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Los "revolucionarios" editoriales de Chaves Nogales durante los primeros meses de la Guerra Civil

  • Juan Carlos Mateos Fernández recoge y analiza esos editoriales que el periodista escribió entre agosto y noviembre de 1936
  • "Hemos falsificado la biografía de Manuel Chaves Nogales", asegura el escritor

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Los "revolucionarios" editoriales de Chaves Nogales a comienzos de la Guerra Civil
Manuel Chaves Nogales

"De mi pequeña experiencia personal, puedo decir que un hombre como yo, por insignificante que fuese, había contraído méritos bastantes para haber sido fusilado por los unos y por los otros". (A sangre y fuego. Manuel Chaves Nogales,  1937)

Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897- Londres, 1944) es uno de los periodistas más importantes del siglo XX. Entrevistó al rey Alfonso XIII, a los dirigentes de la república, a Goebbels (ministro de propaganda de Hitler) y a Churchill. También cubrió la revolución de Asturias (1934), relató la Guerra Civil y la II Guerra Mundial (en el exilio) y viajó por toda Europa, incluyendo la Rusia "roja" (destacan sus crónicas y reportajes de viajes). Además de escribir libros tan relevantes como A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España (sobre sus experiencias en la Guerra civil) o su reconocida biografía del torero Juan Belmonte. En estos últimos años, se han multiplicado los documentales y libros que reivindican su figura y las editoriales Renacimiento y Espuela de Plata están recopilando su obra.

Pero ahora se publica un libro que nos ofrece un punto de vista más crítico con el periodista: Junto al pueblo en armas. Los editoriales del diario 'Ahora' bajo la dirección de Manuel Chaves Nogales (Editorial Renacimiento), de Juan Carlos Mateos Fernández (periodista e investigador de la prensa periódica española de la primera mitad del siglo XX), que se centra en los noventa y cuatro días (Agosto-Noviembre de 1936) que Chaves Nogales pasó en la capital de España durante la Guerra Civil, cuando, según Juan Carlos, dirigió el diario Ahora y escribió todos los editoriales. Unos editoriales que Juan Carlos analiza detenidamente en el libro y que ofrecen una imagen diferente de la que teníamos hasta ahora del periodista.

"Hemos falsificado la biografía de Chaves Nogales -asegura Juan Carlos-. Su historia es muy diferente según lo que yo he podido conocer a través de la lectura de las actas del Consejo Obrero de incautación del diario Ahora. Además, escribió los editoriales que recogemos íntegramente en el libro sin ninguna presión, obligación ni coacción. Escribió lo que quiso y de carácter de denuncia, liberal y revolucionario tiene poco. Yo lo describiría como alguien acomodaticio, en el sentido de que, como decía Groucho Marx: "Estos son mis principios, y si no le gustan tengo otros".

Informe Semanal - Chaves Nogales, andar y contar - ver ahora

En el prólogo de A sangre y fuego, Chaves Nogales justifica su decisión de irse a Francia: "Me fui cuando tuve la íntima convicción de que todo estaba perdido y ya no había nada que salvar, cuando el terror no me dejaba vivir y la sangre me ahogaba".

Un prólogo con el que Juan Carlos también es crítico: "Se fue porque todo el que pudo irse se marchó. Era mejor vivir en el extranjero, en Francia, alejado del peligro. Él sabía que se podía ganar perfectamente la vida en Francia y por eso se marchó, huyendo del peligro. En A sangre y fuego dice que huyó porque le amenazaron. Pero nadie la amenazó. Ese prólogo me impacta muchísimo, porque soy consciente de la falacia que desprende. Porque hay opiniones de Chaves Nogales que espantarían a cualquiera".

