La izquierda francesa propone candidata a primera ministra y Macron se niega a elegir hasta después de los Juegos
- El presidente francés señala que la izquierda "no cuenta con una mayoría" en el Parlamento para apoyar la candidatura
- La coalición ha pedido que Enmanuel Macron respalde la candidatura del grupo que obtuvo "mayor número de votos"
Después de 15 días de negociaciones, los partidos de izquierda a través del Nuevo Frente Popular (NFP) finalmente han llegado a un acuerdo para proponer a Lucie Castets como primera ministra de Francia. Su nombre ha sido anunciado en un comunicado de prensa por la formación La Francia Insumisa, pocos minutos antes de la primera intervención televisada del presidente francés, Emmanuel Macron, desde la segunda vuelta de las elecciones legislativas.
Sin embargo, el presidente francés, Enmanuel Macron, ya ha anunciado que no decidirá un candidato a suceder al ex primer ministro, Gabriel Attal, hasta que finalicen los Juegos Olímpicos. Así lo ha asegurado en declaraciones a France 2, en las que ha confesado que "si bien el oficialismo ha perdido las elecciones, los franceses quieren que las fuerzas que no son de extrema derecha trabajen juntas".
En cambio, cuando se le ha preguntado sobre la candidatura del NFP, ha asegurado que "no hay una mayoría" de izquierda en la Asamblea Nacional, lo que parece asegurar su veto a la propuesta.
Como respuesta, el coordinador nacional de La Francia Insumisa, Manuel Bompard, ha criticado a Macron, quien "al negarse a convocar al Nuevo Frente Popular a formar Gobierno, borra el resultado de las elecciones legislativas". "En Francia no existe el veto presidencial cuando el pueblo se expresa", ha añadido.
El nombramiento de Castets sucede después de que Laurence Tubiana, anterior candidata propuesta por la coalición de socialistas, ecologistas y comunistas, anunciase su retirada el lunes tras considerar que su nombre no logró el acuerdo necesario.
Representantes de la coalición, como la líder de los ecologistas, Marine Tondelier, han reconocido el consenso alcanzado y la necesidad de que Macron apruebe la propuesta del grupo que obtuvo "mayor número de votos" en los comicios.
Desde la victoria en las elecciones, las distintas familias que dan forma al Nuevo Frente Popular llevan trabajando para consensuar el candidato a jefe de Gobierno. Sin embargo, aún necesitan que Emmanuel Macron acceda a su nombramiento, además del respaldo en el Parlamento Francés. Con tan solo 182 escaños de 289 que se precisa para la absoluta, el NFP debe trabajar ahora para lograr el apoyo de otras formaciones.
Castets, una candidata desconocida que busca aunar a la izquierda
Lucie Castets es una total desconocida para la mayor parte del electorado. En un comunicado de prensa conjunto, el NFP ha presentado a su candidata, definida como una “líder de las luchas asociativas para la defensa y la promoción de los servicios públicos, comprometida activamente en la lucha de ideas contra la jubilación a los 64 años. Una funcionaria que ha trabajado en la represión del fraude fiscal y de los delitos financieros, y que se verá fortalecida por nuestro total compromiso a su lado en el gobierno que ella dirigirá".
El líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha incidido en que "la propuesta de Lucie Castets es una confirmación de la capacidad del Nuevo Frente Popular de estar a la altura de las circunstancias" y ha exigido que Macron "debe nombrarla y respetar las reglas de la democracia".
Las discrepancias entre los principales partidos de la coalición habían atascado inicialmente las conversaciones, lo que ha obligado a escoger a un candidato de bajo perfil que sea capaz de satisfacer los intereses de todas las formaciones.
A mediados de mes, el Partido Socialista vetó la propuesta de la presidenta del consejo regional de la isla de Reunión, Huguette Bello, lo que provocó las críticas del resto de los socios. Posteriormente, La Francia Insumisa rechazó otra candidatura, la de Laurence Tubiana, al alegar que supondría “permitir entrar por la ventana a los macronistas”.
Se espera que Castets alivie las tensiones entre cada una de las formaciones, y que logre los apoyos necesarios tanto por Macron como en el Parlamento francés para acceder a la residencia del primer ministro en Matignon.