La estrategia de Harris: una candidata "de continuidad" con tres meses "para crear una figura presidencial"
- Harris debe ser todavía elegida como candidata demócrata de forma oficial en la Convención Nacional del partido
- La campaña de Trump busca frenar el impulso que la vicepresidenta ha podido generar en los votantes
Después de que la vicepresidenta de Estados Unidos haya logrado el apoyo de suficientes delegados para conseguir su nominación en la convención del Partido Demócrata en Chicago, todo apunta a que Kamala Harris se convertirá en la candidata de esta formación que se enfrentará al republicano Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre, tras la decisión del presidente Joe Biden de retirar su candidatura a la reelección.
El equipo de campaña de Harris ahora tiene que trabajar en algo que normalmente lleva meses e incluso años y —si es elegida de forma oficial— transformar a la vicepresidenta en una candidata lo suficientemente fuerte para derrotar al expresidente.
Los demócratas están dando pasos a marchas forzadas para diseñar una nueva campaña y presentan a Harris como la candidata del “Estado de derecho”, mientras que recuerdan que Trump intentó revocar los resultados de unas elecciones democráticas en 2020.
El Partido Demócrata confía en que Harris, que es casi dos décadas más joven que el magnate neoyorquino, puede aprovechar algunos argumentos que estaban fuera del alcance de Biden, especialmente el de la edad.
“Kamala Harris puede ofrecer diversidad a las formas de hacer política. Puede ofrecer un menor histrionismo, algo que al final a Trump le puede pasar factura, sobre todo entre los indecisos”, asegura a RTVE.es el director de Asuntos Públicos en la consultoría de comunicación Llorente & Cuenca (LLYC), Alejandro Manso. “También dependerá mucho quién vaya con ella como vicepresidente porque Kamala es una persona racializada, es mujer y es de las élites universitarias y culturales contra las que ha cargado el Partido Republicano en los últimos años”, detalla.
A juicio del politólogo y profesor de la Universidad Pontificia Comillas, Javier Martín, “el problema con Kamala es que es la candidata de la continuidad, una continuidad que puede ser peligrosa”. “No ha tenido un perfil excesivamente propio dentro de la Administración Biden, se le ha opacado mucho y su agenda ha quedado reducida a aquellos lugares comunes dentro del Partido Demócrata, como la defensa del feminismo, el cambio climático, el multilateralismo…”, indica a RTVE.es.
“Podría ser una candidata de relativo consenso, pero al mismo tiempo continuista, tibia y que no dotaría de ese empujón que necesitan ahora los demócratas para golpear electoralmente a Trump”, añade.
La necesidad de Harris de dar “un vuelco a su figura”
Durante meses, la campaña del candidato republicano se ha centrado en criticar a Biden por ser un candidato débil y que se confundía con dificultad debido a su edad, una realidad que se hizo especialmente visible en el debate entre Biden y Trump a finales de junio.
La vicepresidenta, de 59 años, será una candidata más enérgica y capaz de defender de forma más coherente la candidatura de su partido a la Casa Blanca. Además, podrá usar la edad de Trump, de 78 años, en su contra.
Harris “tiene que intentar darle una vuelta a su campaña” para que sea una alternativa a Trump, asegura el director de Asuntos Públicos de la consultoría de comunicación LLYC. “Trump tenía una estrategia de diferenciación muy grande de Biden, donde ponía su fuerza entre dos octogenarios. Kamala debe darle la vuelta porque capturaría los principales argumentos que estaba trasladando Trump hasta ahora y acertaría si trabajase también en contraponer e ir a una campaña de ideas”, indica Manso. “Ahí es donde más territorio tienen por ganar los demócratas, porque es lo que movilizaría al electorado que, a priori, con un candidato como Biden, se iban a quedar en casa”, añade.
Al mismo tiempo, Harris podría lograr el apoyo de los votantes negros, que según las últimas encuestas se habían alejado de Biden, así como el de otras minorías y votantes más jóvenes. De esta forma podría ganar terreno frente a Trump en estados clave que decidirán las elecciones presidenciales.
La vicepresidenta también ha sido la principal defensora del aborto dentro de la Administración Biden, un asunto que se ha demostrado que es de los más relevantes a la hora de motivar a la base demócrata.
Ahora Harris tiene la oportunidad de causar una nueva primera impresión en el público estadounidense, ya que, según señala el profesor del Departamento de Ciencia Política y Derecho Público de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Gabriel Colomé, “Kamala no tiene perfil”. “Es muy desconocida. Es una vicepresidenta que, igual que todos los vicepresidentes, nadie sabe quiénes son”, subraya.
“El reto de Kamala es conseguir que realmente una parte de la sociedad, la sociedad femenina, las minorías hispanas, afroamericanas y otras, los liberales de izquierdas, demócratas… A partir de ahí empieza el partido, que estaba liquidado hace diez días”, asegura.
Para Martín, Kamala necesita “crear una nueva figura o dar un vuelco a la que ya tiene”. “Para buena parte del electorado, Kamala hasta ahora era una vicepresidenta muy opacada, muy en la sombra y toda su figura presidencial está por crearse”, indica el politólogo, quien señala como inconveniente “que solo tiene cuatro meses para crearse una figura presidencial”.
