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Asesinato de Ismail Haniya en Teherán: el metalenguaje de los asesinatos selectivos

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Todos los medios se han hecho eco del asesinato del alto dirigente de Hamás, Ismail Haniyeh
Los medios de comunicación anuncian el asesinato del alto dirigente de Hamás Ismail Haniye. REUTERS/Alkis Konstantinidis

La noche después del día en el que el nuevo presidente de Irán, Masud Pezeshkian, juraba su cargo en Teherán, uno de los invitados a la ceremonia, sentado en primera fila, era interrumpido en su sueño por el misil que entró por la ventana de su dormitorio en mitad de la noche. No vería la mañana del día después. Y tal vez ahí esté la clave. En el metalenguaje de los asesinatos selectivos. El de Ismail Haniya, líder de Hamás, en Irán quiere decir control expedito de los cielos para la operatividad israelí en Oriente Medio.

Haniya aparecía el día antes con la Guía Suprema de la teocracia iraní, el nuevo Primer ministro, y se fotografiaba en el lugar de honor del parlamento con los representantes de los grupos pro-iraníes en la región.

El pasado 22 de julio, en el diario israelí The Jerusalem Post, Shaul Bartal recordaba en su artículo como hace tres años el militar iraní Rashid Gholamali, del comando central de la Guardia Revolucionaria, citaba la táctica de su colega al mando de las Fuerzas Al Quds (que se traduce comoJerusalén), Qassem Soleimani: "He organizado ejércitos fuera del territorio de Irán, con un corredor de 1500 kilómetros de largo, por 1000 kilómetros de ancho, hasta el Mediterráneo. El primero se halla en Líbano y se llama Hizbulá -el partido de Dios-. El segundo está en Palestina, Hamás y Yihad Islámica. El tercero en Siria. El cuarto en Iraq, las Unidades de Movilización Popular. El quinto en Yemen, los hutíes de Ansar Allah -los partisanos de Dios-".

El concepto de seguridad de Teherán desarrollado en un párrafo. Insignes representantes del párrafo estaban presentes en la jura de Pezeshkian el martes. Empezando por el propio Haniya.

Haniya, Sinwar y Deif, investigados por la Fiscalía de la CPI

Haniya ganó las primeras elecciones legislativas celebradas en Gaza en 2006. Un año después, como primer ministro, tomó el poder absoluto en la Franja, arrollando a los palestinos de Al Fatah y la OLP transformada en la Autoridad Nacional Palestina tras los acuerdos de paz. Entonces nació la trinidad palestina Haniya-Sinwar-Deif, cada uno líder en su campo. Mientras Mohamed Deif continuaba con sus "labores" arsenalísticas y operativas, Yahya Sinwar tomaba con su estilo férreo las riendas del día a día político. Sinwar solía menospreciar a Haniya calificándolo como "un líder moderado y sofisticado que no tiene ni idea de temas militares".

Haniya continuó pronunciando sus larguísimos discursos repletos de citas de la literatura árabe cada vez más lejos de Gaza. Hasta acabar en Catar y Turquía. Junto con el mismo Sinwar y Deif -sin confirmar la muerte de este último, el cerebro militar de Gaza, tras el enésimo raid israelí-, los tres aparecen en una petición de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional para que se dicte una orden de detención por presuntos crímenes de guerra. Lo mismo que el Primer Ministro y el ministro de Defensa israelíes, Benjamín Netanyahu y Yoav Gallant respectivamente.

El ayatolá Alí Jamenei no ha tardado en reaccionar - la cadena de acción-reacción-acción nunca falla en la zona- al asesinato de su huésped Haniya. "Duro castigo", ha prometido en un comunicado que se ha venido a sumar a otros similares de sus aliados. En la plaza de Palestina en Teherán, Jamenei ha hecho instalar un reloj con la cuenta atrás para la desaparición de Israel, según sus cálculos, prevista para 2040.

El metalenguaje del asesinato de Haniya se interpreta como dominio y aviso, las dos acepciones de una operación militar selectiva tan compleja como esta. En otro momento vital para una región al borde de la guerra generalizada sí se provoca una metástasis desde alguna de sus partes vitales. En el corredor que parte de Teherán para llegar al Mediterráneo. A esas aguas llegan nuevas naves de guerra americanas, mientras los líderes investigados por la justicia tienen en sus manos las riendas de un presente plagado de incógnitas.