Un año del 23J: 12 meses de alta intensidad política con urnas, divorcios, amnistía y mucha crispación
- Feijóo ganaba las elecciones generales hace ahora un año, pero Sánchez resistía contra todo pronóstico
- Un año después, la incertidumbre sigue marcando la política española con Cataluña en el centro
Un año en política es una eternidad y el 23 de julio de 2023 se celebraban unas elecciones generales adelantadas que pusieron patas arriba el panorama político en España. En estos 12 meses los terremotos no han parado de producirse con múltiples réplicas en un corto periodo de tiempo en el que los acontecimientos demuestran que la política española no conoce el sosiego y la estabilidad. Desde ese 23J el resumen de lo acontecido incluye dos investiduras en el Congreso de los Diputados, plenos en los que la crispación ha alcanzado límites antes no vistos, cuatro procesos electorales autonómicos y europeos, dimisiones, crisis de partidos, rupturas entre aliados como Sumar y Podemos, y PP y Vox; y el único entendimiento en un año entre PSOE y PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Todo ello con la tramitación parlamentaria de una ley de amnistía que ha copado gran parte del debate político desde esas elecciones generales y con un presidente, Pedro Sánchez, que en este periodo ha sido investido sin ganar los comicios y meses después amagó con dejar el Gobierno tras cinco días de reflexión que mantuvieron en vilo a España.
Este martes se cumple el aniversario del 23J con todas las miradas puestas en Cataluña y la sensación de que la legislatura pende de ese hilo y de las alianzas que puedan consolidarse o romperse con los partidos independentistas, de los que depende la estabilidad del Gobierno, y con las dudas sobre la vuelta del líder de Junts, Carles Puigdemont, sobre el que pesa aún orden de detención en España. En breve habrá o no resolución de unas elecciones catalanas cuyo adelanto ya provocó una onda expansiva en forma de paralización de los Presupuestos Generales del Estado, aún pendientes, y que ahora podrían suponer movimientos aún desconocidos para el devenir de la legislatura.
¿Qué ha pasado en España desde el 23J?
Sorpresa el 23J: contra todo pronóstico, el PP no suma
Las crónicas de la noche electoral del 23 de julio de 2023 coincidieron en que fue una noche de infarto. El PP, tal y como apuntaban la práctica totalidad de encuestas, ganaba las elecciones, pero calculadora en mano, no le daba la suma con Vox, el partido al que había unido su destino tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo con gobiernos conjuntos en comunidades y ayuntamientos. Tan solo un año después, esos gobiernos conjuntos en Extremadura, Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Región de Murcia ya son historia ante una más que difícil relación entre PP y Vox y con los de Santiago Abascal saliendo de los Ejecutivos.
Sin la suma posible PP-Vox aquel 23J para el Gobierno de España, el foco se giraba hacia Junts y un Carles Puigdemont que por entonces había bajado en relevancia política, pero que se convertía de nuevo en protagonista absoluto y llave de Gobierno para Pedro Sánchez, al que la jugada del adelanto electoral le había salido bien. Los partidos se preparaban para un verano caliente en las negociaciones y con todo por decidir.
Investidura fallida de Feijóo
El 29 de septiembre el líder del PP y el vencedor de los comicios, Alberto Núñez Feijóo, se sometía a una investidura muy consciente del resultado final en forma de fracaso. Solo conseguía el apoyo de Vox, Coalición Canaria y UPN, y un bloque formado por PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG se oponía a su objetivo de llegar a La Moncloa y finalmente esa misma suma daría su apoyo más tarde a Sánchez. Ese pleno sirvió para evidenciar cuál sería el tono de la actual legislatura, crispado, bronco, faltón y muy enfrentado que no ha hecho más que subir decibelios. Feijóo ya habló de "degradación moral y política" de Sánchez, consciente de que las posibilidades del líder socialista eran más que reales a pesar de no haber ganado las elecciones. Y avanzó que sería el "gobierno del engaño" echándole en cara la mayor cesión: la amnistía a los líderes independentistas.
Amnistía: costó pronunciarla pero terminó siendo la clave
Costó mucho pronunciar la palabra 'amnistía'. En un año ha pasado de ser casi tabú a ser una de las más repetidas, si no la más, en el debate político. Hubo que esperar hasta octubre para que Sánchez pusiese la medida de gracia en público por primera vez encima de la mesa. Durante ese mes el PSOE fue construyendo un relato a favor de la amnistía que tuvo su colofón en el trascendental comité federal en el que Sánchez dijo que la amnistía era necesaria "para el interés de España y la convivencia", pero también y sin ambages reconoció que era la única manera de no repetir elecciones y la condición necesaria que ponían los independentistas para darle su apoyo en una investidura. Admitió que no entraba en sus planes en ese momento, pero apeló a hacer "de la necesidad, virtud".
