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Unamuno, un nudista desterrado, exiliado en París y su lema político: "Vencer no es convencer"

  • Una exposición analiza la vida pública del pensador como rector, concejal y diputado por Salamanca
  • Unamuno y la política puede verse del 17 de julio al 8 de diciembre en la Biblioteca Nacional

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Unamuno en la antigua plaza de toros de las Ventas en 1917
Unamuno en la antigua plaza de toros de las Ventas en 1917. Archivo Histórico Provincial de Guadalajara

Filósofo, novelista, dramaturgo, dibujante, rector de la Universidad de Salamanca, político, concejal y diputado, la figura poliédrica de Miguel de Unamuno (1864-1936) se resiste al trazo grueso. Una muestra en la Biblioteca Nacional de España aborda su relación con la Historia de España a lo largo de más de cincuenta años que, según el comisario Jean-Claude Rabaté, "fue un matrimonio que estuvo muchas veces al borde del divorcio".

Máximo exponente de la generación del 98, junto a Azorín y Baroja, Unamuno escribía sin parar, tenía que mantener a una familia muy numerosa, con nueve hijos (seis varones y tres mujeres), su carácter era difícil y sufría neurosis de angustia. Reacio a cualquier dogmatismo, a menudo se le presenta como un personaje contradictorio, pero la comisaria de la exposición Colette Rabaté subraya a RTVE.es "su honestidad intelectual" a la hora de rectificar y su "uso filosófico" de la paradoja en "la búsqueda de la verdad".

La exposición de la BNE Unamuno y la política. De la pluma a la palabra nos permite ver la evolución de su pensamiento político a través de documentos olvidados o inéditos (cartas, artículos de prensa, discursos y conferencias). La profesora Rabaté indica que se aprecian matices, más sincero en su correspondencia privada y más audaz en sus colaboraciones periodísticas que en los discursos públicos donde aparece más contenido.

Cartel de la exposición de Unamuno en la BNE

Cartel de la exposición de Unamuno en la BNE,

Se trata de un total de 165 piezas, entre manuscritos, fotografías familiares, de la vida universitaria y de la política, y objetos como la banda con insignia de la Orden de la República y el título de Ciudadano de Honor. De los originales, 38 proceden del Archivo de la Universidad de Salamanca, de la casa Museo de Unamuno y del Centro Documental de la Memoria Histórica, mientras que 20 originales y 21 obras gráficas son de los fondos de la BNE.

En la Sala Hipóstila, puede escucharse la voz de Unamuno recitando poemas, en el único registro sonoro que se conserva, un documento que pertenece a la BNE. Los comisarios comentan que "no le gustaba su voz aflautada" y además le faltaban algunos dientes lo que le dificultaba la dicción.

Un completo catálogo, editado por la Universidad de Salamanca, acompaña la exposición que recorre de forma cronológica la vida pública de Unamuno desde su primer artículo publicado en El Noticiero Bilbaíno con 15 años: "La unión constituye la fuerza" a su misteriosa muerte en su casa en la tarde del 31 de diciembre de 1936. Amante de la papiroflexia, una pajarita de papel rodeada de conceptos resume sus ideas y es lo último que ve el visitante antes de abandonar la Sala Hipóstila.

Protestante y liberal

El catedrático emérito de la Sorbona sostiene que Unamuno era cristiano, pero no católico, estaba más cercano al protestantismo. En 1902, anota: "Hay que descatolizar España para cristianizarla, y que tengamos ideal nacional e ideal religioso", además renegaba del concepto de "cruzada". "Llegan días de prueba, y de depuración acaso, para la Iglesia católica romana de España, días en que tendrá que renunciar a insensatas cruzadas para dedicarse a su misión propia, que es, en su máxima parte, obra de españolidad", escribía en 1934.

