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El exjefe de la Junta Militar de Guinea, condenado a 20 años de prisión por la masacre contra opositores en 2009

  • Al menos 156 personas murieron y decenas desaparecieron, mientras 109 mujeres sufrieron brutales agresiones sexuales
  • Todos eran simpatizantes de la oposición que se habían reunido pacíficamente para protestar contra la junta militar de Camara

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Moussa Dadis Camara en una imagen de archivo
Moussa Dadis Camara en una imagen de archivo AP Photo/Diallo Abdoul Aziz

Un tribunal de Guinea-Conakri ha sentenciado este miércoles a veinte años de cárcel al capitán Moussa Dadis Camara, expresidente golpista del país, por "crímenes de lesa humanidad" en la histórica matanza por parte de las fuerzas de seguridad de 156 personas y la violación de al menos 109 mujeres en un estadio de la capital de Guinea-Conakri en 2009. 

"Por su complicidad y responsabilidad de mando por asesinato, agresión sexual, secuestro, tortura, falta de asistencia a las víctimas en la masacre (…) declaramos al capitán Camara culpable de crímenes contra la humanidad sobre la base de su responsabilidad superior jerárquica", ha dicho el juez Ibrahima Sory II Tounkara, del Tribunal de Primera Instancia de Dixinn, en la capital, Conakri.

El veredicto, que se ha anunciado en las dependencias del Tribunal de Apelación de Conakri, ha condenado, además, a otros seis procesados a penas de entre diez y veinte años, mientras absolvió a otros cuatro encausados.

Asimismo, otro inculpado, Claude Pivi, ministro de Seguridad Presidencial por entonces y que se encuentra fugado desde el pasado noviembre, ha sido condenado en ausencia a cadena perpetua.

Otros miembros del antiguo Gobierno entre los procesados

Además del expresidente Camara, entre los procesados se encontraban destacados miembros del antiguo Gobierno, como el teniente Aboubacar Diakité 'Toumba', ayudante de campo personal del líder militar, quien también fue declarado culpable de crímenes contra la humanidad.  

"Nos merecíamos conocer la verdad y que se produjera un resarcimiento a las víctimas", ha declarado a EFE por teléfono Asmaou Diallo, presidenta de la Asociación de Víctimas, Padres y Amigos del 28 de septiembre de 2009 (Avipa), que ha acompañado a más de 700 damnificados durante el proceso.

"Los crímenes no podían quedar impunes", ha añadido Diallo, quien perdió a uno de sus hijos durante la masacre.

Masacre contra simpatizantes de la oposición en 2009

En la mañana del 28 de septiembre de 2009, las fuerzas de seguridad guineanas irrumpieron en un estadio de Conakri y abrieron fuego contra decenas de miles de simpatizantes de la oposición que se habían reunido pacíficamente allí para protestar contra la junta militar de Camara, quien había tomado el poder el año anterior con un golpe de Estado.

Al menos 156 personas murieron y decenas desaparecieron, mientras 109 mujeres sufrieron brutales agresiones sexuales, según el informe de una comisión de investigación internacional encargado por las Naciones Unidas y publicado tres meses después de los hechos.

Las mujeres sufrieron violaciones individuales y colectivas, así como ataques sexuales con objetos como palos, porras, culatas de rifles y bayonetas, según denunciaron oenegés locales durante el juicio, iniciado en 2022, trece años después de la matanza.

Operación organizada para ocultar lo sucedido

Tras la masacre, la junta militar llevó a cabo una operación organizada para encubrir los hechos, mientras una investigación de la organización Human Rights Watch (HRW) denunció ese mismo año que estos abusos constituían crímenes de lesa humanidad.

"Este juicio era importante para Guinea en la medida en que es la primera vez que exlíderes de este rango comparecían ante un tribunal para responder por sus responsabilidades por crímenes de sangre en un país donde la cultura de la impunidad sigue siendo un denominador común", ha señalado a EFE Alseny Sall, representante de la Organización Guineana de Defensa de los Derechos Humanos y Ciudadanos (OGDH), que ha acompañado también a las víctimas como acusación en el proceso.

El capitán Camara se exilió desde finales de 2009 en Burkina Faso tras un intento de asesinato que le llevó a ser hospitalizado en Marruecos y regresó a su país en 2022.