El PSOE consigue el apoyo de los independentistas y la calle se calienta
Una vez que el PSOE ya pone la amnistía en el foco, empieza el baile para armar las mayorías y noviembre es un mes clave para convencer a los huesos más duros de roer: ERC y Junts, que mantienen además su propia pelea por quién consigue más y por ganar la batalla del relato. Así, y tras el pacto necesario firmado entre PSOE y Sumar para el primer gobierno de coalición entre ambos (y el segundo tras el de PSOE y Podemos) arranca una negociación con los independentistas que se cierra con sendos acuerdos que llevan al reconocimiento de que existe 'lawfare' o judicialización de la política, la figura de "verificadores internacionales" que vigilen dicho acuerdo y la clave de bóveda: la amnistía a los líderes implicados en el 'procés' entre los años 2012 y 2023.
El PP carga contra el PSOE por "humillar" a la democracia, "amparar terroristas" y arrancan un mantra que se mantiene ya durante todo este año político, el de acusar a Sánchez de "corrupción política por "comprar los votos de los independentistas". Vox llama a la "resistencia civil permanente" y califica al Gobierno de "ilegítimo" e "ilegal". El tono se eleva al máximo.
Mientras, la calle se calienta con más de una decena de noches consecutivas de protestas en Ferraz que acaban con altercados, cargas policiales, detenidos y en las que, en algunos casos, se portan banderas preconstitucionales y símbolos fascistas. Detrás de las convocatorias hay partidos de extrema derecha, grupos radicales y neonazis y agitadores ultras en redes sociales, como Alvise Pérez, que meses después en las elecciones europeas de junio de este año se hace con tres escaños en el Parlamento Europeo.
Sánchez hace historia: primer presidente investido sin ganar los comicios
En medio de esta tensión creciente, el 16 de noviembre Sánchez vuelve a hacer historia y se convierte en el primer presidente del Gobierno que supera una investidura sin haber ganado las elecciones generales. Forma un bloque con PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y CC y sale directo del Congreso a La Moncloa por mayoría absoluta y en primera votación.
Sánchez reivindicó entonces su gobierno como "legítimo, democrático y constitucional" y se erigió como un "muro contra la extrema derecha"; Feijóo habló de "fraude", "alerta democrática" y de "ejercicio de corrupción política"; y Santiago Abascal comparó al presidente con Adolf Hitler. ERC y Junts avisaron a Sánchez: no le pondrían la legislatura fácil e iniciaban el rumbo a su próximo nivel: el referéndum de autodeterminación en Cataluña.
El presidente formó entonces un Gobierno de coalición en el que apostó por la continuidad rodeándose de su núcleo duro con cuatro vicepresidentas, Félix Bolaños como superministro y cinco ministros de Sumar.
Divorcios políticos a izquierda y derecha
En tan solo 12 meses se han producido importantes rupturas políticas, algunas tras relaciones más que cortas, como la de Sumar y Podemos, que nació más que enfrentada.
Desde el 23J Sumar y Podemos no viven buenos momentos. El Grupo Parlamentario de Sumar se rompió a los pocos meses de formarse y Podemos decidió ir por libre en el Grupo Mixto. Era la crónica de un divorcio anunciado después de que Podemos se integrase en la coalición electoral para las elecciones generales diluido con otras marcas de izquierda y asumiendo el veto en la lista de Irene Montero. Desde entonces Sumar y Podemos deciden ir por separado, sin éxito, en las diferentes elecciones autonómicas celebradas con muy malos resultados en Galicia y País Vasco.
Podemos se jugó la última bala en las elecciones europeas con Irene Montero como cabeza de lista y obtuvo dos europarlamentarios, uno menos que Sumar que hizo frente al varapalo electoral europeo con la dimisión de Yolanda Díaz como líder de la formación tras algo más de un año en el cargo.
El espacio a la izquierda del PSOE se revuelve, pero la derecha no llega a este aniversario del 23J bien avenida. Vox culminó este mes de julio su amenaza a Alberto Núñez Feijóo y rompió los gobiernos autonómicos conjuntos en Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Extremadura después de que el PP pactara con el Gobierno el reparto de los menores migrantes no acompañados.
