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La pandemia de COVID-19 sigue pasando factura a la cobertura mundial de vacunas infantiles

  • En 2023, el último año del que hay registros, hubo 2,7 millones más de niños y niñas sin inmunizar en comparación con 2019
  • Más de la mitad de los menores sin vacunar viven en países afectados por conflictos bélicos y violencia

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Una integrante de Unicef vacuna a un niño en la comunidad de Truenococha, en la Amazonía peruana.
Una integrante de Unicef vacuna a un niño en la comunidad de Truenococha, en la Amazonía peruana. EFE / PAULA BAYARTE

La cobertura mundial de inmunización infantil no termina de despegar después de la pandemia de COVID-19. En 2023, el último año del que se tienen registros, volvió a mostrar cifras de estancamiento, con 2,7 millones más de niños y niñas sin vacunar o sin recibir la totalidad de las vacunas en comparación con los niveles anteriores a 2019, según los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef.

Las últimas estimaciones de estos dos organismos sobre la cobertura de inmunización (WUENIC, por sus siglas en inglés) -que proporcionan datos a nivel mundial sobre las tendencias de vacunación contra 14 enfermedades-, indican que el número de niños y niñas que recibieron tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP) en 2023 –un marcador clave de la cobertura mundial de inmunización– se mantuvo estable en el 84% (108 millones). Sin embargo, el número de niños y niñas que no recibieron una sola dosis de la vacuna aumentó de 13,9 millones en 2022 a 14,5 millones en 2023. Otros 6,5 millones de niños y niñas no completaron su tercera dosis de la vacuna DTP.

Más de la mitad de los niños y niñas sin vacunar viven en países con contextos especialmente frágiles, afectados por conflictos bélicos y violencia, lo que dificulta su acceso los servicios de salud, además de tener problemas para cubrir necesidades tan básicas como una higiene y una alimentación correctas.

Los registros muestran que la cobertura mundial de inmunización se ha mantenido prácticamente sin cambios desde 2022 y, lo que es aún más alarmante, aún no ha vuelto a los niveles de 2019. Entre 2019 y 2021, la inmunización infantil sufrió su mayor retroceso en 30 años, descendiendo en 112 países, lo que provocó que casi 70 millones de niños se quedaran sin vacunar total o parcialmente. Una razón explicaba esta caída por encima del resto: la pandemia de COVID-19, que tensionó los sistemas de salud de todo el planeta. Las coberturas se vieron golpeadas no solo por las medidas de confinamiento, sino por otros muchos factores, como el desgaste de las plantillas de personal sanitario o el desvío de los recursos habituales de vacunación hacia la inmunización contra la COVID-19.

El sarampión, un virus en alza

Especialmente preocupante es el caso de la baja inmunización contra el sarampión, una enfermedad muy contagiosa y potencialmente mortal, a la que la vacunación consiguió poner contra las cuerdas. Antes de la llegada de la vacuna en 1963, este virus causaba la muerte de unos 2,6 millones de personas al año, en su mayoría niños. En 2023, esa cifra se situó aproximadamente en 140.000. Pero los datos muestran también un estancamiento de las tasas de vacunación contra el sarampión, que provocó que el año pasado casi 35 millones de niños se quedasen sin protección o solo con protección parcial, lo que les deja más indefensos ante el virus y aumenta la probabilidad de nuevos brotes.

En 2023, solo el 83% de los niños y niñas de todo el mundo recibieron su primera dosis de la vacuna contra el sarampión, mientras que el número de niños y niñas que recibieron la segunda dosis aumentó solo modestamente con respecto al año pasado, ya que alcanzó el 74%. Estas cifras no llegan al 95% de cobertura necesario para prevenir brotes, y alcanzar el objetivo de erradicar este virus.

En los últimos cinco años, los brotes de sarampión han afectado a 103 países, donde viven aproximadamente tres cuartas partes de los lactantes del mundo. La baja cobertura de vacunación (80% o menos) ha sido uno de los factores más importantes. Por el contrario, 91 países con una alta cobertura de vacunación contra el sarampión no sufrieron brotes. Sin protección vacunal, la probabilidad de muerte de estos niños desprotegidos se incrementa significativamente, además del riesgo de sufrir discapacidades crónicas. En 2023, a nivel global, los casos de sarampión notificados a la Organización Mundial de la Salud (OMS) se incrementaron un 79% en 2023 frente a 2022, un año en el que el número de brotes ya había sido el doble de 2021.

“Los brotes de sarampión ponen de manifiesto las lagunas en la inmunización, ya que se aprovechan de ellas y golpean primero a los más vulnerables”, asegura al respecto Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, quien no obstante añade que "este problema tiene solución", ya que "la vacuna contra el sarampión es barata y puede administrarse incluso en los lugares más difíciles". La OMS se ha comprometido a poner todos los medios al alcance para ayudar a los países a aumentar estas coberturas y proteger lo antes posible a los niños y niñas más vulnerables.

Aumento de la vacuna contra el VPH en niñas

Pero no todo son noticias negativas. Los datos aportados por Unicef y la OMS también reflejan que la proporción de niñas adolescentes a nivel mundial que recibieron al menos una dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) aumentó del 20% en 2022 al 27% en 2023, impulsada en gran medida por la acción de la Alianza para las Vacunas (Gavi) en países como Bangladesh, Indonesia y Nigeria. El uso del esquema de dosis única de esta vacuna, que proporciona protección contra el cáncer de cuello uterino, también ayudó a ampliar su cobertura.

Además de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), la introducción constante de vacunas nuevas e infrautilizadas, incluidas las de la meningitis, el neumococo, la poliomielitis y el rotavirus, sigue ampliando el alcance de la protección, especialmente en los 57 países que reciben apoyo de Gavi, la iniciativa internacional que busca mejorar el acceso a la vacunación, en particular de los niños, en los países más pobres del mundo.

“La vacuna contra el VPH es una de las vacunas con mayores repercusiones de la cartera de Gavi, y es increíblemente alentador que ahora esté llegando a más niñas que nunca”, manifiesta Sania Nishtar, directora general de Gavi. “Con las vacunas ahora disponibles para más del 50% de las niñas elegibles en los países africanos tenemos mucho trabajo por delante, pero hoy en día podemos ver que es un camino muy despejado hacia la eliminación de esta terrible enfermedad”, agrega.

Sin embargo, tal y como indica la propia Unicef, la cobertura de la vacuna contra el VPH está muy por debajo del objetivo del 90% necesario para eliminar el cáncer de cuello uterino como problema de salud pública. Únicamente llega al 56% de las menores en los países de ingresos altos y al 23% en los países de ingresos bajos y medios.