Kamala Harris, la vicepresidenta que la Casa Blanca olvidó aupar al frente del Partido Demócrata
- Harris sigue siendo una desconocida para la mayoría de la población estadounidense
- Su dilatada trayectoria como fiscal general le otorga la habilidad de poner en jaque a Trump
- Joe Biden dimite como candidato, en directo | "Es lo mejor para mi partido y para el país"
El ascenso político de Kamala Harris durante la carrera electoral de 2020 fue meteórico. La entonces senadora y antigua fiscal general de California se convirtió en el complemento perfecto del líder demócrata, Joe Biden, quien la eligió como número dos del Partido para atraer al electorado femenino y afroamericano. Su inusual condición de afro-indo-americana la convirtió tras la victoria en las elecciones en una vicepresidenta que marcó hitos nada más comenzar: no solo era la primera mujer en el cargo, sino también la primera persona en ocupar el puesto con orígenes afroamericanos o asiáticos. Toda esa aura especial y transgresora parecía colocarla como la sucesora idónea de un Biden que, con 78 años cuando tomó la presidencia, podría no optar a la reelección.
Sin embargo, más de tres años después, Harris sigue siendo una desconocida para la mayoría de la población estadounidense. La misión que le encomendó Biden desde el inicio del mandato fue arreglar el complejo problema de la inmigración. Una tarea que, junto a la defensa del derecho al aborto, no le ha permitido realizar grandes comparecencias ante el público. Ese es, según los expertos, su punto más débil, la falta de un discurso que aúne al electorado demócrata y convenza a los indecisos, como logró Barack Obama en su momento.
No obstante, su dilatada trayectoria como fiscal general le otorga todas las herramientas necesarias para intentar acorralar al "convicto" Donald Trump en un debate. Las causas penales abiertas contra el expresidente y candidato republicano eran el argumento principal que un titubeante Biden fue incapaz de explotar durante el debate presidencial del 27 de junio. Esa noche, Harris fue la encargada de defender a su presidente y despejar las dudas ante su mala actuación, y para ello atacó a Trump con toda una serie de armas judiciales.
"La figura del vicepresidente en EE.UU. es un tanto oscura"
Que Kamala Harris desapareciera poco a poco de la opinión pública desde el inicio de la legislatura en 2021 se debe, según el catedrático en Comunicación y Política Internacional de la Universidad Europea, José María Peredo a que "la figura del vicepresidente en Estados Unidos es un tanto oscura, está en segundo plano, aunque participe de la acción en ejercicio del Gobierno", explica a RTVE.es.
Según Peredo, solo dos vicepresidentes suponen la excepción: Al Gore durante la presidencia de Bill Clinton y George H. W. Bush con Ronald Reagan de mandatario. Aun así, insiste, "lo normal es que el vicepresidente tenga un perfil más bajo".
Además, el experto en Política Internacional considera que el Partido Demócrata "no quería exponer a Harris a las cámaras o al debate para evitar el deterioro o el desgaste de poder", sobre todo teniendo en cuenta que era "el recambio natural" de Biden. De este modo, una vez que la californiana acceda al liderazgo, "no ha tenido que estar salpicada de alguna acción política con críticas o con impacto social negativo".
“Es posible que haya habido una sobreprotección“
Sin embargo, el catedrático reconoce que "es posible que haya habido una sobreprotección", principalmente si se tiene en cuenta "las circunstancias de la edad de Biden", que podrían haber obligado a ejecutar la transición de liderazgo mucho antes.
A estas razones hay que añadir que "el propio presidente Biden necesitaba muchas horas de cámara y de presencia a la cabeza del país, porque EE.UU. venía de la presidencia de Donald Trump y era un cambio brusco. Por tanto, también había que reforzar la figura del mandatario antes que cualquier otra cuestión", como podría ser posicionar a Harris como líder, señala Peredo.
También hubo un traspié con los medios. Durante su primer año como vicepresidenta, en plena tarea de aplacar el problema de la inmigración, Harris fue entrevistada en la cadena estadounidense NBC por Lester Holt cuando iba de viaje a Guatemala. Lo que parecía la situación idónea para explicar su nueva política se convirtió en su paso atrás de la opinión pública.
Holt insistió en preguntar a Harris por qué no había viajado a la frontera con México todavía, a lo que la vicepresidenta demócrata respondió que ya lo había hecho, cuando era mentira.
A partir de esa entrevista, en vez de comparecer inmediatamente para justificarse, Harris decidió cerrarse en banda a la prensa.
Las principales cualidades de Kamala Harris
De cara a la carrera por la presidencia en Estados Unidos, uno de los factores que más diferencian a Kamala Harris tanto de Joe Biden como de Donald Trump es su edad, 59 años. "La principal virtud es que puede hacer campaña más allá de las 20:00 de la noche", ironiza el politólogo y autor de Por qué se rompió Estados Unidos, Roger Senserrich, quien señala a RTVE.es que "básicamente, tiene una energía propia de una persona que está en su cincuentena".
"Gran parte del problema de los demócratas es que están viendo unas elecciones sin un candidato funcional, porque no tienen un político que sea capaz de hacer campaña ni de generar titulares, a no ser que sea sobre la vejez de Biden. Kamala va a ser capaz de manejar eso", indica Senserrich.
