar en su constitución.
No obstante, todavía hay países en Europa que siguen teniendo leyes del aborto altamente restrictivas, como Andorra, Malta y Mónaco, aparte de Polonia, resalta Yoshida.
Aunque la mayoría de los estados en Europa han legalizado la venta de anticonceptivos sin receta en farmacias en los últimos años. "Bélgica, Francia y Luxemburgo han ampliado sus derechos a la anticoncepción gratuita", indica la abogada. Sin embargo, sigue habiendo muchos sitios en Europa "con barreras financieras o con una falta de cobertura de anticoncepción bajo el seguro médico", señala.
En Europa, actualmente hay una iniciativa llamada "Mi voz, mi decisión", que trata de establecer un mecanismo financiero entre los estados miembros para proporcionar un aborto seguro y gratuito a los países que no lo tienen. "Por ejemplo, si hay una mujer en Polonia que necesita abortar, puede viajar y en otro país estarían cubiertos los gastos", explica Yoshida.