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La detención frustrada de Puigdemont y la falta de autocrítica ponen en cuestión la reputación de los Mossos

  • Varios sindicatos policiales cargan contra el operativo para detener al expresident y hablan de "vergüenza" y "ridículo"
  • La situación recuerda al 1-O, cuando los Mossos fueron cuestionados por supuesta connivencia con el independentismo

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Mossos: la detención de Puigdemont pone en cuestión su reputación
El comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, Eduard Sallent.

La huida de Carles Puigdemont el pasado jueves tras su fugaz paso por Barcelona ha supuesto un duro revés para la reputación de los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica catalana, que se mostró incapaz de arrestar al expresidente de la Generalitat tras su reaparición pública ante unos miles de seguidores. La detención de tres agentes de los Mossos no hace sino ahondar en ese descrédito y hace que algunas voces planteen la posibilidad de que existiera un pacto para la no detención del expresident , circunstancia que la cúpula de los Mossos niega de forma tajante.

A ello se suma la falta de autocrítica en el seno de la policía catalana, que incluso señala a la "conducta impropia" de Puigdemont y a la "deslealtad" de su entorno como detonantes de la detención frustrada.

Con la presencia de las cámaras de televisión y de centenares de seguidores, Puigdemont se subió el jueves a un escenario situado en el Arco del Triunfo de la capital catalana, a poca distancia de donde se ubica el Parlament, y pronunció un breve discurso, tras el cual desapareció, evitando que fuera detenido. La fallida Operación Jaula, con controles en carreteras e inspecciones de vehículos en toda Cataluña a cargo de los Mossos, se zanjó sin que Puigdemont fuera localizado.

"Ridículo" o "vergüenza" son algunos de los calificativos que, desde los propios sindicatos policiales, se utilizan para definir el operativo de los Mossos, teniendo en cuenta que, en los días previos, Puigdemont había anunciado en numerosas ocasiones su presencia en Barcelona para la investidura de Salvador Illa y el día anterior citó a su seguidores a las 9 de la mañana en la Ciutadella.

Si atendemos al relato del secretario general de JxCat, Jordi Turull, Puigdemont ya cenó en Barcelona el martes 6 de agosto, dos días antes de su discurso, y posteriormente salió de España con rumbo a Waterloo (Bélgica) sin que pudiera ser localizado por los servicios policiales. El viernes por la noche, el líder independentista aseguró a través de un mensaje en X que ya estaba de vuelta en Waterloo.

Hay que recordar que ya en 2017 el expresident, recién cesado por el Gobierno de Mariano Rajoy tras la declaración unilateral de independencia, se fugó a Bruselas (Bélgica) sin que fuera detectado por la Policía.

"Descontento y enfado"

"Queremos saber si ha habido algún pacto de detención o no", señala en una entrevista a RNE el portavoz del sindicato de Mossos USPAC, Albert Palacios. Considera que los centenares de Mossos que participaron el jueves en el operativo "con las temperaturas que había en Barcelona, con todo el equipo, con los chalecos antibalas, a pleno sol durante horas y horas, se merecen una explicación". "Estamos avergonzados", añade.

El portavoz de USPAC asegura que el "descontento y el enfado" dentro de los Mossos es "elevado" y señala de forma directa a "la cúpula política y policial" por haber "desacreditado" al cuerpo.

Las mañanas de RNE - USPAC: "Mossos y ciudadanía se merecen una explicación. Estamos avergonzados" - Escuchar ahora

Otros sindicatos, como JUPOL, califican de "escandalosa y vergonzosa" la actuación de los Mossos, a quienes acusan de "dejación de funciones".

La cúpula de los Mossos, que compareció el viernes en rueda de prensa, asume los errores cometidos, pero descarta que se hiciera el "ridículo" con el operativo de detención. Es más, el comisario jefe de la policía catalana, Eduard Sallent, denunció el viernes en rueda de prensa una "verdadera campaña de desinformación" por parte del entorno del 'expresident' sobre su regreso a España y aseguró que la detención no se pudo realizar "en el momento idóneo" porque "una masa de personas" lo impidió.

También desde el Gobierno central se señala a los Mossos como responsables de la nueva huida de Puigdemont. Así lo hizo el viernes el ministro de Justicia, Félix Bolaños, quien recordó que el operativo policial corría a cargo de la policía autonómica catalana, que era la "competente", tanto para garantizar la normalidad del pleno del Parlament, como el cumplimiento de "los mandatos que había hecho el Supremo.

De igual modo, el juez instructor de la causa del 'procés', Pablo Llarena, ha pedido a los Mossos d'Esquadra y al Ministerio del Interior que informen sobre el operativo policial planificado para la detención de Puigdemont.

En duda la supuesta connivencia el 1-O

El episodio del jueves ahonda en el descrédito de los Mossos d'Esquadra, un cuerpo que alcanzó altas cotas de reconocimiento público en agosto de 2017, con su actuación durante los atentados de Barcelona y Cambrils, pero que vio mermado su prestigio por su papel en el proceso independentista, agriando sus relaciones con otros cuerpos policiales y con la judicatura.

Hay que recordar que la cúpula de los Mossos en la etapa de Puigdemont al frente del Govern, encabezada por el mayor Josep Lluís Trapero, se vio imputada por su supuesta connivencia en el desarrollo del referéndum del 1-O, aunque finalmente aquel proceso se saldó con absoluciones y Trapero fue restituido en su cargo.

Sin embargo, la legislatura que ahora concluye, con ERC al frente del Govern y Joan Ignasi Elena en la cartera de Interior, ha sido convulsa en esta materia y hasta tres personas han ocupado el cargo de comisario en jefe: el propio Trapero, Josel Maria Estella —que apenas estuvo diez meses en el cargo— y el actual, Eduard Sallent, cuyo futuro se complica tras los hechos del jueves y la llegada de un nuevo Ejecutivo liderado por Salvador Illa y el PSC. A ello se suma que el procedimiento para nombrar a Sallent como mayor —máximo rango de los Mossos y además, de carácter vitalicio— ha sido paralizado por un juez.

Todo hace indicar que Illa nombrará a Núria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), consellera de Interior y que confiará en Trapero para el cargo de director político de la policía catalana, lo que sin duda va a significar una nueva etapa en la historia de los Mossos, condicionada de forma evidente por la detención frustrada y la nueva huida de Carles Puigdemont.