"Por ejemplo -añade el periodista-, el 7 de agosto de 1936, nada más llegar a Madrid para hacerse cargo de la dirección del periódico Ahora, en las actas del Consejo Obrero, el secretario del Consejo se opuso al despido de dos trabajadores a los que se consideraba antirrevolucionarios por no haber ninguna prueba contra ellos. Y Chaves Nogales le recrimina su postura. Y el día después, en su segundo día en el Consejo, Chaves asegura que si el secretario insiste en no dar esos nombres, tendrá que atenerse a lo que decidan los sindicatos. Eso lo dice sin pistola en el cuello. O sea, el comportamiento de Chaves Nogales fue miserable, al acusar falsamente a sus compañeros. Sobre todo porque en el relato, Consejo Obrero, de A sangre y fuego, asegura que ese despido equivalía a una condena a muerte. Soy de los pocos anti Chaves Nogales, pero con conocimiento de causa, porque he pasado 40 días leyendo legajos en los archivos de Salamanca".

Acta del Consejo Obrero del 7 de agosto de 1936, donde puede leerse que Chaves Nogales insite en que den los nombres de los considerados antirrevolucionarios

Acta del Consejo Obrero del 7 de agosto de 1936, donde puede leerse que Chaves Nogales insite en que den los nombres de los considerados antirrevolucionarios

El regreso de Caves Nogales a Madrid

Este libro reproduce íntegramente esos editoriales del diario Ahora que Chaves Nogales escribió entre agosto y noviembre de 1936, cuando se fue al exilio. Y son un apasionante documento sobre esos tres primeros meses de la Guerra Civil, desde el punto de vista de los republicanos. Juan Carlos, que dedicó su tesis a La prensa diaria en Madrid durante la guerra civil, 1936-1939 (en preparación en Editorial Renacimiento), analiza los puntos y acontecimientos más importantes de cada uno de esos artículos de opinión.

"Chaves Nogales regresa el día 5 y el 6 hace que figure su nombre como director en el periódico (algo que solo sucedió ese día). Del 4 al 11 de agosto no aparecieron editoriales (solían aparecer cada dos días) y el primer editorial que atribuyo a Chaves Nogales fue el del 11 de agosto de 1936. El primero también en el que desaparecerá el encabezamiento de "editorial". Y Chaves escribirá todos los demás hasta el 7 de noviembre, cuando yo creo que, sin informar a nadie, huyó a Barcelona. El único que lo sabía era Jesús Izcaray, reportero de guerra. El editorial de ese día solo tenía dos párrafos y evidentemente no lo redactó Chaves Nogales. El siguiente, el del 8 de noviembre, volvía a ocupar la columna habitual".

Cuando se produjo el fallido "Alzamiento Nacional", el golpe de estado del 17 y el 18 de julio de 1936 con el que se iniciaría la Guerra Civil, Chaves Nogales estaba en Londres recogiendo a sus hijas, que estudiaban en un colegio interno. Y Chaves logró regresar a Madrid para hacerse cargo del periódico a partir del 6 de agosto de 1936.

"Cuando la República incautó el diario Ahora -nos comenta Juan Carlos-, fue básica la intervención del Sindicato Gráfico socialista, además de los propios trabajadores izquierdistas sindicados del periódico. Y cuando se discute la orientación del diario, antes del regreso de Chaves Nogales a Madrid, lo que se dice es lo que apareció reflejado el día 26 de julio:  "en lo sucesivo, defenderá la causa de la República del Frente Popular". Un día más tarde, el 27 de julio, en la primera reunión del Consejo Obrero, cuando Luis Nieto de la Fuente lanza el debate, responde el redactor jefe, Leopoldo Bejarano, "que será de pura limpieza del Frente Popular". O sea, que no tenía que convertirse en un órgano comunista, que tampoco lo era, sino defender a la República que había sido atacada. Y cuando regresa a Madrid Chaves Nogales, lo primero que dice es que acepta plenamente la orientación que se le está dando al diario un órgano del Frente Popular".

"Chaves Nogales tenía un primo, que era confeccionador del diario Ahora, Manuel García Nogales, que también firmaba páginas de cine y que militaba en el Partido Socialista -nos explica Juan Carlos-. Él es el contacto principal con Chaves Nogales. El día 28 comenta el primo que ha podido contactar con él. Se encuentra en París y que sería conveniente que se le mandara una comunicación con todo lo que había pasado en el diario. Es posible que se le mandara, pero no tengo constancia de ello. En el acta de la reunión obrera del 3 de agosto se dice que han contactado con Chaves Nogales y que que en un par de días a lo sumo estará de regreso a Madrid".