Por su parte, la profesora de Relaciones Internaciones en IE University, Alana Moceri, cree que Harris, debido a su pasado como fiscal general, destaca cuando "centra su discurso en un caso concreto contra alguien o una política específica". Sin embargo, "no tiene un discurso general sobre la democracia al estilo de Obama", explica Moceri, que resalta que "cuando ella habla de política, de las cosas que importan, es muy, muy competente".
"Evidentemente, Kamala Harris no tiene ese perfil tan carismático y puede ser que eso también haya hecho que el presidente Biden haya estado más a la cabeza", destaca Peredo. Aun así, el catedrático de la Universidad Europea la considera una buena sucesora del mandatario demócrata. En primer lugar, "porque es la vicepresidenta y, por tanto, ya hay una sucesión natural a la que ha propuesto Biden tanto en su mandato como presidente como en su candidatura como vicepresidenta", explica.
En el caso de la campaña electoral, añade, "quiere decir que los millones de compromisarios demócratas que han votado de manera clara a Biden y a sus políticas y a su estrategia de gobierno y demás, también han votado a Kamala Harris. Entonces, ahí, evidentemente, podemos identificar no una legitimidad absoluta, porque luego lo tiene que ratificar la Convención, donde pueden presentarse otros candidatos, pero igualmente hay una legitimidad parcial".
¿Cómo será su duelo con Trump?
En la carrera presidencial contra el candidato republicano Donald Trump, Harris ya habría demostrado capacidad suficiente para realizar buenos "ataques" contra él, porque "era fiscal en California y es donde está más cómoda, ejerciendo como abogada y defendiendo su caso contra el exmandatario", inmerso en tres casos penales, defiende Moceri.
La profesora de Relaciones Internacionales considera que, si bien en su inicio como vicepresidenta no pudo potenciar la condición de fiscal general porque el país estaba inmerso en el movimiento Black Lives Matter y las protestas contra la Policía, la tesitura actual en EE.UU. es mejor para alguien que "ha luchado contra criminales en el pasado".
Otro punto a favor, según el catedrático José María Peredo, es que "Harris evitaría que el votante demócrata se quedara en casa", es decir, "el votante demócrata en ocasiones opta por no participar en las elecciones cuando el candidato es conservador, pero cuando es más progresista, como Harris, tiene más capacidad de movilización".
De hecho, Peredo considera que la condición de candidata a la presidencia "rompe totalmente la campaña, porque estábamos en una dialéctica de volver a repetir un proceso electoral entre la fuerza de Biden y su centrismo y la fuerza de Trump, renovada además ahora después del atentado, y su conservadurismo y populismo".
"Esto cambia en el caso de Kamala Harris, porque su discurso es completamente distinto. Es una mujer, es más joven, tiene experiencia profesional, ha sido vicepresidenta del Gobierno y además es progresista", explica Peredo. "Enfrente tiene al candidato Trump, que ha sido muy reforzado en este momento, pero que sigue siendo el candidato que era antes", ya en 2016. "Entonces, ahí sí, evidentemente, hay una ruptura importante en términos de campaña con esa sucesión natural. Es decir, esto no es un cambio de Bill Clinton a Al Gore, que eran de la misma edad y las mismas ideas políticas. Con Kamala Harris se produce una sucesión natural, pero cambia todo", concluye.
Los orígenes de Kamala Harris
Kamala Harris nació en Oakland, California, en 1964. Es hija de un matrimonio multicultural, formado por Shyamala Gopalan, nacida en la ciudad india de Chennai (antigua Madras), y Donald Harris, originario de la isla de Jamaica.
Tras graduarse en Howard University en 1981 y obtener su título de derecho en University of California en 1989, Harris comenzó su carrera profesional en la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Alameda, en su estado natal, un año después de conseguir su título de abogada.
Su siguiente destino fue en la fiscalía de la ciudad de San Francisco, donde en 2003 se convirtió en fiscal de la ciudad y del condado tras vencer en las urnas a quien entonces ocupaba el puesto, Terence Hallinan. Tras ser reelegida en 2007, Harris anunció que presentaba su candidatura como fiscal general del estado de California con el respaldo de importantes figuras del Partido Demócrata como Nancy Pelosy, portavoz en la Cámara de Representantes.
Finalmente, en 2011 se convirtió en la primera mujer de su origen étnico en ser elegida fiscal general de California al vencer a Steve Cooley, fiscal del distrito de Los Angeles, cargo que revalidó en 2014 al imponerse en las urnas al republicano Ronald Gold.
Con este bagaje a sus espaldas, presentó su candidatura para sustituir a la demócrata Barbara Boxer como representante de California en el Senado de los Estados Unidos. Harris se impuso en noviembre de 2016 a la también demócrata Loretta Sánchez, una votación histórica, ya que por primera vez un republicano no llegaba a la elección final. Prometió entonces proteger a los inmigrantes de las políticas agresivas con la inmigración del presidente Donald Trump.
Una oposición a las políticas presidenciales que Harris llevó más lejos al presentar su candidatura a la nominación demócrata en las elecciones presidenciales de 2020. Finalmente, retiró su candidatura para dar su apoyo a Joe Biden, quien la incluyó en su candidatura como aspirante a la vicepresidencia.