80 años del nacimiento de Nino Bravo: un ídolo inmortal
- Recordamos al mítico cantante de temas como Un beso y una flor, América, América, Noelia o Libre
- Falleció el 16 de abril de 1973, a los 28 años, en un accidente de tráfico
Un beso y una flor, América, América, Noelia, Libre... seguro que simplemente con escuchar esos títulos la mayoría de vosotros comenzáis a tararear instintivamente alguna de esas míticas canciones de Nino Bravo. Porque el valenciano sigue siendo una de las mayores estrellas de la música española, que este 3 de agosto habría celebrado su 80 cumpleaños. Desgraciadamente nos dejó muy pronto, hace ya 51 años, el 16 de abril de 1973 debido a un accidente de tráfico, dejando un vacío irremplazable en la música española de su generación. Apenas tenía 28 años. Ese día nació el mito.
Hay que destacar que la carrera discográfica del cantante apenas duró cuatro años, durante los que interpretó unos 60 temas. Pero logró situar sus canciones en el número 1 de las listas de éxito en España y también en Latinoamérica; consiguió generar una legión de fans que, medio siglo después, aún lo recuerdan.
Luis Manuel Ferri Llopis (ese era su nombre real), nació en la localidad valenciana de Ayelo de Malferit el 3 de agosto de 1944. Con apenas 16 años, "Manolito" entonces, comenzó a trabajar como lapidario en una joyería y, más tarde, fue bodeguero en un restaurante del Aeropuerto de Valencia. Llegó a compaginar estos empleos con su pasión por cantar. A los 17 años, en 1962, formó su primer grupo, Los Hispánicos, junto a varios amigos. Luego formó parte de Los Superson.
Tras el servicio militar, se empleó en una oficina y realizó su presentación como cantante solista en el Festival de la Canción de La Vall d’Uixó en 1968, adoptando ya el nombre de Nino Bravo con 24 años recién cumplidos.
Aunque son muchas las leyendas que circulan sobre su bautismo artístico, según Darío Ledesma, autor de la biografía autorizada Nino Bravo: voz y corazón, "detrás de ese cambio de nombre estaría el que fue su primer representante, Miguel Siurán, un locutor de radio que, en aquel momento, quiso hacerse con las riendas de la carrera del cantante valenciano, aunque con bastantes altibajos". Ledesma asegura que Siurán ideó ese apodo"pensando primero en el compositor Nino Rota y en el auge que había de nombres italianos por aquella época; y el Bravo se le ocurrió una noche de insomnio pensando en la personalidad de Nino".
El éxito le llegó con "Te quiero, te quiero"
El éxito llegaría en el verano de 1969 cuando Augusto Algueró le ofreció cantar Te quiero, te quiero, un tema que ya habían grabado, Carmen Sevilla y Raphael, pero que no triunfaría hasta la interpretación de Nino Bravo. Un éxito al que siguieron muchos otros como Voy buscando (1969), Esa será mi casa, Puerta de amor, Perdona (1970), Mi gran amor (1971), Noelia, Mi querida mamá, Cartas amarillas, Un beso y una flor, Mi tierra, Carolina y Libre (1972), entre otras. Destacar también el enorme éxito de América, América (1973), que triunfaría tras la muerte del cantante.
Además, Nino Bravo participó en la elección del representante español en el Festival de Eurovisión en dos ocasiones. En la primera, en 1970 se presentó con el tema Esa será mi casa. No consiguió llegar a la final, que ganó Julio Iglesias con Gwendolyne (con la que quedaría 4º en Eurovisión). La segunda y más recordada fue en el programa Pasaporte a Dublín (1971), donde quedó en tercera posición. La elegida fue la cantante Karina, que quedó segunda con el tema En un mundo nuevo.
En 1971 Nino Bravo ya era una gran estrella internacional y viajó por América Latina (Argentina, Chile, Colombia, Perú, Venezuela, México, Puerto Rico y las ciudades de Nueva York y Miami) Poco después se editó el tercer álbum, titulado Un beso y una flor, que también obtuvo un gran éxito en España e Hispanoamérica.
Su muerte
Como decía en uno de sus temas más famosos, Nino Bravo no podía separarse del hogar en el que "el cielo se unía con el mar". Rompiendo la norma de la mayoría de artistas que se trasladaron a la capital de Madrid para desarrollar su carrera musical, optó por quedarse en su Valencia natal. Una decisión que le mantuvo cerca de los suyos, pero que le obligó a pasar media vida en la carretera. En un año, el cantante podía recorrerse cerca de 115.000 kilómetros. Siempre a borde de aquel BMW 2800 de segunda mano, el mismo coche en el que perdería la vida y en el que, sin saberlo, encendería la chispa de una melodía arrolladora que jamás se pudo escuchar y de su gran canción póstuma.
Ocurrió el 17 de abril de 1973. Junto a él, en su último trayecto Valencia-Madrid, viajaban los músicos Fernando Romero y Miguel Ciaurriz, del dúo Humo, y su camarada musical Pepe Juesas. La idea era grabar algunos coros para el que iba a ser el quinto disco de estudio del valenciano. Un elepé del que ya se habían comenzado a grabar varios temas en Londres y en el que se incluían canciones como América, América, otro de sus grandes éxitos.
Esa canción formaba parte del disco en el que trabajaba entonces el cantante: ...Y volumen 5, que tuvo que ser terminado por su equipo con descartes de otros trabajos y grabaciones recuperadas. Entre los temas figuran ese América, América y Laura y Mona Lisa, versiones de los temas de Frank Sinatra y Nat King Cole. Pero entre todas hay una muy especial, Vivir, la única canción conocida en cuya composición participó el cantante y que quiso dedicar a su esposa, Mary. El tema lo tuvieron que terminar Vicente López y Pepe Juesas.
En el fabuloso documental de Imprescindibles dedicado al cantante con motivo del 50 aniversario de su muerte (Nino Bravo. Vivir), Juesas y López explican por qué fue tan importante sacar adelante aquel tema de forma póstuma, una canción de la que Nino solo había escrito el estribillo, pero acabaría tomando forma, tras su muerte, con los arreglos de uno de sus cómplices más cercanos, Juan Carlos Calderón. “Esta canción te inyecta tanta vitalidad que está claro que esto tiene que ser estímulo para muchísima gente. Es un himno a la vida tremendo", asegura con tristeza Juesas en el documental.
El 12 de septiembre de 1973, tan solo cinco meses después de la muerte de Nino Bravo, grandes artistas celebraron un concierto en la Plaza de Toros de Valencia en honor al cantante y cuya recaudación fue un regalo para su segunda hija, Eva María, a la que no puedo conocer, ya que nació el 27 de noviembre de 1973. En ese macroconcierto, al que asistieron más de 20.000 personas, actuaron, entre otros, Julio Iglesias, Dova, Los Puntos, Manolo Escobar y Los Superson Jaime Morey, Yaco Lara, Dúo Humo, Control, Basilio, Mari Trini, Víctor Manuel, Los Mismos, Daniel Velázquez, 5 Xics, Fórmula V, Bruno Lomas, Mocedades, Juan Pardo...
Si algo nos enseñó Nino Bravo en su corta existencia es la importancia de Vivir. Y 80 años después de su nacimiento (y 51 tras su muerte) Nino Bravo sigue más vivo que nunca en sus canciones.