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Un arácnido doméstico puede ayudar contra los gérmenes de hospital

  • El veneno de los pseudoescorpiones puede resultar vital en la producción de nuevos fármacos
  • La familia de arácnidos depreda ácaros y chinches de forma natural

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Un arácnido doméstico puede ayudar contra los gérmenes de hospital
El veneno podría ayudar a combatir un peligroso germen en el futuro EP / LOUIS ROTH

Un estudio publicado en la revista iScience ha revelado que el veneno del diminuto falso escorpión conocido como Chelifer cancroides contiene moléculas con un fuerte efecto contra los llamados gérmenes de hospital y puede ayudar a combatir enfermedades infecciosas

De tan solo unos milímetros de longitud, es el miembro más conocido de los pseudoescorpiones, una familia de arácnidos ubicada en Europa Central que depreda ácaros y chinches. A veces aparecen entre libros viejos o montones de papeles polvorientos, razón por la que se les conoce también como escorpiones de los libros.

En estas condiciones resulta ser un buen aliado, pues se alimenta principalmente de los llamados piojos de los libros. 

Veneno previamente no investigado

A pesar de que representan un grupo diverso de arácnidos con alrededor de 3.000 especies en todo el mundo, los pseudoescorpiones son poco conocidos y apenas se han investigado como animales venenosos.

Se parecen a sus parientes de mayor tamaño, con garras largas en comparación con sus cuerpos, aunque su abdomen no está dividido y no posee un aguijón venenoso

Sin embargo, su pequeño tamaño de entre 1 y 7 milímetros dificulta el análisis de su veneno, que inyectan en sus presas a través de las glándulas venenosas de sus garras. 

Eficaces contra las bacterias

Un equipo de investigadores del Centro LOEWE de Genómica Traslacional de la Biodiversidad (LOEWE-TBG) junto a otras instituciones han conseguido por primera vez reproducir artificialmente todos los miembros conocidos de una familia de toxinas de la Chelifer cancroides e investigar su actividad. 

Los científicos descubrieron una actividad sorprendentemente fuerte contra un conocido germen hospitalario llamado Staphylococcus aureus. Los estafilococos son bacterias comunes que colonizan la piel y las membranas mucosas. 

Lo que hace especial a la variante de este germen es su resistencia a antibióticos como la meticilina y, por lo tanto, causan infecciones difíciles de tratar en humanos, incluso después de una cirugía. 

Posible fármaco

La familia de toxinas analizadas se había descubierto recientemente en un estudio previo que descifró el cóctel de veneno del escorpión de los libros y se denominó "checacinas".

Para averiguar de forma rápida y eficaz el modo de acción de esta clase de toxinas hasta ahora desconocida, diferentes grupos de trabajo del Centro LOEWE TBG probaron en paralelo la actividad de las toxinas contra la formación de tumores, las bacterias y la inflamación. 

Sin embargo, antes de que sea posible una aplicación farmacológica, hay que superar otros obstáculos. "Nuestros datos muestran que las checacinas también tienen, por desgracia, cierta toxicidad para las células humanas y podrían provocar reacciones inflamatorias por sí mismas. "Por ello, todavía tenemos que optimizar su estructura y, por tanto, su efecto mediante procesos biotecnológicos, como ocurre con otras sustancias activas", ha explicado el coautor principal del estudio, el Dr. Pelin Erkoc, científico de TBG que trabajó en el Instituto de Biología Farmacéutica de la Universidad Goethe de Frankfurt durante los análisis. 

Mucha investigación por delante

"Sin embargo, el potencial de estos compuestos ya está claro. Se prevé que las infecciones resistentes a los antibióticos podrían convertirse en la principal causa de muerte relacionada con enfermedades en todo el mundo en las próximas décadas. "Por eso es importante buscar nuevas soluciones con ideas inusuales", ha añadido el Dr. Michael Marner, investigador postdoctoral en el Fraunhofer IME-BR y coautor del estudio. 

"Los venenos animales son un verdadero tesoro de posibles candidatos a fármacos, pero hasta ahora solo se han investigado una pequeña parte", subraya el líder del estudio, el Dr. Tim Lüddecke, jefe del grupo de investigación junior Animal Venómica en el Fraunhofer IME-BR y la Universidad Justus Liebig de Giessen y miembro del Centro LOEWE TBG.