2024 electoral caliente con Cataluña por resolver
Desde las pasadas elecciones generales, en España se han celebrado otros cuatro procesos más en una campaña electoral permanente que apenas ha aparcado sus caravanas. El año electoral arrancaba en febrero con las urnas en Galicia en las que Alberto Nuñez Feijóo no solo medía su liderazgo, sino su propia gestión en la comunidad que gobernó hasta 2022. El resultado le respaldó por completo: mayoría absoluta. Las campañas se trasladaron entonces al País Vasco para unas elecciones con resultado histórico en las que un pujante EH Bildu empató con el PNV en escaños. El PSE, llave de gobierno, ha mantenido su Ejecutivo de coalición y por tercera vez cogobierna con el PNV.
La tercera cita autonómica venía por sorpresa con el adelanto en Cataluña que de nuevo ponía patas arriba la política catalana y la española, interconectados desde hace tiempo. El tsunami catalán paralizaba los Presupuestos Generales del Estado y sometía de nuevo a los partidos a una batalla que no ha cesado en todo este año y aún por resolver ya que el tiempo corre y si antes del 26 de agosto no se celebra una investidura en Cataluña, habrá repetición el 13 de octubre con todo lo que eso implica. El PSC y ERC negocian y los republicanos aprietan: si a finales de julio no hay acuerdo, se levantan de la mesa.
La cuarta cita electoral de este 2024 llegaba el pasado mes de junio con el triunfo del PP en las elecciones europeas ante un PSOE que aguantaba y con Vox escalando a la tercera posición.
Sánchez reflexiona si seguir en el cargo
Y en medio de esa campaña electoral que ha durado cuatro meses de forma casi ininterrumpida, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo tambalear la corta legislatura cuando el 24 de abril decidía tomarse cinco días de reflexión para meditar si dejar o no la Presidencia del Gobierno tras la denuncia presentada por el sindicato de ultraderecha Manos Limpias contra su esposa, Begoña Gómez. "Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política", se preguntó en una carta dirigida a la ciudadanía. Cinco días después y en plena campaña catalana, anunció su decisión: "He decidido seguir con más fuerza si cabe".
Todo lo ocurrido en aquellos días ha tenido una traslación esta pasada semana: entonces Sánchez anunciaba un plan de "regeneración democrática" que presentó el miércoles en el Congreso de los Diputados centrado en los medios de comunicación y que negociará ahora con los grupos parlamentarios.
Justo el pasado viernes era citada Begoña Gómez para su declaración ante el juez que la investiga por presunto tráfico de influencias en un caso que ya se ha convertido en la principal arma política contra Sánchez del PP y Vox. La mujer del presidente se acogía a su derecho a no declarar. Y precisamente este mismo lunes el juez Peinado citó a declarar como testigo a Pedro Sánchez en la causa que investiga a su mujer Begoña Gómez, un hecho del que se felicitó Vox y que PSOE tildó de "cacería política".
Todo ello en un año en el que el PSOE vivió otra crisis con la suspensión de militancia a quien fuera su secretario de Organización, José Luis Ábalos, que se negó a dejar su escaño y pasó al grupo Mixto, tras estallar la supuesta trama de comisiones ilegales durante la pandemia en el 'caso Koldo' que afecta a su exasesor, Koldo García.
Casi paralelo en el tiempo estalla el caso que afecta al novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, imputado por presunto fraude fiscal y falsedad documental. Él, a su vez, se querella contra la Fiscalía por revelación de secretos y ahora el Tribunal Superior de Justicia de Madrid pide al Supremo que investigue al al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por esa presunto revelación.
El acuerdo para renovar el CGPJ, un oasis
Y en medio de una batalla en la que lo político y lo judicial se entremezcla y con la amnistía aún por aplicar en su totalidad pendiente de múltiples causas, llegó hace un mes un acuerdo en forma de oasis entre tanta crispación, aunque poco duró el entendimiento. El reciente pacto entre PSOE y PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hizo pensar en una nueva era en las relaciones entre los dos principales partidos de España, pero el primer pleno precisamente para poner en marcha esa reforma evidenció que no frenarían en sus ataques mutuos.
El pacto se hizo esperar los cinco años que el órgano de los jueces ha tenido el mandato caducado y parece que de momento el acuerdo se queda en el CGPJ y no se extiende a otros organismos pendientes de renovación como el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la Junta Electoral Central (JEC), la Comisión Nacional de la Energía (CNE) o RTVE.
El aniversario de la trascendental cita del 23J se celebra ahora con el ciclo electoral cerrado, de momento, a la espera de lo que pase en Cataluña y de las sorpresas que pudiera haber en las comunidades en las que los gobiernos PP-Vox se han roto.