Los astronautas varados desde hace 80 días en la Estación Espacial Internacional volverán a la Tierra en febrero
- Butch Wilmore y Suni Williams tenían previsto regresar a mediados de junio pero el aparato presentó fallos
- Volverán a la Tierra en una nave de SpaceX, competencia de Boeing
La NASA ha informado este sábado de que los dos astronautas de la primera misión tripulada de la nave Starliner de Boeing a la Estación Espacial Internacional (EEI), que llevan varados allí 80 días después de que el aparato presentara fallos, volverán en febrero de 2025 en una nave de SpaceX.
Los astronautas Barry 'Butch' Wilmore y Sunita 'Suni' Williams tenían previsto regresar a la Tierra a mediados de junio, poco más de una semana después de su lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, pero fallos en los propulsores y pequeñas fugas de helio en la Starliner impidieron su regreso. El administrador de la agencia espacial estadounidense, Bill Nelson, ha indicado que los problemas del aparato hacen que sea demasiado arriesgado utilizar la misma nave para llevarles de vuelta a casa.
"La NASA ha decidido que Butch y Suni volverán con una tripulación el próximo febrero y el Starliner volverá sin tripulación", ha adelantado Nelson, que no ha especificado cuando regresará la nave de Boeing. La decisión de la agencia, que recurre al principal rival espacial de Boeing para el regreso de los astronautas, es una de las más importantes de la NASA en años. Boeing esperaba que su misión de prueba Starliner redimiera el problemático programa después de años de problemas de desarrollo y más de 1.600 millones de dólares en sobrecostes presupuestarios desde 2016.
Nelson ha reconocido "errores" y explicado que la NASA ha colaborado con Boeing y con su nuevo consejero delegado, Kelly Ortberg para obtener "los datos necesarios para tomar esta decisión" y entender las "causas de raíz" de los problemas del Starliner y "las mejoras de diseño" que necesita.
Fallos en cinco de los 28 propulsores de la nave
La nave en la que viajaron Wilmore y Williams empezó a sufrir fallos a partir de las primeras 24 horas de iniciar su vuelo. Cinco de los 28 propulsores de la Starliner fallaron y se produjeron varias fugas de helio, elemento que se utiliza para presurizar los propulsores.
Pese a los muchos años de trabajo por parte de sus creadores, la nave había fallado en una prueba de 2019 para lanzar a la ISS sin tripulación, pero tuvo éxito en un intento de 2022 en el que también registró problemas con los propulsores. La misión de junio con su primera tripulación era necesaria para que la NASA pudiera certificar la cápsula para vuelos de rutina, pero ahora la trayectoria de certificación se ha visto alterada.
Tras lo sucedido, se espera que los dos astronautas regresen en una nave espacial Crew Dragon de SpaceX que se lanzará el 24 de septiembre como parte de una misión rutinaria de rotación de astronautas. Aunque inicialmente iba a despegar con cuatro personas, dos de los cuatro asientos de la Crew Dragon se mantendrán vacíos para traer de vuelta a Wilmore y Williams. La Starliner, por su parte, se desacoplará de la Estación Espacial sin tripulación e intentará regresar a la Tierra como lo habría hecho con astronautas a bordo.
"Los vuelos espaciales son arriesgados incluso cuando son seguros y rutinarios y un vuelo de prueba, por naturaleza, no es seguro ni rutinario, así que la decisión de mantener a Butch y Suni en la EEI y traer el Boeing Starliner vacío es resultado de un compromiso con la seguridad", ha defendido el responsable de la NASA.
Desde que el Starliner se acopló a la EEI en junio, la compañía Boeing, que no ha estado presente en la rueda de prensa, ha trabajado para a investigar las causas de los problemas con los propulsores y las fugas de helio. La empresa organizó pruebas y simulaciones en la Tierra para recopilar datos que ha utilizado para intentar convencer a los funcionarios de la NASA de que el Starliner es seguro para llevar a la tripulación de vuelta a casa.
Sin embargo, los resultados plantearon cuestiones de ingeniería más difíciles y, según relata Reuters, no lograron calmar las preocupaciones de los funcionarios de la NASA sobre la capacidad de Starliner para realizar su viaje de regreso tripulado, la parte más desalentadora y compleja de la misión de prueba.