"El 6 de agosto Chaves Nogales ya está en Madrid y es partícipe de todas las medidas tomadas por el Consejo Obrero. Y se incorporó como director del periódico, el único puesto que podría esperar. Si tenían algún tipo de duda sobre él, enseguida las despejó, no solo con sus editoriales, que puedo asegurar que todos fueron escritos por él, sino por las opiniones que lanza en las reuniones del Consejo Obrero, que son mucho más fuertes que los editoriales y que han quedado reflejadas en las actas".

En cuanto a por qué está tan seguro de que Chaves Nogales escribió estos editoriales, Juan Carlos asegura que: ·La editorial tenía unos 40 periodistas para todas sus publicaciones. Entre vacaciones, derechistas (contabilizo al menos 12), atrapados en territorio enemigo, etc, etc, ya desde los primeros días de guerra no creo que más que una docena de periodistas corrieran a cargo de redactar las páginas del diario, y la mayor parte de ellos se convirtieron en corresponsales en el frente. El número de periodistas de mesa que queda es muy limitado. Al final Chaves escribía gran parte del material del periódico, como noticias de agencia. Y aunque no era el contenido más importante, los editoriales tenían muchísima trascendencia, por lo que estoy convencido de que quedaban en mano del que ejercía la jefatura de la redacción o de la dirección, los primeros días Leopoldo Bejarano y, en cuanto llegó, Chaves Nogales".

"Además -puntualiza Juan Carlos-, esos editoriales tienen muchos rasgos del estilo de escritura de Chaves Nogales y en ellos se usan numerosas referencias y términos que utilizaba habitualmente el periodista, como "la punta de acero", que también aparece en uno de los relatos de A sangre y fuego, "rusos blancos", "ejércitos rojos", "arrollador", además de referencias de paralelismos con la Revolución Rusa o las alusiones a lugares y monumentos, como el de Bakú, que había visitado durante su viaje a Europa en avión en 1928. E insisto en que, de la primera a la última línea, esos editoriales los escribió con absoluta libertad, sin que nadie le presionara ni le pusiera una pistola en la cabeza".

Chaves Nogales estaba convencido de que la guerra iba a durar muy poco

En sus primeras editoriales Chaves Nogales estaba convencido de que la guerra iba a durar poco y que podría traer algo bueno: un gobierno más equilibrado entre izquierdas y derechas. "En esos primeros editoriales aparece mucho el nombre de Ossorio Gallardo y cuando este viaja primero a Barcelona con destino a Ginebra, la Sociedad de Naciones... En los editoriales se señala que eso llevará a un régimen de mayor libertad en el que habrá que que moderar las tendencias izquierdistas y que será un régimen plenamente democrático, no una dictadura".

En esos editoriales También podemos leer: "Estamos haciendo una guerra, pero incluso más importante que eso es que estamos haciendo la revolución". "Manuel Chaves lo dijo porque lo quiso decir -explica Juan Carlos-. O quizá porque lo sintiera entonces. Nadie le obligó. Lo único que esperaban es que el diario fuera órgano del Frente Popular, nada más".

Desde el primer momento, los editoriales de Chaves Nogales fueron muy críticos con los sublevados y con Franco, al que llamaba "señorito" y comparaba con Gengis Kan. Estos editoriales siempre se dirigen al pueblo y a los obreros, nunca a los responsables de la II República. "Una de las expresiones más utilizadas es "el pueblo en armas", de ahí el título del libro -asegura Juan Carlos-. La portada del libro es la única imagen que se conserva del Consejo Obrero, que creo que es del 25 de agosto, una fotografía con los participantes en la que no veo pistolas. Luego llegaron las juventudes y se hacen cargo del diario, porque había entrado en pérdidas, no tenía papel, Madrid estaba asediado... En muchos casos fue la desaparición de la prensa independiente que, a cambio de recibir ese dinero de las Juventudes Socialistas Unificadas, tuvo que convertirse en su portavoz, porque era un negocio ruinoso".

