La operación de Ucrania en Kursk: un golpe que expone las carencias logísticas de Rusia
- Ucrania lleva dos semanas avanzando en Kursk y con Rusia tratando de ganar terreno en Donetsk
- Guerra Rusia-Ucrania, en directo
El 6 de agosto, Ucrania sorprendió con una incursión sobre la región rusa de Kursk. Más de dos semanas después, cuando el país conmemora el Día de la Independencia y se cumplen dos años y medio de guerra con Rusia, sus tropas aún no han sido expulsadas. Todo lo contrario, el asalto se ha convertido en una operación militar en toda regla, según los analistas consultados.
Aunque la analista senior de defensa del think tank RAND, Marta Kepe, advierte que aún es pronto para determinar los resultados que espera Kiev en Kursk, esta "ha lanzado un poderoso mensaje para el pueblo de Ucrania y sus partidarios en Occidente de que su Ejército no solo continúa luchando, sino que puede atacar y que el territorio de Rusia no está fuera de sus capacidades".
Pese a que el 9 de agosto el Kremlin declaró una "operación antiterrorista" en el óblast, la realidad es que el ataque poco se parece a otros anteriores realizados por paramilitares proucranianos. Kursk es ahora zona de guerra y una de las causas que ha expuesto la incapacidad de Moscú para defender su retaguardia ha sido la logística.
Sin ir más lejos, en los primeros días de la ofensiva, Ucrania ocupó los nudos ferroviarios, esenciales para el reabastecimiento ruso. Una serie de maniobras que han superado la supuesta ventaja numérica del gigante euroasiático al explotar su dependencia a las líneas férreas.
Con la ofensiva en auge, "Ucrania tiene tres opciones de cara al futuro: tratar la operación como una incursión y retirarse una vez que el Ejército ruso pueda contraatacar; conservar el territorio ganado como moneda de cambio; o continuar la ofensiva para lograr un propósito operativo más amplio, como aumentar el botín de prisioneros", señala el excoronel estadounidense y profesor de historia militar en la Universidad Estatal de Ohio, Peter Mansoor.
Ucrania ha lanzado esta operación tras meses de estancamiento en el frente, con ciertos avances de Rusia en Donetsk. Es la otra cara del conflicto: incapaz de desarrollar una guerra de posiciones como su contraparte ucraniana, Moscú ha optado por forzar una de desgaste, aunque ello implique sacrificar territorio en otras regiones.
Las deficiencias del abastecimiento ruso
Antes del inicio de la invasión en Ucrania, la logística de Rusia estaba en una fase de trasformación que afrontaba grandes desafíos. Su doctrina se había fundamentado en 2008 a partir del New Look, un conjunto de reformas militares que buscaban modernizar el anterior sistema soviético.
Algunas de sus iniciativas se basaban en la movilidad estratégica, determinar el reabastecimiento según las previsiones y no las necesidades (estrategia push) y confiar en la industria militar para atender a las necesidades en el frente. Todas estas decisiones han quedado en entredicho tanto antes como después de la acción ucraniana en Kursk.
Al apoyar la movilidad estratégica, Rusia eliminaba la movilización masiva de tipo soviética para dar paso a una nueva fuerza centrada en brigadas de combate mejor preparadas pero más pequeñas. Este diseño asumía principalmente que la capacidad de detectar y atacar objetivos a mayores distancias haría vulnerables las grandes concentraciones de tropas, lo que obligaba al desarrollo de un teatro de operaciones más fragmentado.
Pese a ello, las necesidades en el frente han obligado a Rusia a movilizaciones propias de un ejército de masas, con efectivos sin preparación ni equipamiento suficientes, y lanzados en oleadas a la "picadora de carne" bélica.
Esto, unido al modelo de entrega basado en push, hace que las unidades logísticas se reabastezcan según estimaciones previas y sin atender a las necesidades reales del frente. Algo que, ante ataques en un sector como Kursk, hasta ese momento carente de enfrentamientos, ha provocado que sus guarniciones no tuvieran suficientes suministros.
"Mientras que la relación diente-cola [cantidad de personal necesario para abastecer a cada soldado en combate] en el Ejército estadounidenses es de un soldado por cada tres-cuatro de apoyo, en los rusos la proporción al revés: por cada cuatro o cinco unidades en combate, solo hay una de apoyo", establece el doctor en Historia Militar y Estudios Estratégicos y experto en logística Ronald Ti.
La confianza rusa en la industria para el aprovisionamiento también se ha convertido en una de las taras de su logística, al reducir la cantidad de recursos almacenados para depender de las manufacturas. El recrudecimiento del conflicto y las pavorosas pérdidas de equipamiento han evidenciado la incapacidad productiva para hacer frente a las demandas.
"Rusia todavía sigue un paradigma de defensa interna: si comparas un batallón de armas combinadas ruso y estadounidense, en cuanto a personal de recuperación de equipo, hay de cuatro a ocho para los estadounidenses frente a 11 de los rusos", destaca Ti. "Esto significa que ellos no arreglan el equipo en el frente, sino en la retaguardia", agrega.
