¿Qué es un golpe de calor? Consejos para prevenir problemas de salud por temperaturas extremas
- Es el efecto más grave de la exposición a altas temperaturas y puede afectar a población completamente sana
- Los expertos recomiendan prestar una atención especial a mayores de 65 años, lactantes y menores de cuatro años
"Cada día de episodio de calor extremo hay tres muertes más de lo previsto". Con esta afirmación hacía hincapié en los riesgos que entraña una exposición excesiva a altas temperaturas el médico de atención primaria Antonio Cabrera. Lo hizo durante la presentación del plan de actuaciones contra el calor de este verano, que no solo tiene en cuenta el golpe de calor, sino otros posibles efectos nocivos en la salud de las altas temperaturas.
Calambres, fatiga, irritabilidad, náuseas o agotamiento son efectos directos que unas veces se presentan aislados y otras en progresión. Por eso, los expertos recomiendan prestarles mucha atención y poner especial cuidado cuando se detecten en grupos de riesgo, como las personas mayores de 65 años, los lactantes y los niños menores de 4 años, ya que no tienen mermados o poco desarrollados mecanismos de protección como la sed.
Pero el golpe de calor no solo afecta a los más vulnerables y puede sobrevenir a personas sanas. Hay otros grupos muy expuestos, como las personas que trabajan en la construcción y otros trabajos al aire libre, como limpieza o jardinería. Por eso, es importante reforzar el apoyo social y construir una cultura del calor allí donde no existe, insiste el Responsable de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad, Héctor Tejero.
¿Qué es un golpe de calor? Síntomas y cómo saber que se sufre
El efecto más grave y llamativo de la exposición a temperaturas extremas es el golpe de calor. Solo representa en torno a un 2% de las muertes atribuibles a las olas de calor, pero los expertos advierten de que puede afectar a población completamente sana.
Aparte de los efectos más adversos, el calor causa otro tipo de trastornos en el organismo. "Son más comunes, pero menos llamativos", puntualiza el coordinador del grupo de trabajo Urgencias de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), que enumera calambres, deshidratación, fatiga, irritabilidad, náuseas o vómitos como síntomas del agotamiento por calor.
Solo en los dos últimos años, los informes de exceso de mortalidad registran casi 7.800 muertes atribuibles al calor, y Sanidad apunta que el riesgo aumenta entre un 9,1 y un 10,7% por cada grado que la temperatura asciende por encima del umbral de impacto a la salud.
El calor también influye en la toma de medicamentos como diuréticos, neurolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes, bien por "una alteración de la conciencia y de la percepción de la realidad" bien por desajustes "en la dilatación y vasoconstricción arterial y venosa", explica Alberto Kramer. Además, se conocen efectos sobre la piel y la vista, por la exposición excesiva a rayos UV del sol; el sistema digestivo, por la ingesta excesiva de líquidos o la proliferación de intoxicaciones alimentarias favorecidas por el calor; o la salud mental.
Precaución e hidratación
"Protégete, hidrátate, refréscate y recuérdales". Así ha resumido Sanidad las precauciones y acciones que hay que adoptar cuando se produce un episodio de temperaturas extremas.
Los expertos recuerdan que la evidencia disponible dice que para prevenir y protegerse del calor hay que mantenerse fresco, beber agua aunque no se tenga sed y evitar el consumo de alcohol y bebidas con cafeína. También es aconsejable evitar actividades en las horas centrales del día y usar ropa fresca.
“Falta una mayor concienciación de la realidad, de lo que significa [el riesgo sanitario por calor], porque son efectos directos sobre la salud de las personas y todavía somos poco conscientes de ello”, explica Óscar Zurriaga.
El epidemiólogo observa un deterioro y agravamiento de enfermedades en personas vulnerables y con patologías previas cuando sufren una exposición prolongada a temperaturas extremas. Por eso, insiste en la necesidad de que los protocolos y los planes de actuación sean claros y coordinados: desde las recomendaciones en la consulta de atención primaria hasta la actuación de protección civil.