"La consigna no puede ser, "no pasarán", sino "hay que aniquilarlos"

Hay un momento en el que en esos editoriales se radicalizan, se critica el intercambio de presos y "la humanización de la guerra" y se llega a decir que: "La consigna no puede ser, "no pasarán", sino "hay que aniquilarlos" o que a los milicianos que huyen ante el combate "Hay que fusilarlos. No hay otra respuesta" Preguntamos a Juan Carlos cómo llegó Chaves Nogales a ese extremo. "Vuelvo a insistir que no hubo presión ninguna. Escribió con absoluta libertad. Supongo que el lenguaje se va endureciendo porque la guerra cada vez está más cerca de Madrid, que sufre los primeros bombardeos a finales de agosto, y también empiezan a llegar noticias de la matanza en Badajoz, el avance en Talavera".

Alguno de estos editoriales también es critico con los intelectuales de la época por no posicionarse claramente contra los sublevados. "Él también asume parte de culpa -asegura el autor-. En un escrito, casi desconocido, que encontré en un periódico francés, ya habla de los intelectuales franquistas a los que califica de nazis y fascistas que malamente han intentado construir un entramado filosófico. Aquí también critica a los intelectuales por su inacción, aunque siempre insiste en que ninguno es fascista, ni Azorín, ni Pío Baroja, ni Ortega y Gasset... Chaves siempre resalta que ningún intelectual apoyo al franquismo, ninguno".

En otro de los editoriales se asegura que la Guerra Civil española no es más que el primer acto de una guerra civil europea y critica a los países que firmaron el pacto de no injerencia y no actuaron, mientras Alemania e Italia apoyaban económica y militarmente a los sublevados. "El 9 de septiembre, Chaves Nogales le dice literalmente, a Jesús Izcaray, que: "Esa no injerencia será el dogal que estrangulará a la República" (El dogal es una cuerda con un nudo corredizo usada para colgar los condenados a la horca y también para sujetar a algunos animales).

Sobre el lenguaje de esos editoriales, Juan Carlos asegura: "Chaves Nogales era un buen escritor y un buen periodista. Lo que me molesta es la farsa que organizó en torno a su huida. Podía haber dicho que se iba para seguir luchando por la Segunda república desde Francia, y que gracias a sus contactos en París esa lucha podía ser más eficaz. Se marchó porque los ejércitos de Franco estaban a las puertas de Madrid. Pero lo que hace para justificar su huida es decir que era fusilable por los dos bandos. Y realmente nadie le amenazó. Todo lo contrario, se ganó a pulso con sus escritos y con su comportamiento en el Consejo Obrero, ser considerado un revolucionario. En sus editoriales no para de decir "hacemos la revolución". Nadie le pedía que fuera un revolucionario, lo único que le pedían es que defendiera la legítima República y el legítimo gobierno del Frente Popular. ¿Por que fue más allá? Porque quiso".

En cuanto a si cree que Manuel Chaves Nogales merece toda la atención que está recibiendo actualmente, Juan Carlos asegura que: "Chaves Nogales era un buen periodista y un buen escritor, sin más, que alcanzó grandes cotas de reconocimiento y posiblemente fuese el mejor pagado de su época. Que le hayamos hecho santo y apóstol de la Tercera España no lo entiendo, porque es una falsedad absoluta. Había otros grandes periodistas en la época, como Julián Zugazagoitia Mendieta (1899-1940), al que la Gestapo pilló en el París ocupado y lo mandó a Madrid donde fue fusilado en 1940. Julián fue el primero que levantó la voz contra la violencia en la Guerra civil: "No seamos igual que ellos, utilicemos la ley". Eso no lo hizo Chaves Nogales. Hay muchos periodistas olvidados de aquella época. Aunque reconozco que llegar a la dirección de un diario en aquella época, como hizo Chaves Nogales, no era nada sencillo. Pero insisto en que hay otros a los que también deberíamos reivindicar".

Portada de 'Junto al pueblo en armas' (Editorial Renacimiento)

Portada de 'Junto al pueblo en armas' (Editorial Renacimiento)