Unamuno fue un verso suelto, determinado a no dejarse encasillar en cualquier partido, se definía como liberal: "Siempre he sido liberal, liberal sobre todo y no de liberalismo circunstancial, no timorato pero los pseudorradicalismos anticristianos y las progresistadas de similar me molestan" (1913).

Fue miembro de la agrupación socialista de Bilbao y en una carta escribe a su madre para tranquilizarla, una ferviente católica. Por prudencia, se niega a fundar una agrupación socialista en Salamanca, iban a ser cuatro gatos, y tres años después abandona el partido en medio de una gran depresión. Un decenio más tarde, en 1897, fue elegido concejal en Salamanca por la Federación Obrera y la Unión Ferroviaria.

Un joven Unamuno

Un joven Unamuno

Condenado por injurias al rey a 16 años de prisión, fue propuesto, sin su consentimiento, candidato a diputado socialista en las elecciones de 1920, pero no hizo campaña ni salió elegido.

Agitador de espíritus, airea sin descanso los males de la patria, e infatigable, contribuye a formar la opinión pública con su obra periodística diseminada en casi 300 revistas y diarios. Jean-Claude Rabaté puntualiza que "nunca publicó en el ABC ni en la Gaceta Regional de Salamanca".

Acostumbrado a ir contracorriente, con motivo de la guerra de Cuba, frente al patrioterismo de la prensa española, escribe en una carta a Francisco Fernández Villegas: "Ojalá perdiéramos Cuba", de forma más sutil en los periódicos publica: "¡Muera Don Quijote!", un texto en el que critica "la caballeresca España histórica" que tiene que renacer como pueblo.

El primer intelectual

En los procesos de Montjuic defiende posturas pacifistas y anticolonialistas, manda una carta a Cánovas del Castillo para interceder por Corominas al que tilda de "anarquista platónico" y por primera vez emplea la palabra "intelectual" como sustantivo, un término que luego usaría en otros documentos.

Como rector de la Universidad de Salamanca (1900-1914), Unamuno denuncia el poder de la Iglesia y sus campañas contra los terratenientes de la provincia precipitan su destitución. Empieza a criticar al rey Alfonso XIII y el papel del Ejército durante la guerra de Marruecos.

Retrato de Miguel de Unamuno, 1902-1903

Retrato de Miguel de Unamuno, 1902-1903.

En la Primera Guerra Mundial, la neutralidad de España azuza su deriva antimonárquica y sufre la censura. Se alza como un intelectual europeo cuando disecciona la barbarie del Ejército alemán en la prensa española, francesa e italiana. Unamuno dominaba nueve idiomas, tenía una sólida cultura europea y aunque no podía hablarlos todos si que traducía con soltura.

En septiembre de 1923, la dictadura de Primo de Rivera da un nuevo giro a su vida. En una carta a un amigo argentino llamaba a Miguel Primo de Rivera "botarate sin más seso que un grillo" y le representa como un cerdo en una figura de papel, realizada por Unamuno en Puerto Cabras, capital de Fuerteventura donde acaba desterrado por "insultos contra el estamento militar" en 1924. Su estancia en la isla del viento fue un paréntesis bastante placentero, el comisario apunta que "tomaba el sol desnudo en la terraza del hotel".

Exiliado en París y Hendaya, participa en la resistencia contra el dictador español, colabora en revistas clandestinas, recibe a políticos españoles antimonárquicos y se vale de la poesía como arma de combate. También denuncia el fascismo de la Italia de Mussolini.

El jabalí de las Cortes

La exposición desvela su acción como miembro de la resistencia, hasta ahora inédita, lo que señala claramente su compromiso democrático contra la dictadura de Primo de Rivera y a veces contra el Gobierno francés, que intenta exiliarlo varias veces al norte del Loira.

En 1931, después de su vuelta triunfal a España el año anterior, sale elegido concejal y luego diputado por la Conjunción Republicano-Socialista, es conocido como "el jabalí de las Cortes", pero abandona pronto su escaño, defraudado por los gobiernos, en disconformidad con la política de la República y lo que considera la "brutalización" de la vida pública.

