Claves de la incursión ucraniana en Kursk: "El objetivo es político, dejar en ridículo a las instituciones rusas"
- Ucrania ha cogido por sorpresa a las defensas rusas, pero no podrá conservar el territorio
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La incursión de tropas ucranianas en la región rusa fronteriza de Kursk cumple este martes su octavo día sin que Moscú haya podido contrarrestarla. La operación militar ha provocado la evacuación de miles de personas tanto en Kursk como en la vecina Bélgorod, y Rusia se está viendo obligada a enviar refuerzos allí que serían más útiles en el frente.
Ucrania ha tardado una semana en reconocer oficialmente la incursión. Este lunes, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, recibía el informe de sus jefes militares, que aseguran controlar ya 1.000 kilómetros cuadrados, algo difícil de comprobar. El presidente ruso, Vladimir Putin, no ha podido esconder su enfado: ha calificado el ataque de "gran provocación" y ha acusado a Occidente de "librar una guerra contra nosotros a través de los ucranianos".
Según fuentes ucranianas anónimas, el objetivo de la incursión es obligar a Rusia a retirar tropas del Donbás. Sin embargo, el objetivo real y factible es más político que militar, según los analistas consultados por RTVE.es. "La intención principal debe ser política: poner en ridículo a las instituciones rusas", asegura el almirante retirado Juan Rodríguez Garat.
Estas son algunas de las claves de la incursión en Kursk:
Factor sorpresa y un alcance indeterminado
La información disponible es poco clara y hasta este pasado lunes procedía exclusivamente de los rusos, porque los ucranianos no reconocían la operación.
Lo cierto es que el martes 7 de agosto entraron desde la región de Sumy tropas ucranianas con vehículos de combate de infantería y carros de combate. Desde entonces han logrado penetrar varios kilómetros en suelo ruso.
El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Ucranianas, Oleksandr Sirski, comunicó el lunes a Zelenski que las tropas controlaban 1.000 kilómetros cuadrados de suelo ruso y continuaban avanzando. "Continuamos la operación ofensiva en la región de Kursk", aseguró, en el primer reconocimiento oficial por parte ucraniana.
Por su parte, el gobernador de Kursk, Alexei Smirnov, informó a Putin de que los ucranianos han tomado 28 localidades y han penetrado en un área de 12 kilómetros de profundidad y una amplitud de 40 kilómetros (por tanto, unos 480 kilómetros cuadrados).
Los blogueros rusos especializados en asuntos militares aseguran que los ucranianos intentan rodear la ciudad de Sudzha, un importante nudo gasístico, y que se están produciendo combates importantes en Korenevo y Martinovka.
Las autoridades rusas han evacuado a 121.000 civiles en Kursk, a los que se sumarán otros 59.000 en los próximos días, y a otros 11.000 en la región vecina de Bélgorod.
"Deduciendo de lo que se dice, deben haber entrado un par de batallones ucranianos, quizás como mucho 2.000 hombres, no más", ha explicado a RTVE.es el almirante retirado Juan Rodríguez Garat.
Ucrania lanza habitualmente ataques con drones o artillería contra las regiones rusas vecinas, en especial Bélgorod, y tampoco es la primera vez que hay incursiones terrestres. Pero hasta ahora estas últimas habían sido obra de compañías (apenas un centenar de hombres) formadas por voluntarios rusos que luchan al lado de Kiev. Este caso es diferente, pues se trata de una penetración de tropas del Ejército regular ucraniano, en mayor número y mejor equipadas, y que aún no ha podido ser rechazada.
Lo primero que llama la atención es cómo ha podido ocurrir, cómo Rusia no detectó la concentración de tropas enemigas al otro lado de la frontera. "Mientras Ucrania tiene que tener reforzada su frontera, porque puede esperar un ataque ruso en cualquier momento, en Rusia hasta ahora no era así —argumenta Garat—. Probablemente, no había fuerzas suficientes para retener un avance de ese tipo".
Según medios rusos, lo primeros en enfrentarse a las tropas ucranianas fueron policías y reclutas que hacían el servicio militar, y que ofrecieron poca resistencia.
Objetivo militar: obligar a Rusia a desviar reservas
"El ataque tiene un propósito militar, evidentemente: distraer a las fuerzas rusas, obligarlas a moverse" y enviar fuerzas a la región de Kursk, que además deberán permanecer allí, lo que puede obligar a los rusos a frenar sus avances en la propia Ucrania, en especial en el Donbás, explica Rodríguez Garat.