Su papel como vicepresidenta, su gran desventaja
El historial de Harris como número dos en la Administración Biden ha tenido sus altibajos. Al inicio de su mandato, se le asignó la tarea de abordar las causas de la crisis migratoria en la frontera sur de Estados Unidos con México, pero una serie de errores dañaron su reputación y la expusieron a ataques de los republicanos.
Asimismo, aunque Harris fue quien comenzó a criticar al Gobierno israelí de Benjamín Netanyahu por su respuesta a los ataques perpetrados por Hamás en octubre de 2023, ha sido vicepresidenta de un país que ha continuado dando apoyo militar a Tel Aviv en su guerra en Gaza.
“Su gran desventaja es que viene de una Administración que ha sido muy contestada por los propios votantes del Partido Demócrata, fundamentalmente por su política exterior. No tanto por Ucrania —aunque también hay voces discrepantes dentro del propio partido—, pero fundamentalmente por la crisis en Gaza”, explica Martín.
“Harris ha sido la vicepresidenta y una de las líderes en relaciones internacionales de la Administración que inicialmente apoyó sin fisuras al Gobierno de Netanyahu y que no ha sabido dar una respuesta satisfactoria para dentro de sus propias filas a la crisis en Gaza”, detalla.
Durante las primarias demócratas de 2020, Kamala Harris fue criticada por ser blanda con el crimen y demasiado indulgente con los delincuentes en delitos de drogas cuando era fiscal en California. Según Colomé, el hecho de que no haya ocupado ningún cargo político asumiendo una gestión pública puede no beneficiar a Harris. “Es senadora y, como senadora, no ha gestionado. Es diferente a los gobernadores, que sí han gestionado”, explica el profesor, quien destaca que la vicepresidenta “sustituye a un presidente, es decir, no tiene que hacer una plataforma de objetivos nuevos, sino una plataforma de continuidad” “Tiene que construir su candidatura como si fuera el segundo mandato de Biden, no el primer mandato de Kamala”, añade.
Harris, una figura que “no le conviene tanto a Trump”
La retirada de Biden de la carrera presidencial era el escenario menos positivo para la campaña de Trump, que ahora busca la forma de frenar la ola de simpatía que la vicepresidenta estadounidense ha podido generar entre los votantes después de ir camino de convertirse en la principal rival de Trump.
El gran problema de la campaña republicana es que ya no puede emplear sus mejores líneas de ataque contra Biden sobre la edad y su agudeza mental. Ahora son los demócratas los que podrían utilizarlas contra el magnate neoyorquino.
“Trump tenía la campaña hecha. No solo la tenía hecha, la tenía prácticamente ganada”, afirma Martín. “Había centrado mucha de su campaña en aquel famoso debate que fue el que condena a Biden y ahora de repente se va una figura que había sido antagónica para Trump en las anteriores elecciones y llega otra que no le conviene tanto a Trump, porque no ha marcado tanto perfil propio como para que pueda suponer una antítesis a eso”, subraya.
She is not yet the official
candidate, but the dirty war against her has begun.
Kamala "the laughing one," Trump calls her.
"She's crazy".
"She's a liar," says Trump's number two.
And from there to social networks,
into the mud with disinformation campaigns to discredit it.
With racist, sexist, misogynistic memes and attacks, anything goes.
They call her unpleasant, mean,
incompetent, they try
to disqualify her, explains this professor from the University of Virginia.
They already did it in 2020, they tried to sink it with insults.
Now they repeat the play,
behind are the extreme right movements,
the most populist and radical wing of the Republican Party
surrendered to Trump.
They see in her a stronger
rival than Biden.
"He's going to need armor" to withstand
it and it seems he already has it.
If they laugh at her for telling her mother's
anecdote about "falling out of a coconut tree,"
She and her followers turn it around, standing
up to the underworld of the networks,
appropriating the insults and managing to empower her.
"We beat Trump once and we will do it again," she
harangues.
There are just over 100 days ahead.
of insults, confusion and a lot of misinformation.
Incluso antes de que Biden anunciara que se retiraba de la campaña, los republicanos ya estaban preparados para, en caso de que Harris se convirtiera en la sustituta del presidente, vincularla directamente con las decisiones más impopulares de la Administración demócrata.
La campaña de Trump presentó este martes una queja ante la Comisión Federal Electoral contra Harris, denunciando que su campaña viola las leyes federales de financiación al reemplazar el nombre de Joe Biden con el suyo para pasar a controlar los fondos de la campaña.
“Los republicanos están mirando con lupa todas las intervenciones que tuvo Harris como fiscal en los tribunales para ver si la pueden pillar, si hizo pactos que no debía… La van a pasar por el microscopio”, afirma Colomé.
Tan solo unos días después de anunciar su candidatura, Harris ha adelantado a Trump en algunas encuestas, aunque con un estrecho margen. Según un sondeo de Reuters/Ipsos, la vicepresidenta obtendría un 44% de los votos, frente a un 42% de Trump.