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Braun-Pivet, candidata macronista, reelegida presidenta de la Asamblea Nacional de Francia con el apoyo de la derecha

  • Ha sido necesario recurrir a una tercera votación, ya con mayoría simple para que ganara su candidatura
  • Queda inaugurada la nueva constitución de un Parlamento que promete un periodo convulso

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Braun-Pivet, candidata macronista, reelegida presidenta de la Asamblea Nacional de Francia con el apoyo de la derecha
Braun-Pivet durante su primer discurso tras ser reelegida presidenta de la Asamblea Nacional de Francia REUTERS/Gonzalo Fuentes

El nuevo ciclo político en Francia ha comenzado con la elección de Yaël Braun-Pivet como presidenta de la Asamblea Nacional, una vez más, gracias a los votos del bloque macronista y de Los Republicanos (LR), Horizontes y Liot en la tercera ronda, cuando no se requería mayoría absoluta.

El presidente o presidenta del Parlamento debía ser elegido por mayoría absoluta en la primera y segunda vuelta. Al no obtenerla, bastaba con una mayoría simple en la tercera vuelta. Braun-Pivet ha obtenido 220 votos, frente a los 207 de André Chassaigne (Nuevo Frente Popular) y los 141 de Sébastien Chenu (Agrupación Nacional). En caso de empate, hubiera ganado el candidato de más edad, método que hubiera favorecido al comunista Chassaigne.

De este modo, queda inaugurada la nueva constitución de un Parlamento que promete un periodo convulso con una clara división entre los grupos de extrema derecha, conservadores, macronistas, socialistas y la izquierda insumisa.

"Hoy tenemos una enorme responsabilidad", ha expresado la representante del bloque presidencial desde la tribuna. Frente a una Asamblea más dividida que nunca, "tenemos que encontrar nuevas soluciones, nuevos métodos. Tenemos que llevarnos bien, tenemos que cooperar, tenemos que ser capaces de encontrar compromisos", ha pedido Braun-Pivet en su primer discurso. 

Braun-Pivet ha resaltado que los ciudadanos acudieron masivamente a las urnas en las legislativas anticipadas del 30 de junio y 7 de julio, con lo que esta Asamblea es "más representativa que nunca" de la voluntad de los franceses. Pero está también "más fragmentada que nunca", ha recordado, y por eso "debemos ser capaces de alcanzar compromisos" para avanzar en los asuntos que preocupan a los franceses, como la mejora del poder adquisitivo, la seguridad, los denominados desiertos médicos o la mejora de los servicios públicos.

La izquierda muestra su enfado

Pese a esa llamada a cooperar, la división se ha hecho notar inmediatamente en los pasillos del Palacio Borbón, donde los diputados del NFP han acusado al macronismo de ignorar los resultados de las urnas nada más abandonar el hemiciclo.

"No solo es insano, es nauseabundo", ha afirmado a la prensa André Chassaigne en los pasillos de la Asamblea. El diputado comunista ha lamentado la combinación de votos centristas y de derechas que ha llevado a "que nada cambie, aunque los franceses han querido un cambio", tal y como demostraba, según él, el hecho de que el NFP sea la primera fuerza en la cámara en número de escaños.

Pese a todo, se ha mostrado "orgulloso" de que la coalición de izquierdas -que desde los comicios se ha estado desgarrando por las divisiones internas y la imposibilidad de consensuar un candidato a primer ministro- haya sido capaz de llevar adelante este combate unida.

Igual de tajante se ha mostrado la diputada de La Francia Insumisa (LFI) Mathilde Panot, que ha acusado al presidente francés, Emmanuel Macron, de querer "robar" los resultados democráticos. "Los franceses han expresado una voluntad de ruptura. No es lo que ha ocurrido hoy, pedimos a Macron volver a la democracia", ha señalado Panot.

En nombre de los socialistas, que también están integrados en el NFP junto a los comunistas, LFI y los ecologistas, el diputado Boris Vallaud ha asegurado que la izquierda tiene un "sentimiento mezclado de enfado y de determinación".

Ha indicado que la coalición de izquierdas es la única fuerza política "coherente", además de recalcar también la idea de que los franceses fueron hoy "robados".

Además, Vallaud ha declarado que Braun-Pivet ni siquiera debería haberse presentado, en su opinión, después de que los franceses relegasen al macronismo a la posición de segunda fuerza política, con un centenar de escaños menos que en la anterior legislatura.

"Una batalla no es la guerra", ha recordado por su parte la ecologista Sandrine Rousseau.

Tensión durante la votación

Muestra de las marcadas diferencias en la Asamblea ha sido que algunos diputados de La Francia Insumisa (LFI) se han negado a estrechar la mano del diputado más joven de la Asamblea Nacional, Flavien Termet (22 años), de Agrupación Nacional (RN), quien durante el primer turno supervisaba los votos en la urna.

Una acción que volvieron a hacer en la segunda ronda con la diputada 'ciottista' de 24 años, Anna Mansouri, quien, dentro de los conservadores de LR, es una de las voces que apoya votar por RN. Por su parte, el ultraderechista José González (81 años), fue el encargado de levantar el telón de los trabajos legislativos por ser el diputado más veterano de la Cámara Baja.

El coordinador nacional de LFI, Manuel Bompard, ha criticado que "las travesuras políticas del macronismo con la derecha y la extrema derecha, así como el voto de 17 ministros en ejercicio, han permitido a la candidata macronista vencer al candidato del Nuevo Frente Popular por 14 votos", en lo que considera "la negación del voto francés por combinaciones políticas. El presidente de la República debe ponerle fin y convocar al Nuevo Frente Popular a formar gobierno", ha exigido en un mensaje en la red social X.

La elección del nuevo presidente de la Asamblea se ha mirado con lupa en Francia para escrutar lo que podría ser el futuro político del país y, en especial, quién podría estar en posición de ocupar el gobierno.

Pese a la victoria de hoy, el macronismo está igualmente muy lejos de la mayoría absoluta de 289 escaños que le permitiría gobernar con comodidad, ya que aunque la potestad de nombrar al primer ministro corresponde al jefe de Estado francés, la Asamblea puede tumbar después el Ejecutivo mediante mociones de censura.

Además, desde el bloque conservador de Los Republicanos, que han sido cruciales en la elección de Braun-Pivet este jueves, han matizado que sus votos no han sido tanto una señal de confianza para el macronismo, sino una barrera contra el NFP por contener a la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon. Pero también ha quedado igual de claro en esta jornada que el NFP, incluso aunque logre consensuar finalmente un candidato a primer ministro, está también muy lejos de los apoyos necesarios para poder gobernar.