"Desde luego, las tropas que están en el frente no se van a mover porque tampoco es necesario —continúa el almirante—. Pero las tropas de la reserva operacional, que estaban preparadas para sustituir a las que se van desgastando en los ataques y cubrir huecos en el frente, esas sí que se van a mover a las fronteras, aunque no inmediatamente". Y esto, puntualiza, "no por el valor militar de la incursión en Ucrania, sino porque es una ofensa para las instituciones rusas la incapacidad aparente de defender sus propias fronteras".
Un alto funcionario de seguridad ucraniano, que ha hablado con la AFP bajo condición de anonimato, ha reconocido que la incursión tenía como objetivo inicial desviar las fuerzas rusas de las regiones ucranianas de Járkov y Donbás (este de Ucrania) para aliviar su presión sobre las fuerzas de Kiev. "El objetivo es estirar las posiciones del enemigo, infligirle el máximo de pérdidas, desestabilizar la situación en Rusia (...) y trasladar la guerra al territorio ruso", ha declarado.
Sin embargo, la misma fuente ha reconocido que por el momento "la presión en el Este continúa. No retiran sus tropas de esta zona", aunque la "intensidad" de los ataques rusos ha "bajado un poco".
La fuente militar ucraniana citada por AFP espera que tarde o temprano Rusia "detendrá" a las unidades ucranianas, pero si "después de un cierto tiempo, no logra retomar estos territorios, podrían ser utilizados con fines políticos", por ejemplo, durante unas eventuales negociaciones de paz.
Por el contrario, el almirante español descarta que Ucrania tenga capacidad para conservar el territorio sobre el que ahora se despliegan sus unidades en Kursk, y que esa sea su intención.
Objetivo político: una inyección de moral y el "ridículo" para Rusia
La fuente militar ucraniana citada por AFP asegura también que el ataque "cogió a los rusos con la guardia baja" y "realmente elevó nuestra moral".
El sábado, antes de que Ucrania reconociera abiertamente que había entrado en Rusia, Zelenski agradeció a los soldados que habían ayudado a "llevar la guerra al territorio del agresor" y "restablecer la justicia". "Garantiza exactamente el tipo de presión que se necesita sobre el agresor", dijo Zelenski en un mensaje a la nación.
"La intención fundamental debe ser probablemente política —considera Rodríguez Garat—. Es poner un poco en ridículo a las instituciones rusas que todos los días aseguran que la guerra está ganada". Con la incursión en Kursk, abunda, Ucrania quiere "dejar a Putin por mentiroso, aumentar su prestigio, convencer a los ucranianos de que tienen todavía cartas en la mano y convencer al mundo de que la causa de Ucrania no está perdida y que merece la pena seguir apoyándoles".
El profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Burgos Juan Tovar coincide en que el principal efecto de la incursión en Kursk es "reforzar la moral no solo en las tropas, sino entre la propia ciudadanía ucraniana, que cada vez es más escéptica sobre hasta dónde se puede llegar para ganar el conflicto, y cada vez es más favorable a una negociación con Rusia".
Tovar, en declaraciones a RTVE.es, subraya el factor de política exterior y en especial la relación con las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos. "En el caso del Partido Republicano, en Estados Unidos hay una posición bastante escéptica sobre lo que Ucrania va a poder conseguir. Entonces, los ucranianos entienden que no es lo mismo ver un estancamiento, como hasta ahora, con ciertos avances rusos y pérdida de territorio ucraniano, que ver que las tropas ucranianas todavía pueden realizar avances y algún tipo de acciones innovadoras frente a Rusia", argumenta.
Las repercusiones: las tropas ucranianas deben asegurar su huida
Sin embargo, pese al éxito inicial, los efectos de la operación pueden volverse contra Ucrania.
"En el nivel estratégico, está la posibilidad de que la guerra escale —explica Rodríguez Garat—. Pero no parece que Putin tenga la menor intención, porque sería reconocer la derrota de su operación, especialmente en el espacio informativo ruso".
El almirante menciona como prueba el hecho de que el Kremlin no haya declarado el estado de alarma ni la ley marcial en la región de Kursk, sino una "operación antiterrorista", en la que la defensa está en manos de la Guardia Nacional y del Servicio Federal de Seguridad (FSB).
El principal riesgo para los ucranianos será táctico: tienen que evitar que sus tropas queden aisladas en territorio ruso, o que al retirarse los rusos penetren a su vez por la frontera con la región ucraniana de Sumy.
"Si esas fuerzas son capaces de retirarse en el momento oportuno para hacerlo con muy pocas bajas, pero no demasiado presionados, la operación habrá sido un éxito —resume Rodríguez Garat—. Si no se retiran bien, pueden perder lo ganado. Imagino que por ocasiones anteriores, esta es una lección que Ucrania ya ha aprendido".