Investigadores analizan si la población de tiburones blancos de la costa cantábrica proviene del Mediterráneo
- El objetivo final es diseñar estrategias para la recuperación de estas especies y la preservación de sus ecosistemas
- También se pretende saber cómo afectan los contaminantes de las aguas a la especie y su distribución
La organización de investigación estadounidense Ocearch, en colaboración con la Fundación Oceanogràfic, ha iniciado este lunes en Vigo una expedición científica para investigar la presencia y biología de tiburones blancos en aguas del Atlántico Norte español. El objetivo es averiguar si la población de esta especie en la costa cantábrica proviene del Mediterráneo, así como hacer frente a la situación de peligro en de extinción en la que vive actualmente.
"Los tiburones desempeñan un papel fundamental como depredadores en los ecosistemas marinos. Regular las poblaciones de sus presas es crucial para mantener la diversidad y salud de estos hábitats, que son vitales no solo para la vida marina, sino también para los humanos", ha señalado la doctora Harley Newton, científica jefe y veterinaria de la organización.
La investigación se extenderá durante unos 12 días por la costa cantábrica hasta recalar en Bilbao en busca de tiburones blancos para su estudio, desde donde continuará por Francia e Irlanda. En concreto, la investigación se enfocará en las áreas donde se han confirmado avistamientos de tiburones blancos, como el Golfo de Vizcaya.
Tal como ha explicado Pablo García-Salinas, colaborador científico de la Fundación, serán cinco los investigadores que de manera continua permanezcan en el buque, mientras que otros cinco subirán al barco de forma puntual en distintos puertos.
Estrategias para la recuperación y preservación
En la travesía, estos se encargarán de capturar, marcar y estudiar a los tiburones blancos y a otros grandes tiburones que habitan en aguas de la zona. Así, se extraerán del agua solo durante 15 minutos con el objetivo de analizar distintos aspectos, como su tamaño, su genética, para saber si provienen del Mediterráneo, su situación reproductora o las especies que habitan sobre ellos, entre otros.
La idea es mantener al animal "en las mejores condiciones posibles", según ha defendido el científico. Por ello, serán varios los veterinarios que estén en el barco para monitorizar la situación. También se pretende saber cómo afectan los contaminantes de las aguas a la especie y su distribución, por lo que se les marcará con un localizador GPS.
"Pensamos que los tiburones blancos de esta zona provienen del Mediterráneo, que lo usan de guardería", ha añadido.
Según apuntan, la meta final es diseñar estrategias que "permitan la recuperación de estas especies y la preservación de los ecosistemas marinos en los que habitan".
En peligro "crítico" de extinción
Según un reciente estudio de la Universidad de Siena, en Italia, y del Centro Studi Squali di Massa Marittima, el tiburón blanco está desapareciendo del Mediterráneo. La investigación, titulada Seguimiento y marcaje del tiburón blanco en el Mediterráneo, deja patente la posibilidad de que este animal haya superado el límite de no recuperación, al menos en las aguas costeras italianas, según han explicado en un comunicado.
El estudio muestra que no se avistó ningún ejemplar de tiburón blanco durante las más de 650 horas de seguimiento sobre el terreno a lo largo de las costas italianas entre 2017 y 2024, pese a la amplia búsqueda realizada.
"Puede significar que la especie haya superado el umbral de no retorno, con una grave pérdida en términos de biodiversidad para la cuenca mediterránea, donde había estado presente durante unos 3 millones de años", han añadido.
El Mediterráneo en su conjunto fue considerado uno de los ocho puntos calientes globales para la presencia y abundancia de tiburones blancos. Sin embargo, esta especie se halla "en peligro crítico" desde 2016 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo que supone que se trata de una especie amenazada en grave riesgo de extinción en su propio hábitat. Entre los principales factores que influyen en la baja supervivencia destacan las capturas accidentales, en especial debido a las redes de arrastre, la caza ilegal y la degradación humana de sus hábitats.
Bajo este contexto, Pablo García-Salinas recalca que es "imprescindible" establecer medidas para su conservación.