'El hermano pequeño', un desgarrador relato sobre la pérdida de un ser querido
- El francés JeanLouis Tripp nos emociona con un cómic sobre la pérdida de su hermano pequeño y el duelo familiar
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El 5 de agosto de 1976, JeanLouis Tripp (Magasin Géneral) era un joven de 18 años que pasaba las vacaciones con su familia en un carromato por la campiña francesa. Ese día un coche atropelló a Gilles, su hermano pequeño de 11 años, que murió pocas horas después. Un golpe devastador que marcó para siempre al popular autor de cómic francés. Hasta el punto de que casi 50 años después ha querido volcar la tristeza, el dolor y la culpa que todavía arrastra en un emocionante cómic: El hermano pequeño (Norma Editorial).
Un cómic que es uno de los mejores relatos que hemos leído sobre la pérdida de un ser querido y sobre la ausencia que deja con su marcha, sobre todo cuando es un niño que tiene toda la vida por delante, como es el caso de esta historia.
Y que también refleja de una forma muy emotiva, cómo cada miembro de esa familia afronta la pérdida de ese niño, empezando por la incredulidad, siguiendo por la negación, la aceptación, el sentimiento de culpa (quizá si hubiera hecho esto podía haberlo evitado) y el duelo, que a veces dura años, cuando no toda la vida como en el caso que nos ocupa.
Si habéis leído esa obra maestra de JeanLois Tripp y Régis Loisel (La búsqueda del pájaro del tiempo) que es Magasin Géneral (Norma Editorial), sabréis que ambos autores son expertos en mostrar los sentimientos y las pequeñas miserias y alegrías de sus personajes (del primero al último). Y en esta ocasión es el propio autor el que se abre ante los lectores para mostrar sin tapujos todos sus miedos, dudas, arrepentimientos y sentimientos de culpa, en una obra tan emocionante como desgarradora. No podemos ni imaginarnos lo duro que ha tenido que ser para el autor dibujar estas páginas.
Pero creemos que este cómic también sirve a JeanLouis Tripp para exorcizar ese sentimiento de "culpa del superviviente". Y a pesar de ser una obra completamente autobiográfica, logra trascender lo personal para crear una obra universal sobre esa pérdida de un ser querido que todos hemos tenido, o tendremos, que afrontar.
Una obra en la que el verdadero protagonista es ese hermano ausente, que siempre (a veces conscientemente y otras de forma inconsciente) ha acompañado al autor durante toda su vida.
En el epílogo del libro, JeanLouis Tripp asegura que se decidió a contar esta historia después de la muerte de un niño de 10 años, atropellado por un conductor que se dio a la fuga, como pasó con su hermano pequeño. Y que realizar este libro: "Ha sido como un bálsamo para los dolores del pasado. Ha sido bonito pasar dos años con mi hermano pequeño y quizá he contribuido a que la memoria de Gilles siga viva".
Unas vacaciones que acabaron trágicamente
"La verdad es que apenas tengo recuerdos de esas vacaciones... Hasta ese día..." (JeanLouis Tripp)
Una obra que comienza con la felicidad de esa familia que disfruta de las vacaciones, hasta que su felicidad se ve interrumpida por ese trágico accidente, cuando un coche, que viaja a gran velocidad se acerca demasiado a la caravana y se lleva por delante al chaval, que se preparaba para bajar y cuya mano todavía agarraba el propio JeanLouis. Tras dejar al joven tendido en mitad de la carretera, el coche ni siquiera aminoró su velocidad y se dio a la fuga (aunque lo detendrían poco después).
Esa imagen de la mano de su hermano siendo arrancada de la suya perseguirá a JeanLouis durante toda su vida y le hará preguntarse qué hubiera pasado si hubiera tirando antes de él para evitar que se asomará cuando pasaba el coche. Pero con el tiempo, el autor descubrirá que sus padres también se sintieron culpables, cada uno a su manera. Y es que siempre nos preguntamos ¿qué hubiera pasado sí...? a pesar de que sabemos que no podemos cambiar el pasado.
Unos dibujos muy expresivos
Tripp es uno de los mejores dibujantes europeos de la actualidad y en estas páginas sus dibujos son tan expresivos como siempre, aunque en los momentos más difíciles su arte se vuelve casi expresionista como reflejo del dolor que siente por esa pérdida de su hermano.
Tripp representa el pasado en blanco, negro y grises, mientras que las escenas ambientadas en el presente son a todo color. Y ese color es cuando la familia ya ha aceptado esa pérdida y ha logrado reconciliarse consigo misma, aunque nunca olvidarán esa terrible pérdida.
Por cierto, que el autor también relata como una de las cosas que le ayudó a superar esa muerte de su hermano fue cuando lo contrataron en la revista Métal Hurlant, en 1977, cumpliendo su sueño de ser historietista y trabajar junto a sus ídolos, Philippe Druillet, Moebius y Jean-Pierre Dionnet.
Sin duda una de las obras más emocionantes y emotivas que hemos leído sobre la pérdida de un ser querido, realizada por uno de los mejores autores del cómic europeos que aquí nos abre su corazón y vuelva todo su arte para homenajear a ese hermano al que perdió, pero al que siempre llevará en su corazón".
La traducción es de Eva Reyes de Uña.