En lo personal, 1931 fue un año aciago, perdió a su hermana Susana en marzo, a su mujer Concha en mayo y a su hija Salomé en junio. Tres años después, en su última lección, antes de jubilarse, advierte a los estudiantes contra el uso como armas “de la calumnia, la injuria, la insidia y el insulto, de que tanto empiezan a abusar vuestros mayores”.

El golpe de 1936

Llega el golpe militar de 1936. Unamuno se adhiere durante unas semanas a los insurgentes para poner fin a la violencia, les ve como regeneracionistas autoritarios. Su apoyo duró poco, nombrado concejal en Salamanca nunca toma posesión del cargo, y públicamente se alza en contra de los sublevados el 12 de octubre de 1936.

Unamuno sale del paraninfo salmantino tras enfrentarse con Millán-Astray

Unamuno sale del paraninfo salmantino tras enfrentarse con Millán-Astray (BNE).

Ese día se abría el curso académico en el paraninfo de la Universidad de Salamanca. Unamuno defendía a Rizal, poeta independentista filipino fusilado. El rector se enfrentó al general Millán-Astray, que había denostado la inteligencia y exaltado la muerte delante de los estudiantes. Unamuno solo pudo hablar un par de minutos y sostuvo que “la nuestra es una guerra incivil” y que “vencer no es convencer”.

La muestra exhibe los apuntes que Unamuno tomó durante aquel acto del paraninfo. En la otra cara de estas líneas se adivina la carta que le dirige Enriqueta Carbonell. Años antes, había dejado clara su idea sobre la raza "venenoso concepto de los arios": "Valiera más que en vez de Fiesta de la Raza se le llamase Fiesta de la Lengua. [...] Y es el olor a colonia, es el dejo colonial lo que hay que borrar".

En su último borrador, indica que "los Hotros" —los militares rebeldes— son peores que "los Hunos" —los marxistas—. También presagia que se avecina "una dictadura militar" y fiel a sus principios cristianos mantiene que "hay que renunciar a la venganza". Muere de repente, tras la visita del falangista Bartolomé Aragón, jefe de Prensa y Propaganda en Huelva, en la tarde del 31 de diciembre de 1936 en unas circunstancias poco claras.

Sus restos mortales descansan en un nicho del cementerio Carlos Borromeo de Salamanca, bajo un epitafio que reza: "Méteme, Padre Eterno, en tu pecho, misterioso hogar, dormiré allí, pues vengo deshecho del duro bregar".

La era del silencio

El 4 de enero, Ortega y Gasset escribió en La Nación: “La voz de Unamuno sonaba sin parar en los ámbitos de España desde hace un cuarto de siglo. Al cesar para siempre, temo que padezca nuestro país una era de atroz silencio”.

La BNE subraya la vigencia del pensamiento político de Miguel de Unamuno, intelectual comprometido que analiza el colonialismo, la censura, la alianza del trono y el altar, los nacionalismos vascos y catalán, el fascismo y el comunismo.

Unamuno, con dolorosa lucidez, denuncia la violencia de la vida pública; pone en tela de juicio el papel del Parlamento, de los partidos políticos, de la prensa e incluso cuestiona las relaciones entre España y Europa, en esta exposición que puede verse hasta el 8 de diciembre.

Unamuno y la política: De la pluma a la palabra

La exposición Unamuno y la política: De la pluma a la palabra está comisariada por el matrimonio de hispanistas franceses Colette Rabaté y Jean-Claude Rabaté.

Fechas: Del 17 de julio al 8 de diciembre de 2024.

Lugar: Sala Hipóstila de la Biblioteca Nacional de España en Madrid.

Horario: De lunes a sábado, de 10 a 20 horas. Domingos y festivos, de 10 a 14 h.

Entrada gratuita. Los grupos a partir de 5 personas deben reservar hora. Hay visitas guiadas con inscripción previa.