Así, el reacondicionamiento de equipos con armamento obsoleto ha pasado de la excepción a la norma en el Ejército de Rusia.
Logística del S.XX para una guerra del S.XXI
Las fuerzas rusas están inextricablemente vinculadas al ferrocarril, desde la fábrica hasta el frente, y de ahí al resto de vías logísticas. Con esta premisa, basta observar qué lugares ha golpeado Ucrania en Kursk para entender cómo ha limitado la capacidad de Moscú para sostener a nivel de equipamiento y personal dicha región.
La captura de Sudzha, al sur, el segundo día de la ofensiva partió en dos la línea ferroviaria entre Lgov y Járkov, y la destrucción de varios puentes en el río Seym los días 16, 18 y 19 de agosto han hecho lo mismo al suroeste con el nudo Lgov-Korenevo. En consecuencia, las localidades de Rylsk y Glushkovo han quedado aisladas.
Además, conforme Ucrania ha ampliado la línea de frente, también lo ha hecho el alcance de sus drones y misiles, lo que ha dejado expuestos a los convoyes terrestres rusos que transportan suministros por carretera.
"Cuando se compara el número de camiones en una brigada mecánica y técnica rusa con una estadounidense, esta cuenta con la mitad de vehículos, lo que demuestra que carecen de medios terrestres suficientes para hacer frente a sus necesidades logísticas", comenta Ti.
Todo ello a pesar de que los transportes rusos deben soportar tres veces más artillería que los de EE.UU., equipo esencial para llevar a cabo su "doctrina Grozni".
"La guerra en Ucrania ha demostrado que ocultar las líneas de suministro logístico se ha vuelto más difícil, lo que significa que se necesitan modos de transporte e infraestructura logística más flexibles, así como una mejor protección de las mismas", incide Kepe.
Donetsk: combatir fuego con fuego
Dos semanas después del inicio de la ofensiva ucraniana sobre Kursk, las fuerzas rusas siguen cediendo terreno mientras mantienen el pulso en Donetsk. Una decisión que demuestra la prioridad de Moscú por sostener los avances en el este de Ucrania, aun cuando su enemigo haya entrado en territorio patrio.
"El Ejército ruso fue claramente tomado por sorpresa, creyendo que las operaciones se limitarían al frente existente en el sur de Ucrania", explica Mansoor. "Putin y sus generales están ahora calculando su respuesta, ya que preferirían no detener su ofensiva en el Donbás para tratar la incursión ucraniana", aclara.
Ucrania no ha desvelado sus objetivos con esta operación, aunque el presidente, Volodímir Zelenski, niega que busquen anexionarse territorios. Por lo pronto, el Kremlin ha establecido el 1 de octubre como fecha límite para expulsar a Ucrania de Kursk, algo que parece constatar la recuperación del óblast como un objetivo secundario. Hasta tienen previsto celebrar elecciones para gobernador de la región en septiembre.
Asimismo, Moscú tan solo se ha limitado a crear tres nuevos grupos de unidades para Kursk, Bélgorod y Briansk y cuyas funciones, según el Ministerio de Defensa, no comprenderán operaciones ofensivas. Estas se limitarán principalmente a la defensa del espacio aéreo contra drones.
De esta forma, si a principios de año los avances rusos se dirigían principalmente hacia Chasiv Yar (Járkov), Moscú ha comenzado centrar cada vez más sus esfuerzos en el flanco oeste de la ciudad de Donetsk mediante la captura de Pokrovsk. Pese a ello, y al contrario que Ucrania en Kursk, Rusia persigue objetivos territoriales limitados, algo que en ningún caso ha forzado al traslado de unidades ucranianas de otros frentes para reforzar sus líneas.
Desde la toma de Avdiivka, los ataques frontales de Rusia apenas le ha permitido avanzar 23 kilómetros en los últimos seis meses. En 15 días de ofensiva, Ucrania ha penetrado 30 kilómetros en Kursk y capturado más de 90 localidades. Y, pese a ello, Rusia no ha dejado de lado el objetivo de consolidar sus ganancias territoriales en el Donbás, aun si con ello debe asumir grandes pérdidas de personal y equipo.
"Lo de Kursk le indica a Putin que debe esforzarse más y maximizar su valor propagandístico en Donetsk, manipulando a la población y dando los mensajes correctos para seguir proyectando señales de fuerza y determinación", subraya Ti.
Ante un frente estático que buscaba desgastar a Kiev, Ucrania ha optado por el elemento sorpresa para obtener resultados significativos. "La operación de Kursk ha avergonzado a Putin y ha borrado la supuesta línea roja de que la guerra no llegaría a suelo ruso, por lo que los resultados que [Ucrania] ha logrado en la esfera política superan con creces los militares", sentencia Mansoor.