Un grupo de arqueólogos estudia el valor de un barco del siglo XVII situado bajo el Mar Cantábrico
- Esta nave se trata de uno de los mayores patrimonios subacuáticos, según han informado los expertos
- El buque fue descubierto por el director del Museo Marítimo del Cantábrico, José Luis Casado, y por el buceador Pedro Vallo
Un grupo de arqueólogos subacuáticos y conservadores busca poner en valor y dar a conocer el barco "Almiranta", una "cápsula del tiempo" del siglo XVII que se encuentra en el Mar Cantábrico, tras su hundimiento en la Batalla de Santoña de 1639.
Este galeón fue descubierto a finales de los años 90 por quien dirigía en esa época el Museo Marítimo del Cantábrico, José Luis Casado, y por el buceador santoñés Pedro Vallo, quienes encontraron en sus primeras inspecciones dos cañones de hierro colado, partes importantes de la estructura del barco y numerosas balas de cañón.
Sin embargo, ese trabajo quedó inconcluso al fallecer en 2010 José Luis Casado y desde entonces la nave ha quedado a la espera de que un equipo de científicos pudiese retomar las labores de investigación.
Uno de los mayores patrimonios subacuáticos
El arqueólogo y director de este proyecto, Germán Zubeldia, ha explicado, en una entrevista con la agencia EFE, la importancia que es para ellos hallar una "cápsula del tiempo" de la historia.
La nave puede ser el primer paso para dar un impulso al patrimonio arqueológico subacuático de la localidad cántabra, que este profesional asegura que es "de los mayores de España". "Hay numerosos barcos dentro y fuera de la bahía de Santoña y es un bien que hay que ponerlo en valor y protegerlo, pero se le puede dar un atractivo turístico, cultural y económico", subraya Zubeldia.
Etapas del proyecto de investigación
Los trabajos se encuentran en la primera fase del plan, en la que se lleva a cabo la recopilación de toda la información arqueológica e histórica, además de documentos sobre la construcción del barco. La siguiente etapa se trata de trabajo de campo en el que los profesionales estudiarán las mareas, las corrientes, los oleajes, la visibilidad y las técnicas de buceo, entre otros factores.
Esta segunda parte del plan, que se realizará la última semana de septiembre o primera de octubre, según los expertos, servirá para hacer una revisión visual del estado del barco y comprobar su conservación, las condiciones del sitio arqueológico y ver si se puede excavar en su totalidad.
En el caso de extraer objetos, apunta la conservadora Marina Goñalons, hay que estar "muy preparados" y tener todas las herramientas y materiales para intentar manipularlos lo menos posible y que "nunca estén sin agua y nunca se sequen porque ahora los niveles de humedad que tiene son estables".
Tras esa extracción, se comienza una fase para quitar las sales y contaminantes que pueden tener de haber estado en el agua, un proceso de estabilización química, especialmente en metales, precisa Goñalons. "Después ya solo quedaría cuidarlo, porque al final si lo extraemos y tenemos mucho cuidado a la hora de restaurar, pero se deja abandonado en un almacén y no se mantiene cuidado, de poco ha servido esa inversión de tiempo, dinero y de personal", enfatiza la profesional.
Realizar una labor de divulgación
El arqueólogo, Carlos León, indica que la puesta en valor de los resultados de esta investigación se hará a través de la difusión de carácter profesional, con artículos y publicaciones. También asegura que se llevará a cabo una divulgación para que la población sepa que es lo que "tiene ahí delante" y que "ahora mismo no ve".
A partir de septiembre, este grupo de científicos va a intentar averiguar toda esa información para conocer qué es lo que hay o lo que oculta el "Almiranta".